Una joven casada sin amor con un terrible barón en un tiempo donde el divorcio no existía y el adulterio era un crimen, conoce a Simón Basset, un enigmático joven Duque que repudia el matrimonio y prefiere las cosas informales
Se encontrarán envuel...
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Broken heart
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El silencio entre la pareja jamás había Sido tan espantoso, lo único que se podía escuchar eran ciertos sonidos de los caballos detrás de ellos y el viento soplando con fuerza sobre las hojas verdes de los frondosos árboles
Amelia rechinaba sus dientes con suma ansiedad mientras esperaba la respuesta del duque frente a ella, quien practicamente estaba en completo shock, pues su mirada estaba ciertamente perdida y su expresión no reflejaba muy bien sus verdaderos sentimientos
-no dirás....
-¿C-cómo sucedió?- pregunto finalmente abriendo su boca y dándose cuenta de squeo tartamudeo que había dejado escapar por el miedo -siempre salgo antes de que suceda algo- se respondió a si mismo dejando una expresión algo confusa en la mujer
-no lo sé, no están sencillo que yo pueda tener bebés- exclamo
-¿Y es mio?- pregunto alsando una sola ceja
-¡¿Como preguntas si es tuyo?!- grito furiosa cruzando sus brazos -sabes perfectamente que el insulso de mi esposo tiene meses que no me toca-
El hombre que en un instante comenzó a recorrer en su mente la última vez que había visto a la mujer y se dió cuenta de aquello. Claro estaba, el día del establo, cuando la anciana mujer los había interrumpido abruptamente, suponía que de los nervios, y que ninguno de los dos estaba en sus cinco sentidos, había terminado dentro de Amelia, no había alcanzado a salir por quedarse inmóvil para no provocar ruido alguno y que la anciana los descubriera
Coloco una mano sobre su cabeza con bastante preocupación
-n-no puedo Amelia- susurro con un nudo en su garganta mientras Amelia guardaba silencio -no puedo casarme y eso te lo deje muy en claro desde que decidimos iniciar esto- odiando que su traicionera lengua lo estuviera dejando en evidencia frente a la mujer, quien, obviamente se daba cuenta de aquello
El brillo singular en los ojos de la mujer de un momento a otro desapareció por completo dejándolos vacíos. ¿Por qué? No es como si estuviera enamorada de él, no podía, ¿Que esperaba al llamarlo a ese lugar? ¿Que el hombre estuviera feliz y le pidiera fugarse junto a él?
-¿Por qué no?- pregunto con decepción en su voz
-porque no puedo Amelia, además, ya eres una mujer casada y necesitarías que tu marido quisiera divorciarse- suspiro mordiendo el interior de su mejilla -sabes que el jamás lo aceptaría y nos mataría en el momento que le dijeras-
Amelia cada vez sentia más un pesar en su pecho que comenzaba a dolerle y no sabia muy bien que era, solo sabía que dolía bastante
-supongo que creía que lo que teníamos no era solo un amorío más- exclamo provocando que Simón abriera sus ojos como platos, pues no sabía bien si aquello que estaba escuchando era alguna clase de confesión estúpida de parte suya, no entendía pero aunque lo fuera ¿Qué podía hacer? Su promesa no podía romperse bajo ninguna circunstancia
