capitulo 30

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Guest

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Amelia estaba completamente sorprendida de ver al moreno hombre frente a su puerta. De echo, no sabía ni como había dado con ella, quizá había ido con los Bridgerton a preguntar, pero por el momento solo giro rápidamente su rostro para ver si su madre no había ido a ver quién había tocado a la puerta

-¿Que hace.....

-¡Hermanita!- exclamo fuertemente su hermano, quien venía bajando de un carruaje sin techo muy desgastado, estacionandose justo al lado del elegante carruaje del duque. Bajando con su fiel y dulce pareja, la cuñada de Amelia

-¿Que hacen aquí?- intento borrar su expresión de amargura y sorpresa con bastante dificultad pues era demasiado expresiva y pésima mintiendo, sobre todo frente a Simón

-vine a enseñarle unas tierras al duque de Hastings, quien está interesado en comprar alguna propiedad cercana- sonrió, pero una manera que solo su hermanita reconocía, esa sonrisa estúpida que solía ponerle cuando eran niños al hacer alguna travesura

Ahora entendía. Ese bastardo sabía perfectamente que Amelia y Simón tenían algo, lo que no entendía era porque estaban ahí, de echo, ni si quiera sabía que fueran cercanos, aunque ciertamente su hermano, a diferencia de ella, era alguien demasiado sociable que no le importaba ni un poco si la persona a la que pretendía acercarse era la misma reina de Inglaterra, o quizá fue porque su cuñada era hermana de aquel tipo en el club de boxeo que era muy cercano a Simón y del cual no recordaba su nombre. Probablemente era eso 

-dejanos entrar- exclamo con esa misma sonrisa y la aparto de la entrada mientras oía como su madre pronunciaba su nombre con suma alegría al verlo de nuevo después de tanto tiempo

La rubia soltó un enorme suspiro de enfado al ver cómo Simón entraba a la casa, observandola con todo detenimiento, fijándose en cada detalle, en cada centímetro cuadrado que les brindaba refugio. Y por alguna razón, sintió algo de vergüenza pues seguramente el duque estaba acostumbrado a tantas riquezas inimaginables y sentía que ahora la vería como una simple campesina indigna

"¿Y por qué me debería importar lo que el duque piense de mi?" Se dijo a si misma mientras entraba al salón principal

-lamento que la casa esté tan desordenada su excelencia, no me da tiempo de atender todo y sin una cocinera y la ama de llaves aveces solo viene ayudar dos veces por semana, es complicado llevar un hogar- sonrió su madre sacudiéndose el delantal

-no se debe disculpar- respondió Simón con algo de sorpresa por saber que no tenían ni si quiera una ama de llaves

-espero que no te moleste, pero su excelencia piensa quedarse aquí un par de días en lo que encuentra alguna propiedad buena para comprarla- dijo Peter observando atraves de la ventana

-claro, si no es mucha molestia- simon observó a la mujer de mediana edad, quien estaba desconcertada pero completamente encantada con aquel hombre, jamás había visto a un duque en persona, ni mucho menos tenerlo en su misma casa como visita. Era tan cortes y parecía no importarle mucho la condición en el que la casa se encontraba

-¿Y como es que se conocen?- pregunto Lucrecia

-ya nos habíamos visto una ves en el club de boxeo en Londres y Amelia fue la que....

-¿Ya se conocían también?- pregunto confundida su madre observandola fijamente, levantando una ceja, no sabía si por saber que su hija frecuentaba lugares así o porque parecía ciertamente grocera ante su excelencia

Prohibided {Bridgerton - Simón Basset} Donde viven las historias. Descúbrelo ahora