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capítulo dedicado a frnksadness, te amo hermosa♡

⊹ ⋆゚꒰ఎ ♥︎ ໒꒱ ⋆゚⊹

—¿Sabias que Antonio López Garcia sigue vivo? —El de cabellos grises miró a su amigo.

—¿Hmm? —Rintarou levantó la mirada de su cuaderno y asintió—. Sí, Samu —Rió levemente.

—Oh... pensé que tal vez no lo sabias —Murmuró Osamu, chasqueando la lengua.

—Mala suerte~, sí lo sabía —Rió, escribiendo en su cuaderno la respuesta correcta al ejercicio que estaba respondiendo—. ¿Andas buscando de pintores para decirme cosas de ellos? —Sonrió, mirándole de reojo.

—Tsk, eres muy inteligente —Suspiró, buscando sobre otros pintores—. Ajá, así no te aburres mientras haces tarea —Sonrió.

—Mírale que lindo —Rió levemente—. Es tarea de inglés, es fácil —Sonrió, escribiendo nuevamente.

Osamu se acercó a él, mirando su cuaderno.

—Está mal escrito, te falta una "h" en "other" —Rió levemente, señalando.

—Mentiraa, yo no tengo faltas nunca —Se quedó en silencio, leyendo la palabra— Okey, sí tienes razón, que pesado erees —Rió levemente, borrando la palabra para escribirla bien.

—Que malo eres, Rinrin —Se quejó riendo—. ¡Encima que te ayudo! Tenemos el mismo profesor, es muy exigente con las faltas —Rió, apoyando su cabeza en el hombro del contrario.

—No soy malooo —Rió levemente, escribiendo nuevamente la palabra, sin aquella falta ortográfica—. Uh es verdad, a una compañera casi la baja un punto en el examen porque confundió una palabra con otra —Rodé los ojos—. Le odio, me cae mal.

—¿Veees? Es horrible, demasiado exigente —Suspiró negando—. ¿No te puedo ayudar en algo, Rinrin? —Le miró, sonriéndole.

Rintarou giró su rostro para ver a su amigo. El castaño se sonrojó al ver cómo ambos rostros quedaron a tan sólo unos centímetros de lejanía. Osamu sonrió a su amigo cuando notó sus mejillas de un color rojizo.

—¿Hmm? ¿Rinrin? —Se acercó levemente más a él, sin quitar aquella sonrisa de su rostro aún—. ¿No te puedo ayudar en algo? —Repitió nuevamente la pregunta en un susurro.

—E-Eh... —Balbuceó Rintarou, nervioso ante tal cercanía de los rostros de ambos—. Tal vez... —Susurró, relamiendo sus labios, desviando su mirada con vergüenza.

—¿Y? ¿Con qué te puedo ayudar? —Aquella sonrisa coqueta no se desvanecía del rostro de el de cabellos grises.

Cada vez se fue acercando más, sus labios se estaban rozando cuando de la nada, un rubio nervioso y escandaloso entró a la habitación.

—¡SAMU NO SABES QUÉ! —Gritó, entrando de golpe, haciendo que ambos amigos se separasen rápidamente—. Uy... —Susurró mirándoles—, ¿interrumpo algo? —Sonrió nervioso, rascándose la mejilla.

Ambos le miraron de mala manera. Osamu quería asesinar a su hermano, mientras que Rintarou se estaba por morir de la vergüenza.

—No, Tsumu, ¿qué pasó? —Suspiró, alejándose levemente de su amigo para mirar a su hermano.

—Bueeno —Rió—. Es que te quería contar algo que me pasó con... Omi —Murmuró—. Y luego otra cosa que pasó con Kita-san —Al decir el nombre de su antiguo capitán, el rubio se sonrojó por completo.

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