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OO8 | JOE Y JUNGKOOK

CAPÍTULO OCHO
2023 ; joe y jungkook

Cuando se trataba de hablar de ella misma, Mina era la experta principal en ello, aprovechaba cada momento para presumir frente a sus amigos lo adorable que era su novio, y lo bien que estuvo el cumpleaños en su casa, ¡Ahora todos la recordaran como la jodida alma de la fiesta! Aunque para Joe era todo lo contrario, ver a su amiga borracha con su ropa cada vez más arriba de lo que no debería verse, fue una situación difícil. Nadie parecía haberla notado, eso le agradó, porque cuando subió las escaleras… y sucedió aquello, no recibió llamadas ni mensajes, nadie estaba en sus casillas.

Era una idiota, una insensible perra egoista. ¿Por qué lo hizo? ¿Por qué permitió que la toque en un principio? Debió dejarlo en la cama e irse de la habitación después de procurar que se duerma, como amiga de ambos, ese era su deber. Muy a su pesar, no era tan buena persona como imaginó, se había aprovechado de una persona con pareja que bebió mucho, ¿No la convierte en…? No, no es eso.

Exhaló con frustración, desde hace tres días, tiempo después de la fiesta de cumpleaños de JungKook, ha evitado verlo a cualquier costa. No mencionó sobre ello a nadie, no pudo confesar sus sentimientos sobre lo ocurrido, lo mucho que le gustó escuchar su nombre saliendo de los rosados labios de él, o cómo se sintió querida en esos minutos a su lado. Como cuando eran unos niños creyendo saber todo de la vida, sin saber que sus caminos se verían separados.

En la cafetería, apenas comía por la incomodidad en su estómago.

—Hablando de Roma… —NamJoon señaló con la barbilla al pelinegro que se acercaba con una bandeja de comida. Joe entró en pánico, no quería verlo, no quería estar en la misma mesa que él y Mina— Hola, borracho feliz. —rió.

—Hmmh, hola. —inevitablemente, sus ojos fueron a parar en la castaña que tan solo por ese segundo, levantó la vista también.

Ambos lo saben, sienten esa detestable tensión entre ellos desde la fiesta. El secreto que nunca podrían contarle a nadie.

—Iré al baño. —se levantó deprisa y sin esperar respuesta camino veloz a la salida de la cafetería, necesitaba huir de esa incómoda tensión que la ahoga, el estómago le duele y sus manos sudan con nervios. Si su mejor amiga supiera lo que hizo, entonces acabaría con ella, nadie le volvería a hablar, pasaría a ser… una perdedora en cuestión de segundos, con un chasquido su vida social estaría acabada. ¡No sólo eso! Podría ver la decepción en los ojos de sus padres, de sus conocidos, de todos. ¿Por qué le hizo eso a Mina?

Subió por las escaleras a punto de llegar a su salón, los pasillos con estudiantes se estaban vaciando cada vez más, la mayoría estaba en las aulas o comiendo en el exterior. Iba a entrar al baño, quería estar sola.

Lo hubiera hecho si no fuera por unas manos que la sujetaron de los hombros hasta hacerla pegar a la pared contra la ventana que da al exterior, Joe se sonrojó viendo a la persona que la tomaba. ¿Por qué la busca?

—Joe Sang —dijo su nombre en un susurro—, necesitamos hablar.

—N-No, sueltame. Podrían vernos. —pidió, y muy dentro suyo, le gustaba el contacto— Yo… iba a disculparme, pero no sabía si enviar un mensaje porque Mina podría leerlo… —bajó la cabeza, y rascó por manía su brazo, estaba tan perdida sobre que hacer o no hacer.

—Está bien, no tienes que disculparte. Tan solo… promete que no dirás nada a nadie, por favor.

—¿Cómo podría? De por sí me siento de lo peor, estoy avergonzada.

—Está bien, habíamos tomado, ninguno sabía lo que hacía.

Ella sí. Y no era la única.