Capítulo 5

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Esa tarde, tal como el día anterior, se encontraba en la casita del bosque, esta vez se la encontró algo desordenada, creía que era por el gran viento de la noche. Jungkook observó el cielo desde una muy pequeña ventana que había allí, había comenzado a llover de pronto y de manera fuerte, por suerte había llevado su paraguas y podría volver tranquilamente a su casa. Estaba a punto de salir cuando la muchacha empujó la puerta.

—Hey. —sonrió Jungkook. Esta vez era ella la que tenía un palo en la mano.

Andehana mandeha! —gritó.

—¿Qué?

—¡Alejarte!

—Oh, sí. Claro. —levantó las manos y dio unos pasos atrás.

—Yo lamentarlo otra vez.

—E-Está bien, ya te dije que podías venir cuando quisieras. —sonrió.

—Necesitar quedarme aquí. —lo apuntó con el tronco, estaba algo agitada. Jungkook asintió con la cabeza, aprobando la no petición de la chica— Damn nag. —dirigió su vista hacia su vestido, estaba irritada.

—¿Quieres una...? —se acercó a ella.

¡Kaw! —gritó.

—¡Okey, okey!  —se alejó inmediatamente.

—¿Tú vivir aquí?

—No, pero es mi casa.

—Nunca verte.

—Tengo poco tiempo libre, no suelo venir. ¿Cómo aprendiste a hablar español?

—¿Por qué interesar?

—S-Solo preguntaba.

—No preguntar más.

—¿Por qué?

—Yo no dar nada, usted ser peligroso.

—¿Por qué?

—Persona que hacer muchas preguntas ser peligroso.

—Oh no, tranquila. Nadie sabe que estoy contigo.

—Por ahora.

—P-Puedes confiar en mí. —la muchacha observó la pequeña ventana y se abalanzó hacia él de inmediato. Alguien la buscaba. Se escondió a su lado.

—Necesitar silencio. —susurró.

—¡Kalinda, sé que estás aquí! —gritó un hombre del lado de afuera. Se oyeron los pasos rodeando el lugar. La puerta de abrió, Jungkook se puso de pie rápidamente y apoyó su mano en la puerta.

—¿Buscas algo?

—L-Lo siento, buscaba a alguien.

—Pues no vuelva a meterse en una casa que no es suya. 

—No lo haré, le pido disculpas nuevamente. —se retiró del lugar, Jungkook observó cómo el señor se retiraba.

Ua tsaug

—¿Disculpa?

—Si-Significar gracias. —se puso de pie.

—¿Quién era?

—No importa. —suspiró— Deber irme.

—¿No quieres quedarte? —el muchacho se puso nervioso al hacer dicha pregunta— Digo, por la lluvia.

—¿Qué tener malo la lluvia?

—Te enfermarás.

—No creerlo.

—Claro que sí, puedes tener una gripe.

La chica sonrió.

Koj puas ntxim hlub tab sis poj niam na. 

—¿Qué?

—Tener que irme.

—Espera, toma. —fue hacia el gran librero, subió dos estantes y tomó una pequeña caja— Antes no solía cerrar, pero debemos hacerlo ahora. Esto es tuyo. —le extendió una llave. Kalinda frunció el ceño, confundida. Era la primera vez que veía un objeto así, tampoco sabía cuál era su función. 

—¿Qué ser? —dio un pequeño toque a la llave.

—Una llave. ¿Nunca viste una? —negó con la cabeza—Es para proteger la puerta y que nadie pueda entrar, mira. 

Jungkook le enseñó cómo cerrar con llave. Kalinda entendió a la primera, el chico no lo sabía, pero la muchacha guardó el objeto con mucho cuidado, no quería que su familia se entere de que lo tenía. Habían acordado verse mañana y, como Kalinda no quería deberle nada, aceptó. El muchacho comenzó a pensar en qué podía hacer, se le ocurrió llevarle una merienda pero no sabía sus gustos ni preferencias. 

La casa del bosque; J.JungkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora