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OO1 | MIJOO Y TAEHYUNG

CAPÍTULO UNO
1996 ; mijoo y taehyung

Adolescentes, que difíciles son. Con sus ideas malas, actitudes egoístas y cambios de humor; ¿no es la adolescencia la etapa más difícil del ser humano?

Oh, Dios, Park MiJoo ya no soporta tener diecisiete años, no ve la hora de terminar la escuela secundaria y pasar a ser una linda estudiante universitaria, pero no cualquiera, sino la mejor de su clase. Tan buena que cualquier persona se sentiría intimidada de sus saberes, ese es su más grande deseo, ser la mejor. Está acostumbrada a recibir elogios en muchos ámbitos de la vida estudiantil, después de todo ha sido la mejor de la clase desde que tiene memoria, y le gusta ser mostrada como una alumna ejemplar.

Aunque siente que puede más.

MiJoo se ha sentido extraña durante varias semanas, es como si ni siquiera comiendo toda la comida de su nevera o sacando cien en todos sus exámenes pudiera llenar ese vacío. Por eso anhela dejar la secundaria, entonces así podría concentrarse más en los estudios y dejar de lado la sociedad que tanto la hace sentir asustada. ¡Joder! No entiende su propia cabeza, ¿Qué es lo que le hace falta? Nunca ha necesitado nada, sus padres son de buena posición económica, le compraron todo lo que creyó necesitar: ropa, libros, perfumes…

—Míralo, es tan guapo. —susurró a su lado YuBin.

Y miró en donde ella enfoca su vista detrás de los lentes que lleva para ver mejor.

Era eso, es aquel sentimiento que surge nuevamente en su estómago lo que la hace sentir incómoda. Es odio, repulsión hacía la persona que corre y suda en la cancha de entrenamiento. Su nombre incluso le da asco pronunciar, es como si trajera mala suerte a su vida, tan solo diciéndolo siente un bilis subiendo, sus manos sudan y sus piernas tiemblan. Aquel enfermizo sentimiento es todo lo contrario a lo que siente su pelinegra amiga, quien corre a toda velocidad por los asientos de la tribuna hasta abajo, con una botella de agua entre sus manos.

Ha estado tres años enamorada de él, del chico que MiJoo odia. Se desvive por ese muchacho de sonrisa cuadrada, de cejas pobladas y abdomen levemente marcado el cual muestra al levantar su camiseta, y con la misma seca su frente sudorosa. Cínicamente disfruta de las miradas femeninas sobre su cuerpo fornido, es así de narcisista.

YuBin se posiciona frente a él, y no le queda más opción que también bajar, porque es hora de ir a casa por fin. No se entiende a sí misma, si lo odia tanto, ¿Por qué se sigue quedando a verlo jugar?

—TaeHyung-sii, jugaste muy bien. —halagaba su amiga. Una vez que estuvo a su lado, el chico volvió a verla y tomó la botella que la pelinegra le ofreció.

—Gracias. —respondió seco, yéndose con el resto del equipo.

YuBin suspiró encantada, ¡Le respondió! Fue mejor que otras veces.

—¡El domingo vamos a ganar! —un sudado Hoseok apareció, rodeándolas con sus dos brazos.

—Vamos, Hobi. Todos sabemos que TaeHyung-ssi es el único que juega bien.

—Lo dices porque estás enamorada de él. —gruñó— Lo ves con ojos de fan.

—¡No soy su fan! Soy la próxima señora Kim. —dijo con total convencimiento, y sus dos amigos comenzaron a reír, haciendo que sus mejillas se vuelvan rojas— ¡Hablo en serio!

Iba a lograrlo.