Una joven casada sin amor con un terrible barón en un tiempo donde el divorcio no existía y el adulterio era un crimen, conoce a Simón Basset, un enigmático joven Duque que repudia el matrimonio y prefiere las cosas informales
Se encontrarán envuel...
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Sensations
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El baile se había vuelto una revuelta de enormes rumores y feroces vistas observando a la inigualable pareja danzando en el encerado pavimento al lado de otras parejas que igualmente parecían mucho más entretenidas viendo bailar al Duque y a Daphne que en sus mismos pasos
Amelia los observaba con detenimiento, no sabía si era alivio lo que estrujaba su pecho. Alivio porque al fin se había desecho de los rumores de Lady Whistledown y ahora volvería a ser la esposa invisible y amargada que siempre había sido
Ciertamente no se detuvo a pensar en aquello, y tampoco se quería quedar al lado de su marido y algunos colegas que alardeaban de la frivolidad de los entretenimientos de la demás gente que adoraba ver cotilleos como la reciénte nueva pareja
—si me disculpan iré a dar una vuelta con los Bridgerton— Amelia hizo una reverencia para despedirse antes de que su boca suelta saltará al aire enfadando a Julien
—iré contigo, necesito hablar con el vizconde— su esposo la tomó del ante brazo con algo de rudeza despidiéndose de sus colegas, encaminando a su mujer en dirección donde se encontraban tres de los Bridgerton quienes apenas y saludaron al matrimonio Relish que acababa de pararse frente a ellos por estar entretenidos viendo bailar a Daphne
—que linda pareja hacen— Amelia exclamó sin pensar al percatarse que Anthony comenzaba a observarla
—tiene razón— Violet sonrió vigorosa dándole una mirada triunfante a su hijo mayor, quien parecía querer romper la copa de licor que sostenía en su mano derecha por el coraje interno que sentía en ese mismo instante por culpa de Simón
—es solo un baile— gruño Anthony
—no hay nada mejor que el baile para unir a las parejas— respondió Amelia con una sonrisa pícara que hizo que Anthony frunciera el ceño al verla y que Colin casi escupiera la bebida que tomaba por la risa
La música dejó de sonar y aquellos dos comenzaron a caminar en busca de la familia Bridgerton
Amelia sintió un fuerte golpe en su pecho pues temía tener que verlos cerca. No entendía que rayos le estaba sucediendo, no era normal aquello que sentía. El Duque podía provocarle cierto cosquilleo si lo tenía suficientemente cerca, pero sólo era por lo atractivo que era, no porque le gustara su compañía
—deberíamos bailar— la rubia dijo repentinamente con algo de desesperación a su marido quien arrugó el entrecejo con cara estúpida pues desde que se habían casado habían dejado esas "frivolidades" según su marido, aunque para Amelia era algo que realmente extrañaba
Aunque está vez no era porque quisiera, más bien, necesitaba salir de ahí sin verse obvia
—no, yo no bailo— exclamó feroz sin si quiera voltear a verla y haciendo que esta bajara la cabeza un tanto preocupada porque aquellos dos estaban a punto de llegar
