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—Ayer por la noche comprobé que todos los trabajos estuvieran realizados y enviados en la entrega que abrí —Comenzó a explicar la profesora cuando dio comienzo a la clase.

La mujer comenzó a moverse por el aula, mirando a todos los alumnos con detenimiento.

—¿Qué tal estuvieron? —Preguntó una de las alumnas.

—Horribles —Admitió, suspirando—. ¿Por qué no seguís mis pasos cuando os digo qué hacer? Dije que era un dibujo libre. Y creo recordar explicar que cuando digo eso significa que quiero una obra propia —Se señaló—, inventada por nosotros y nosotras —Esta vez señaló su cabeza.

Unos cuantos murmullos comenzaron a escucharse en la clase. Muchos estaban preocupados por sus notas, no querían bajar su promedio.

—Aunque, debo admitir, que hubo un alumno que me sorprendió —Sonrió, asintiendo.

—Creo que sé quién fue —Murmuró un alumno, con algo de rabia hacia su compañero—. Es su favorito, obvio iba a sacar bien todo —Susurró.

Lo que el joven no sabía era que aquel muchacho se encontraba detrás de él, gran casualidad. La risa de Rintarou se escuchó en el aula, sorprendiendo bastante a todos los presentes.

Y es que...
¿Desde cuando se reía el serio de Suna?

—¿Sucede algo? —Preguntó la profesora, mirando al joven que recién acababa de reír.

—No —Negó y miró a su compañero—. Discúlpame por ser bueno gracias a todo lo que practiqué, supongo que la envidia no es un buen método para practicar tus técnicas de arte —Levantó sus hombros, negando.

Toda la sala se quedó en silencio, analizando lo que el joven acababa de decir con toda la tranquilidad del mundo.
Cuando su compañero fue a responder de manera despectiva, la profesora lo interrumpió, continuando con sus palabras.

—Como iba diciendo, el qué me sorprendió fue Suna Rintarou —Sonrió—. Él no usó un lienzo —Negó, acercándose al ordenador para poder proyectar la imagen que envió ayer el joven.

—Wow... —Susurró una chica, sorprendida al ver la linda obra realizada por su compañero—. ¿Es una espalda, verdad? —Miró a Rintarou.

—Sí, lo es —Asintió, sonriéndola levemente.

—Es algo muy original, ¿por qué no vienes y le cuentas tu experiencia a la clase? —Sonrió la mujer, señalando el frente.

—Mmm... supongo que podré —Murmuró, levantándose de su lugar. Con un paso calmado, se dirigió hasta donde señalaba la profesora. Miró al frente, a todos los alumnos.

—Antes de comenzar, ¿alguna vez alguno de vosotros pintó sobre una espalda? —Esperando respuestas, recibió un asentimiento por la joven que recientemente había hablado—. ¿Hitoka? —Sonrió.

—Sí... —Rió levemente, algo nervioso al sentir las miradas de todos—. Una vez pinté la espalda de... mi mejor amiga —Asintió—. Fue porque lo vimos en tiktok, estaba de moda hace meses y pues lo intentamos... es algo muy distinto al lienzo, fue una agradable experiencia —Sonrió tímidamente.

—Eso es genial —Sonrió—. Gracias Hitoka por compartir tu experiencia con el resto. Veamos, Rintarou, puedes comenzar cuando quieras —Sonrió, mirándole atentamente.

lienzo  #  osasuna Donde viven las historias. Descúbrelo ahora