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O25| MIJOO Y TAEHYUNG

CAPÍTULO VEINTICINCO 
1996 ; taehyung y mijoo

La enfermera de la escuela es una amable señora de cuarenta años que es dulce e indulgente con todos por igual, pero tenía cierto aprecio especial por Kim TaeHyung. El joven castaño suele aparecer por ahí con dolores musculares después de los entrenamientos, de tanto verlo ya le era costumbre escuchar sus bromas. Al entrar lo atendió con una sonrisa, ambos adolescentes fingieron llegar por separado con dolores distintos, pudieron recostarse en camillas separadas por una cortina blanca. A MiJoo le dio una pastilla para el mal estomacal, y al muchacho una crema para masajear sus tobillos adoloridos.

Luego de unos cinco minutos, la mujer se fue por el llamado de un alumno que le pedía ayudar a otro en el gimnasio.

Quedaron solos, y con una gran tensión en el aire. Adeudando una charla, TaeHyung se puso de pie corriendo la cortina que los separaba, luego dio grandes pasos a donde la bata que la enfermera no usa se encuentra colgada. Tomó ésta junto al estetoscopio sobre el escritorio de madera.

—Veamos, ¿qué le duele, señorita manzana? —preguntó, jugando.

MiJoo se sentó en la camilla, la molesta sensación de náuseas se fue dejando el constante latido de su corazón nervioso, saltaba de emoción con tan solo verlo. ¿Por qué es así? ¿Por qué su tonto corazon responde a él?

—Aquí. —señaló la parte de su pecho donde éste late— Me duele el corazón. —el estetoscopio se apoyó allí, y el gran estruendo de los latidos hizo que el Kim levantara la mirada directo a sus ojos. Ninguno dijo nada en ese segundo, tal vez porque ambos estaban de la misma forma, temerosos de admitir lo obvio.

Tragó saliva retirando el artefacto médico.

—Dijiste que no te intereso, pero ahora parece como si… como si extrañaras tenerme detrás tuyo.

Su labio tembló antes de contestar:

—Yubin está ilusionada contigo, no para de hablarme de ti mientras que yo —trató de terminar de hablar incluso con la pena y vergüenza— no paro de pensar en que probablemente estoy siendo cruel conmigo misma al alejarte.

A TaeHyung le gusta MiJoo por esa terquedad que tiene, odia admitir sus emociones, es una chica inteligente que a veces parece muy tonta. Le acarició la cabeza, tratando de sanar esas preocupaciones que la atormentan, él no ha parado de pensar en ella durante días, se preguntaba si seguir insistiendo era una buena idea. Es del tipo que no para hasta obtener lo que quiere, por eso es capitán. Sin embargo, ella… es alguien complicada.

—Linda forma de decir que no paras de pensar en mi. —sonrió— ¿Hasta donde llegarías por proteger a Yubin?

—No lo sé. —suspiró— Se me está yendo de las manos.

Y él no la esperaría toda la vida.

—¿Debería confesarme otra vez? —sus manos la tomaron por las mejillas, y su rostro se acercó— Me gustas, MiJoo. Por favor, quiéreme.

La suavidad de sus labios hizo a la muchacha tocar las estrellas, le gustan los labios de TaeHyung porque por minutos le hacen olvidar cualquier tipo de tristeza o preocupación. Y como cualquier cosa buena en el mundo, no es eterno, dura un breve momento, porque al separarse, la realidad le impacta de frente.

Le da una expresión cálida, y reparte besos por su rostro mientras ella sonríe.

—Dame tiempo, te daré una respuesta cuando… aclare mis sentimientos.

¿Eso será posible?