Una joven casada sin amor con un terrible barón en un tiempo donde el divorcio no existía y el adulterio era un crimen, conoce a Simón Basset, un enigmático joven Duque que repudia el matrimonio y prefiere las cosas informales
Se encontrarán envuel...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
🐝
Rumors
La temporada a iniciado con la mejor de las aperturas, tuvimos al diamante de la temporada protagonizado por Daphne Bridgerton. Pero lo que realmente captó mi atención fue que no nos habíamos dado cuenta que el nuevo Duque de Hastings nos había echo el honor de volver a Londres, si no es hasta que casi arrolla a la joven casada Amelia Relish con su corcel en el día de campo de ayer, no lo habríamos notado. ¿Me pregunto si la joven mujer habría preterminado el encuentro? Y si fue así, ¿que pensara el barón Julien y su madre?
Revistas de sociedad de Lady Whistledown
—¡habíamos pasado desapercibidos si no fuera por ti!— exclamó con furia la suegra de Amelia, acomodándose el castaño cabello con algunas canas dejando ver la mediana edad que poseía —¡ahora todo mundo estará hablando de nosotros!— arrugó el papel entre sus manos y lo tiro lejos sobre la alfombra del comedor
—¿cree que a mi me agrada l idea de estar en boca de todos?— suspiró mientras picoteaba sin ganas su plato de comida
—eso debiste pensarlo antes de hacer semejante tontería con el Duque—
—no fue mi culpa, el salió de la nada, yo solo iba corriendo hacia donde se encontraban ustedes— gruñó levantándose de su silla
—creí que éramos demasiado aburridos para lady Whistledown— dijo el joven Andrew, aunque su comentario pasó desapercibido por los otros integrantes de la familia
—¡dile algo Julien!— grito la mujer colocando una mano sobre su frente
Julien simplemente guardo silencio, mantenía el periódico sobre su rostro como era de costumbre, ignorando lo que fuera que su madre, o su esposa discutieran. Estaba al tanto del nuevo chisme, pero odiaba cuando las mujeres discutían y dejaban a flote sus sentimentalismo
—milord, sabes perfectamente que jamás te podría ser infiel, y mucho menos con un arrogante, que tiene fama de vividor y mujeriego— resoplo su nariz al recordar lo grocero que había sido el duque. No importaba que fuera exageradamente atractivo, mientras tuviera ese aire de arrogancia sobre el, jamás lograría hacer que Amelia lo viera con otros ojos
Aún apesar de que su marido fuera mucho peor que un simplón descortés caballero. No le quedaba otra opción a la pobre Amelia
—Simón Basset, se llama el hombre arrogante que espero, no te atrevas a decirle de esa manera en su cara, no queremos hacer enojar al nuevo Duque de Hastings— el hombre estaba más interesado en que su mujer no fuera ofender al recién llegado, odiaba que esa boca suya dijera lo que pensara en vez de mantenerse callada como debía. Aunque sorprendida porque su marido conocía el nombre de pila del descortés hombre
