Capítulo 20

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—Era desastroso, —suspiró—, pero ya, no quiero hablar más de eso. Cuéntame algo tú.

—Pues... Antes vivía en la ciudad. —apoyó su cabeza en las piernas de Kalinda, esta comenzó a acariciar su cabello— Siempre que nos mudamos es por algo de mi padre. —cerró los ojos fuertemente, no debería haberlo nombrado.

—¿De qué trabaja tu padre?

—Él... Él es militar. —las piernas de la muchacha se tensaron.

—¿Cómo?

—Tranquila, no está en casa. Jamás te pondría en peligro, yo... —dejó de hablar, ambos oyeron pasos en la parte trasera de la casa, se levantaron de inmediato, Jungkook hizo que se quedara detrás de él— ¿Adrien?

—Hey... —observó a Kalinda detrás de él— Pensé que estarías solo... ¿Quién...?

—Ella es Kalinda. —tomó su mano y se movió a un lado.

—Ho-Hola Kalinda, es un placer. —la muchacha sintió mucho miedo, él llevaba su uniforme. Comenzó a caminar lentamente de espaldas, sus ojos se cristalizaron.

—Tranquila, él no...

—Querer irme. —chocó con la pared, luego comenzó a sentirse algo mareada.

—¡Kali! —la chica se desmayó. Jungkook la sostuvo antes de que cayera al suelo.

—Recuéstala aquí. —Adrien comenzó a sacar los cojines, el muchacho la recostó en el sofá— Debemos darle aire. —agitó libros en su rostro— ¿Por qué se puso así?

—Por tu uniforme. —suspiró— Los militares le han hecho mucho daño a su comunidad y a ella especialmente. —se acercó— Kalinda. —acarició su cabello, ella abrió sus ojos.

—Quiero volver, Jungkook.—intentó ponerse de pie.

—Espera a que se despierten tus piernas, por favor. Luego podrás hacer lo que quieras.

—¿Quién es?

—El futuro esposo de mi hermana.

—¿Gemma se casará con él?

—¿Cómo conoce a Gemma?

—Esperen. —fijó su mirada en Kalinda— Tengo una hermana mayor, se llama Alice y tuvo que comprometerse con el último hombre libre.

—Hey. —le dio un golpe en la cabeza, la chica y él rieron— Lamento si te asusté, Kalinda. El padre de Jungkook me dejó a cargo de él y solo venía a asegurarme de que no esté muerto.

—Y no lo estoy.

—Y no lo está.

—Creo que estoy mejor. —se levantó— Lamento mi reacción.

—No pasa nada. Bueno, supongo que puedo irme.

—También yo.

—Vamos, Kali.

—Vendré a desayunar.

—Está bien.

—A-Adiós, señor.

—Adiós, un placer.

Caminaron hacia la puerta trasera, al salir entrelazaron sus manos y fueron en dirección al bosque.

—No sabía que tenías otra hermana.

—Pues sí, es mayor que yo. Es algo pesada...

—Pero la quieres.

—Sí, bueno, como se quiere a un hermano. Es decir, ese tipo de aprecio, pero, no es el mismo sentimiento que siento por Gemma. Ella siempre está para mí, somos más unidos. En cambio, Alice piensa que somos inmaduros y eso.

—Entiendo. —continuaron su camino en silencio, hasta que Kalinda volvió a hablar— Le dije a Citlali que me quedaría en la casa del bosque toda la noche, ella vendrá a buscarme.

—Está bien. Me quedaré contigo.

—No hace falta. —soltó su mano y se adentró en la casa.

—Ordené. —dijo a sus espaldas— Tu libro está allí.

—Gracias. —lo tomó de la estantería, Jungkook comenzó a sacar mantas. El bosque estaba algo frío esa noche.

—Toma. —le extendió una frazada, ella se sentó en el suelo y se tapó— Oye, lamento lo de Adrien, no tenía idea de que vendría. —suspiró—. De todas formas, no tienes que preocuparte, es buena persona.

—Confío en ti, Jungkook. Tranquilo. —depositó un beso en sus labios— Y no solo en ti, también en las demás personas.  —acarició el rostro del chico— Luego de la experiencia en la escuela, no es fácil, pero contigo es diferente. Tú y tu hermana son muy buenos, y me alegra.

—A mi me alegra haberte conocido. 

Jungkook tomó uno de los libros y comenzó a leer. Todos los libros que se encontraban en la estantería él ya los había leído, eran demasiados, la realidad es que todos los que sus padres y hermanas querían botar él los llevaba a  la casa del árbol.

—¿De qué trata? —Kalinda apoyó su barbilla en su hombro.

—Es un libro de plantas, a mi padre les gustan. 

—¿Y a ti?

—No me agrada cuidarlas, pero son lindas. —la envolvió en un abrazo— ¿Tú?

—Es el segundo libro en donde hay varias muertes trágicas.

—Oh, lo siento.

—Está bien, son los villanos. —ambos sonrieron— Puedes volver a tu casa si quieres.

—No. —depositó muchos besos en su rostro— No quiero.

—No es correcto que durmamos juntos.

—¿Te incomoda?

—No.

—Entonces tranquila, nadie lo sabrá. —la apegó a él.

—Hueles muy bien, Jungkook. 

—Eres muy rara, —ambos rieron— pero así me gustas.

Se acurrucaron en el suelo y se taparon con las mantas, el muchacho acarició el cabello de Kalinda hasta quedarse dormido.

La casa del bosque; J.JungkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora