06

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Suna sacó su paleta de madera, la cual estaba ya de por sí pintada de miles de colores y mezclas.
En ella, colocó el color rosa, rojo, blanco, naranja, amarillo, verde y negro; estos serían usados por el momento.

—Bien, estos me sirven para ahora —Murmuró. Dejó la paleta sobre la mesa y sacó unas toallitas húmedas.
Se acercó a Osamu y, pasó la toallita por toda su espalda—. La estoy limpiando para quitar la grasa y eso... —Murmuró.

—¿Sabías que me bañé antes de que vinieras? —Rió, girando su cabeza hacia un costado para mirarlo—. No soy un sucio como mi hermano, mi espalda debe lucir perfecta hoy —Cerró los ojos ante el frío tacto de la toallita pasearse por su trabajada y amplia espalda.

—Woow, me sorprendes —Rió, dejando la toallita en la mesa. Agarró la paleta y metió su pulgar sobre ella para agarrarla—. Tú espalda es muy linda —Sonrió con delicadeza—. Uh... debo sentarme sobre ti, espero que no te incomode eso.

—¿Creíste que era un sucio? —Preguntó con una indignación fingida, para luego reír por lo bajo—. Gracias. Si necesitas hacerlo, hazlo; lo que sea para que estés cómodo mientras pintas —Le brindó una sonrisa.

Suna agarró los pinceles y se subió a la cama, sentándose sobre el culo de Osamu.

—Bien, es más cómodo así —Murmuró en un tono vergonzoso, dejando los pinceles a un lado—. Bueno... tardaremos bastante, hay mucho detalle que hacer —Suspiró, relamiendo sus labios.

Osamu suspiró, con una sonrisa en su rostro.
—Hmm... me di cuenta de algo —Movió levemente sus pies. Algo malo de él era que le costaba quedarse quieto por mucho tiempo—. Te estoy prestando mi espalda para esto pero no sé qué vas a pintar, ¿puedo saber o es un secreto?

—Es... un cuadro libre. Este... bueno, lo inventé yo —Habló a la vez que se movía sobre el de cabellos grises, obligándole a dejar de mover sus pies—. Si te mueves mucho te pegaré, y no tendré piedad —Suspiró levemente, con una sonrisa en su rostro. Agarró un pincel, tomó los colores rosa y blanco, para unirlos en una mezcla—. Es una puesta de sol, en ella debo usar colores cálidos —Murmuró, comenzando a pasar el pincel por su espalda—. Gracias por dejarme hacer esto, he de admitir que tuviste una... —Relamió sus labios—, una buena idea.

—Ya, ya. Que no hace falta que me pegues —Rió, quedándose quieto—. Interesante, seguro te queda bien... —Murmuró. Siseó un poco cuando sintió la pintura fría pasar por su piel—. No es nada, después de que me hayas contado lo mucho que sale un lienzo, creí que esto sería mejor antes que presentar nada.

—Esperemos que me quede bien, si apruebo este ejercicio llevaría cinco dieces seguidos en mis lienzos —Rió—. Si... sino, hubiera usado un lienzo usado, ya que estos se pueden utilizar nuevamente —Habló a la vez que seguía pintando—. Si pinto todo el lienzo de blanco, este se puede usar pero es que.. no quiero hacer eso porque, sinceramente —Tomó pintura nuevamente—, me gustan mucho mis cuadros —Sonrió levemente.

—¿Ya cinco dieces? Fuaa, para un poco, eres el nuevo Da Vinky... —Rió levemente—. ¿Lo dije bien? ¿O es Da Vinci? —Suspiró—. Si te soy sincero, nunca conocí a alguien que estudie artes. Entonces no vi ningún cuadro, pero seguramente los tuyos son muy lindos, es decir —Acarició su propio cabello, jugando con los mechones—, por algo tienes cinco dieces.

—Cinco dieces seguidos —Sonrió—. Tengo más dieces —Rió leve—. Da Vinci —Recalcó—, Da Vinky no existe —Rió negando—. Que gracioso eres, Osamu —Añadió un amarillo mezclado con naranja, rojo y blanco—. Un día te muestro alguno —Sonrió leve—. Tú estudias ciencias, ¿no? Lo digo por los libros que hay en tu escritorio y eso...

—Uh perdón, creí que se decía Da Vinky —Rió bajo—. ¿Hm? Sip, ya estoy en el tercer año de la carrera. Me gustan muchísimo todas las ciencias naturales... —Suspiró.

—Wooow, entonces tenemos la misma edad —Rió sorprendido—. Mmm cuéntame un poco de ellas si quieres, se me hacen interesantes pero —Hice una pausa—, no me gustan —Rió moviéndose levemente, acomodándose.

—Pues... —Abrió sus ojos, mirando las paredes de su habitación—. No sé qué contar, mi mente siempre se queda en blanco —Rió leve—. Sólo sé que desde que tengo memoria fui muy curioso, mi madre me ha contado que siempre que veía una flor o algo de la naturaleza; imaginaba que podría haber dentro de esta... Era muy imaginativo —Sonrió con una notoria nostalgia en su rostro.

—Eso es muy lindo —Sonrió amplio—. Apenas llevo un poco y ya me cansé de pintar —Murmuró enderezándose con cuidado—. Las personas curiosas me gustan, siempre aprenden mucho y yo puedo aprender de ellos —Sonrió—. Seguro eres muy inteligente en tu clase, el que más —Rió leve.

lienzo  #  osasuna Donde viven las historias. Descúbrelo ahora