Capítulo 17

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Guild

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En la actualidad la jóvenes deben exhibir un gran surtido de talentos en su búsqueda de pretendientes, deben ser conservadoras ingeniosas, músicas consumadas y expertas en el arte del desmayo
Por qué lograr desmayarse sin que la enagua se asome siquiera, es sin dudas un talento muy codiciado, incluso la fiebre real que a llegado a Londres a tocado a cierto diamante, aunque no de la misma manera que a las demás
¿Será que está esperando algo más?

Revista de sociedad de Lady Whistledown

Era medio día, de un día extraordinariamente hermoso, los pájaros cantaban al son de las voces que se escuchaban por todo el parque hablando sobre frivolidades sin importancia. Y por mas hermoso que se encontrará el día, había una nube gris en la cabeza de cierta mujer con los cabellos dorados que caminaba acompañada de su fiel dama de compañía, quien estaba bastante preocupada por ella pues desde ayer que había regresado sola de la galería sintiéndose mal, no había querido hablar, o comer del todo bien, parecía estar pensando en algo con mucha constancia

Claramente le quería preguntar, pero cada vez que lo hacía, Amelia respondía con seriedad que no sucedía nada y no la quería seguir molestando

—¿que piensas sobre el amor?— Amelia preguntó de la nada dejando ciertas dudas sobre la mujer a su lado pues no tenía ni la menor idea a qué responder pues era solo unos años mayor que ella y parecía no importarle quererse casar

—es una pregunta sumamente complicada— suspiro —¿usted está enamorada del Varón Relish?— pregunto tontamente

Amelia hizo una pausa y antes de poder responder una voz conocida pronunció su nombre con alegría no muy lejos de donde se encontraban

Ambas voltearon su rostro frente a ellas viendo como Daphne Bridgerton venía bajando de un puente de piedra pulida que se encontraba arriba del pequeño lago en medio del parque acompañada del Duque de Hastings

La rubia sintió inmediatamente como su espíritu la abandono para fugarse lejos y quedarse sin razón con una ansiedad terrible sobre sus hombros al recordar lo que habían vivido ayer por la tarde

Ambos evitaron sus miradas conforme se iban acercando cada vez más y más, como si estuvieran completamente nerviosos de que la querida cobriza fuera a descubrir lo que había sucedido. Se comportaban como si fueran un par de chiquillos que habían robado algunas galletas de la cocina de la vecina

—querida Daphne— la rubia hizo el esfuerzo de sonreírle genuinamente mientras veía como su dama de compañía les daba espacio atrasandose unos cuantos pasos

Prohibided {Bridgerton - Simón Basset} Donde viven las historias. Descúbrelo ahora