09

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—Osamu deja mis pinturas, las vas a romper —Le regañó el mayor.

—Claro que noo —Negó el menor, jugando con estas—. Me aburro, Sunarin —Le miró de reojo.

Rintarou suspiró y le obligó a tumbarse en la cama, después de quitarle las pinturas.

—Necesitamos que termine esto hoy, por favor —Se sentó nuevamente sobre su trasero y agarró su paleta—. Si estás incomodo o algo me avisas, por favor —Agarró su pincel y tomó color, volviendo a dibujar.

—Lo sé, lo sé —Habló Osamu, volviéndose a acomodar en la cama para dejar que el contrario pintase su amplia espalda—. No estoy incómodo, tranqui —Sonrió. Jadeó levemente cuando sintió la fría pintura pasar por su espalda.

—Ya... es bueno de saber eso —Siguió pintando.

—¿El qué es bueno de saber? —Preguntó Osamu.

—Que no estás incómodo —Respondió Rintarou.

—Oh... —Asintió leve.

—Ya —Murmuró el contrario.

Y el silencio reinó en la sala.

En aquella habitación lo único que se podía escuchar eran las respiraciones tranquilas de ambos junto a los pequeños quejidos del mayor al pintar.

Osamu no sabía cómo describir todas las emociones que estaba sintiendo en aquella misma tarde pero... supo que quería volver a ser el lienzo del mayor con más frecuencia. Quería que él volviera a usar su espalda, quería tenerlo encima suya dibujando, escuchando sus leves quejidos ante sus mezclas raras de colores; ante su hermosa forma de pintar.

No sabía cómo es que esas emociones se habían hecho presentes, como es que quería únicamente pasar tiempo a su lado.

—Mmm... —Murmuró Osamu, haciendo un leve puchero.

—¿Todo bien? —Preguntó Rintarou, dejando de pintar levemente para mirarlo; para asegurarse que el menor estuviera bien.

—Sí Rin, todo bien —Sonrió levemente.

—Me alegra eso —Le sonrió de vuelta, volviendo a su trabajo.

Tal vez no todo estaba bien dentro de Osamu, había algo que lo entristecía. Ese algo era que seguramente esta sería la última vez que vería al joven estudiante de bellas artes.

"Es lindo" Pensó Osamu, sonriendo leve.

El joven Miya no era alguien que se enamorase con rapidez, solo gustaba un tiempo de las personas y luego se olvidaba de ellas al saber que no tendría oportunidad nunca con ellas.

"Pero... hay un problema" Pensó nuevamente.

Y es que, aquel problema que acababa de atacar los pensamientos de Osamu era...

"¿Sunarin es heterosexual?"

Sus pensamientos por él se paralizaron. Era como si la realidad le hubiera golpeado tan fuerte, que ya no podía pensar con claridad.

"¿Y si Rintarou es heterosexual? ¿Y si cree que ser bisexual está mal?" Los pensamientos comenzaron a atacarlo, aturdiéndolo levemente.

—Oye, Osamu —Habló el mayor, esperando una respuesta del peligris—. ¿Osamu? —Volvió a llamarlo—. Eh Osamu, responde —Suspiró, el menor estaba muy callado.

"¿Y a este que le pasa ahora?" Pensó Rintarou, arrugando levemente la nariz.

—Osamu, ¿podrías dar al menos una señal de vida? —Levantó las cejas, nada. Bufó levemente y una idea un tanto loca le apareció en la mente—. Cristo perdone esto —Pensó—. O no, qué más da —Y seguido de ello, comenzó a moverse levemente sobre Osamu, esperando que eso lo hiciera reaccionar.

Rintarou se agarró levemente a la piel limpia de Osamu, dando pequeños pellizcos.

—¡Duele! —Se quejó cuando dio un gran pellizco—. Basta Riiinn, eso dolió —Se quejó, recibiendo pequeñas caricias por parte del mayor—. ¿Qu-qué pasa? —Lo miró cómo pudo, sonrojándose levemente.

—Hasta que sales del trance —Sonrió Rintarou—. Nada, solo te llamaba para decirte si estabas cómodo o no. Pero ya veo que sí, habías viajado hasta otra dimensión —Habló con burla—. No se me ocurrió otra forma de sacarte del trance, así que pensé que si te movía funcionaria —Negó leve—. Pero ni con esas funcionó, así que te pellizqué que es lo más efectivo que conozco —Sonrió.

—Ah... perdón —Sonrió levemente—. Pensaba en... la clase de mañana, es algo aburrida pero me gusta —Sonrió negando levemente—. Tranquilo, estoy muy cómodo así, sigue por favor —Volvió a su posición cómoda, suspirando levemente.

—¿Con los movimientos o dibujando? —Sonrió burlón.

—Con lo que prefieras —Murmuró. Aquello sonrojó por completo a Rintarou, consiguiendo un suspiro de su parte—. Broma, broma —Rió levemente.

—Ya... —Murmuró el castaño, volviendo a pintar.

—¿Todo bien? —Preguntó Osamu.

—Sí —Respondió Rintarou.

—Me alegro —Sonrió, cerrando sus ojos por el tacto del pincel recorriendo su espalda.

lienzo  #  osasuna Donde viven las historias. Descúbrelo ahora