Su mirada se desviaba hacia su muñeca, observando su reloj.
"Quedan unos minutos aún..." pensó el castaño.
El castaño se sentía nervioso, continuaba con aquel cuadro dedicado especialmente a su amigo.
"Realmente no sé si conozca el significa de las orquídeas azules... esperemos que no" suspiró, nervioso mientras continuaba la obra.
Su mano se movía con rapidez pero a su vez, con una delicadeza impresionante. Daba pequeños toques sobre el lienzo, sintiendo como conectaba con este.
—Wow... —Hitoka, que se encontraba a su lado, miraba asombrada la técnica de su compañero.
No existía nada ni nadie más en aquellos momentos, solo eran él y el lienzo los únicos presentes en su mundo.
Él y el lienzo...
Sí, solo eran ellos dos en los que Rintarou podía pensar.
"¡Rin hola!" "RinRin" "Oh venga ya, Sunarin"
O eso creía él.
—Ugh... —Susurró abrumado, sintiendo calor en sus mejillas.
Miya Osamu no salía de su mente, no podía concentrase con el joven de cabellos grisáceos rondando por su mente como si de su propio hogar se tratase —aunque el joven Rintarou no le negaba la entrada en sus pensamientos—.
Su mirada volvió rápidamente a su muñeca, suspirando mientras asentía.
"Queda un minuto" se dijo a sí mismo.
Comenzó a recoger sus materiales, limpiando los pinceles con el aguarrás.
"Estás muy lindo hoy, RinRin"
Su mente seguía en otro lado, seguía recordando todas las cosas que su joven amigo le dijo alguna vez.
—¡Me da lástima tener que dar este aviso! —Suspiró la profesora—. ¡Pero la clase ya ha terminado! —Les sonrió amablemente—. Pasar una buena tarde todas y todos, pequeñas y pequeños artistas —Sonrió amplio.
—¡Adiós profe! —Aquello se repitió por parte de varios alumnos, los cuales desaparecían con rapidez hacia el aula de artes.
—Suna —La voz de la rubia sacó de sus pensamientos al artista.
—¿Sí? —Giró su rostro, sonriéndola.
—Amo tu técnica —Admitió—. Ojalá un día puedas enseñarme a dar esas pinceladas... —Sonrió con vergüenza.
Rintarou rió levemente, asintiendo.
—Está bien, por mi no hay problema. Un día que haya hora libre podemos practicar juntos —Sonrió, recibiendo un asentimiento por parte de la rubia junto con leve "Gracias, Suna"—. No es nada, nos vemos Yachi —Se despidió levemente con la mano, desmontando con cuidado el caballete para guardarlo en su funda.
Unas manos rodearon sus hombros, abrazándole por el cuello desde atrás. Rintarou se sorprendió, haciendo que por poco el lienzo ya acabado acabase en el suelo.
—¡Por el amor de Cristo o quien coño esté ahí arriba! —Maldijo asustado, dejando el lienzo en un lado. Se giró con rapidez para tener frente a él al mismísimo... —Osamu... —Murmuró avergonzado.
—El mismo —Rió levemente, sonriendo al de cabellos castaños. Aún seguía abrazándole por el cuello, esta vez teniendo sus rostros de manera cercana—. ¿Te parece bonito decir eso de Dios teniendo el aula del la profesora de Religión Católica ahí? —Susurró, señalando con la cabeza una ventana que había detrás de ellos—. Suerte que no se ha percatado —Rió, besando la frente de su amigo para después separarse—. ¿Cómo te fue?
—Dios... que me importa la vieja esa —Murmuró nervioso por tener el rostro de su amigo tan cercano al suyo—. Que la jodan —Murmuró, pudiendo escuchar una risita por parte de Osamu—. Me fue bien, gracias —Suspiró levemente, mirando a Osamu—. Hazme un favor y lleva el lienzo, cuídalo como si tú vida dependiese de ello, por favor —Suspiró nervioso.
—Tranquilo, no sucederá nada malo —Sonrió, agarrándolo con cuidado de no marcharse y de no estropear la obra de su amigo—. No soy mi hermano —Rió levemente.
—Ya... ya... —Suspiró—. Vamos al aula de arte, sígueme —Hizo una seña con la cabeza y comenzó a caminar unos pasos adelante de él.
—Voy, voy~ —Sonrió Osamu, siguiendo a su amigo—. Me gusta, es muy bonito —Admitió.
—Gracias Samu, ojalá opine eso la profesora, me he esforzado demasiado... —Sonrió ante el halago a su obra.
"Uh... lo dije en alto" Osamu se sonrojó, riendo ante su confesión. "Me refería a ti, Rin" pensó nuevamente, "Aquel halago y confesión iba dirigida hacia tu persona..." Sonrió.
—No es nada, seguramente la profesora también lo opinará —Sonrió. Una vez llegaron al aula de artes, Rintarou colocó el lienzo en su lugar correspondiente para dejarlo secar hasta la próxima clase.
—Bien... podemos irnos ya a merendar —Sonrió, mirando al de cabellos grises.
—Yeiii~ —Sonrió Osamu—. Me parece buena idea, de verdad tengo hambre —Rió, saliendo del aula con su acompañante.
—Siempre tienes hambre —Rintarou lo miró.
—Lo sé —Sonrió.
—Que tonto... —Susurró, sonriendo levemente.
—¡No es cierto! —Se quejó.
—Lo es.
—Tú también lo eres.
La risa de Rintarou inundó los odios de Osamu, haciéndolo sonreír ampliamente.
"Lo amo. Amo su risa y su forma de ser..." Sonrió ampliamente, saliendo de la Universidad junto a él, dirigiéndose a la cafetería más cercana y de mejor calidad.
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lienzo # osasuna
FanfictionDonde Suna se ha quedado sin lienzos y entra en crisis. i. modismos españoles ii. osamu miya x rintarou suna ;; universitarios iii. ¡no se permiten copias y/o adaptaciones!