Capítulo 05

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The viscount

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La familia Wilson hacia sus bailes en una de sus tantas propiedades alrededor de Londres, y está vez había tocado ofrecerla cerca de un pequeño puerto a orillas de un lago, esta propiedad tenía unos jardines de lo más encantadores a los cuales les llamaban "el paseo oscuro" donde ciertas parejas podían ir y hacer lo que se les diera su gana. Este solo se podía llegar en lanchas de madera. Todo esto emocionaba a la sociedad puesto que siempre daban espectáculos increíbles y el rumor sobre que este año lo darían con su reciente fundación "Vauxhall"

La familia Relish ya tenía un buen rato que había llegado al evento, había estado algún tiempo sola pues estaba asqueada de que en cada grupo de mujeres al que iba siempre la recibían con mala cara y alguna risas burlonas. Y estar con su marido no era una opción

Solo le quedaba ir con la familia Bridgerton, aunque a su suegra no le gustaba que los frecuentara, pero ella estaba segura que quizá ellos no la jugarían de la mala manera, y justamente a lo lejos podía observar como Violet venía acompañada de Daphne así que continuó caminando hasta que se acercó a una multitud de mujeres desesperadas que rodeaban a Simón como lobos atacando una presa, rogando que a sus hijas les consediera un simple baile

Amelia paso rozando aquellas mujeres, le dio una mirada rápida al Duque cuando se dio cuenta que este la estaba viendo también. Sus ojos se cruzaron por un momento y la mujer prefirió rodar sus ojos hacia otro lugar mientras Simón frunció el ceño y se apartó rápidamente de aquellas damas

—¡Daphne!— exclamó la mujer rubia acercándose hacia las dos mujeres con amabilidad

—¡Amelia que gusto verte!— sonrió su amiga rápidamente entrelazando sus brazos para estar juntas. Quizá Daphne no quería quedarse sola en ese lugar

Anthony las observó con una mirada extraña y se apartó del lugar en dirección diferente

—sabía que si venias conmigo me quitaría a mi molesto hermano de encima— suspiro con alegría la cobriza

—yo no hago eso— respondió Amelia

—si lo haces, no se que tienes que siempre se termina alejando—

—quizá no le agrado—

—es raro porque cuando vivías con nosotros eran muy apegados—

Amelia no quería recordar esos momentos así que sin contestar la pregunta rápidamente señaló hacía la derecha, donde había una gran multitud, la mayoría de los presentes estaban escuchando al presentador del lugar hablar

—Damas y caballeros el más grande evento esta apuntó de ocurrir—

—deberíamos ir— sonrió jalando la del brazo para que comenzará a caminar, aunque inconscientemente volteo su cabeza en dirección a donde se encontraba el Duque, pero esta vez el ya se había ido, aprovechando que todas esas mujeres estaban entretenidas

Daphne y Amelia estaban paradas debajo de lo que parecía una gran enredadera, era como un techo sobre sus cabezas echo de hilos gruesos y pequeños frascos de cristal que tenían algo dentro aunque ninguna de las dos sabía que era. Un hombre se acercó a uno de los postes que sostenía la enredadera y le prendió fuego como si fueran fuegos artificiales provocando que en un segundo todos los pequeños frascos se iluminaran con luz. Algo que definitivamente hizo que todos aplaudieron de emoción

—¿no es esto de lo más emocionante Amelia?— exclamó Daphne con la boca entre abierta por el asombro

—es maravilloso— dijo sin tanto ánimos alcanzando a ver como Anthony se acercaba a ellas con la cara más seria y desdichada que podía tener

—mira hermano— Daphne volteo a verlo en cuanto esté se paro a un lado de ellas, sin responder. Amelia conocía esa expresión, sabía que algo iba mal de lo contrario Anthony jamás se hubiera acercado a ellas así como así puesto que su amiga tenía razón. El mayor de los Bridgerton no le agrada estar a solar con Amelia desde que se había casado

—¿que sucede?— preguntó la cobriza con preocupación

—la varonia de lord Bedbrook tiene más de 200 años, su linaje es legítimo, tiene una excelente educación, no tiene deudas, nunca a herido algún animal o mujer y es aceptable como tirador— lo finalizó con una leve sonrisa de felicidad que simplemente puso de mal humor a Amelia, mientras que Daphne parecía estar consternada con cada palabra que su hermano mayor le soltaba —en resumen, no hay nada de mao con él—

—más que su físico, su edad, el echo de que jamás se separa de su querida madre, parece constipado todo el tiempo, y dudo bastante que pueda formular un tema de conversación que no tenga que ver con su persona— Amelia rodó sus ojos provocando que Anthony hiciera un esfuerzo sobre humano para no contestarle

—tiene razón ¿por qué me dices todo esto?— pregunto su hermana

—te casaras con él—

—debe ser broma— se interpuso la rubia

—¿con Nigel?—

—te conseguí un esposo, agradece que lo hice—

Amelia soltó una carcajada llena de sarcasmo y burla que herízo la piel del vizconde con furia

—será tan sencillo para ti enamorarte de lord Bedbrook como de cualquier otro—

Los recuerdos de Amelia se dispararon y pudo ver el día que lord Felish le pidió permiso a Anthony para casarse con ella. La agonía que sintió al ver que el vizconde la había condenado

—no lo hará— dijo Amelia

—no tienes porque meterte en esto— Anthony ya estaba bastante enojado

—no me quedaré a escuchar esto— Daphne inmediatamente se dio la media vuelta y huyó del lugar

—no puedes casarla con alguien que no ama— la rubia sentía que podría gritarle al hombre frente a ella. Tenía el ceño fruncido y no podía despegar su vista de él —le arruinaras la vida—

—por favor, le estoy haciendo un favor, tiene que conseguir marido y yo estoy viendo cual es la mejor opción—

—¿así como lo hiciste conmigo?—

Anthony sintio como la sangre se le iba a la cabeza al escuchar eso. No toleraba recordar esos momentos, mucho menos que una mujer, sobre todo, esa mujer se los recordará y todavía se los reclamará

—tenías que casarte, Relish era tu única opción— apretó sus puños para evitar alzar su voz y provocar un escándalo

—¿estas seguro?—

Anthony abrió sus ojos como platos, realmente no quería hablar del tema y menos en esas circunstancias pero Amelia conocía el miedo que era que te tuvieras que casar con alguien que ni si quiera te atraía y que nadie pidiera tu opinión. No quería que su amiga viviera infeliz

—no tenías otra opción, yo quería pero...

—si lo se, tu no podías— gruñó

—tu no te imaginas las ganas que tenía de poder casarme contigo— Anthony se acercó demasiado a ella, tanto que la puso igual de nerviosa que algunos años

—parece que tus ganas no fueron suficientes, o de lo contrario de quien llegaría tomada de la mano a cada evento sería contigo y no de Julien— gruño nuevamente mientras se sonrojaba del enojo y simplemente se daba la vuelta para irse en busca de su amiga, dejando al vizconde con una horrible amargura dentro suyo por recordar esos momentos de nuevo.

Prohibided {Bridgerton - Simón Basset} Donde viven las historias. Descúbrelo ahora