Se separaron por falta de aire. Ambos sonreían.
—Creo que está claro que me gustas...
—Jungkook...
—Me has encantado desde aquel día en que te vi en la casa del bosque.
—Jungkook... —le tapó la boca del muchacho— También me gustas. —sonrió— Solo que... No lo sé, no poder estar juntos.
—¿Por qué?
—Ser diferentes.
—No tiene nada que ver, Kali.
—Dejarme pensar.
—Está bien.
—¡Kalinda!
—¿Sí, papá?
—¡Ven a cenar, ya han llegado a todos!
—¡Ahora vamos! ¿Poder tomar tu mano?
—Por supuesto que puedes, tú conmigo puedes hacer lo que quieras, Kalinda.
Entrelazaron sus manos y comenzaron a caminar por el hermoso camino lleno de flores. Jungkook dicho recorrido se dio cuenta de que las flores no eran venenosas como decía su madre, eran hermosas y olían de maravilla. Estaban a punto de llegar cerca de la multitud.
—Quisiera presentarte a alguien. —se detuvo frente a una mujer mayor, esta estaba de espaldas— Salama. | Hola.
—¡Salama, Kali!
El muchacho se quedó petrificado en su lugar, se trataba de Citlali, su antigua cuidadora. Aquella que marcó de alguna manera su infancia, estaba avejentada, pero no de mala manera, se veía bastante feliz, incluso más que cuando lo cuidaba. Él la recordaba por su constante expresión de cansancio, sin embargo, nunca la vio triste, eso no quiere decir que no lo esté, sino que, frente a él la mujer era muy fuerte.
—Él es Jungkook, es mi...
—Citlali. —la nombró. Un nudo se formaba en su garganta, eran solo cuestión de segundos para que comenzara a llorar desconsoladamente.
—Mi niño... Hace tiempo no te veía...
—Disculpar, ¿Conocerse?
Jungkook soltó la mano de Kalinda y se retiró del lugar. La muchacha estaba a punto de ir tras él pero Citlali la detuvo y decidió ser ella quien vaya por él. Lo siguió hasta que optó por detenerse y sentarse en la arena, allí comenzó a llorar. La mujer suspiró y se sentó a su lado.
—Estás muy mayor. —sonrió y acarició su cabello.
—¿Por qué, Citlali?
—¿Por qué, qué?
—¿Por qué te fuiste? ¿Por qué me dejaste? —su llanto ya fue incontenible— Sabías que te necesitaba, sabías que sin ti yo no podría, esa casa es un caos.
—Lo siento.
—No me has respondido.
—Mi comunidad me necesitaba, Jungkook. Entiendo que pudo haberte afectado, pero necesitaba re-conectarme con mis raíces.
—Deberías haberte despedido.
—Lo sé, pero no hubiese soportado tu llanto. Además, ¿Sabes qué? Pienso que necesitabas crear una relación con tu madre. ¿Cómo está ella, por cierto?
—Cada vez peor. Mi padre pone a su trabajo por encima de nosotros, y como siempre, eso la descoloca.
—¿Y Alice?
—En busca de un esposo. Se ha vuelto una grosera.
—¿Y qué haces aquí con Kalinda?
—La encontré en la casa del bosque, ¿La recuerdas?
—Por supuesto.
—Ahora que lo pienso, es extraño que haya podido entrar, porque la casa estaba cerrada con llave.
—La llave se la di yo.
—¿Qué?
—Lo lamento tanto. Yo necesitaba que huyera, las cosas aquí se han puesto bastante peligrosas.
—¿Por qué?
—Sé que no te gustará oír esto, Jungkook, pero... tu gente ha hecho barbaridades a las comunidades indígenas.
—No es la primera vez que oigo algo así.
—Lo sé y lo siento.
—Quisieron abusar de Kalinda.
—La quieren a ella.
—¿Qué?
—Es de las mejores en la comunidad.
—Pero, ¿Cómo la conocen?
—No creo ser la indicada para contarte...
—Por favor, Citlali. Necesito saberlo.
—Bien, pero no aquí. Caminemos.
Ambos se levantaron, Jungkook le extendió el brazo y esta lo tomó. Comenzaron a caminar, Citlali guiaba el camino.
—Hace un año hubo una convocatoria para educar a los niños indígenas de la comunidad. La primera vez se llevaron a diez de nosotros, todos aquí hemos reunido dinero para comprar los materiales necesarios y que les vaya lo más bien. Sabemos que si queremos un futuro diferente para los jóvenes tendrían que reinsertarse en la sociedad y así hacerla más diversa.
—Mi padre me ha hablado de las escuelas indígenas, decían que eran mejores que las nuestras.
—¿Sí? También deberían decirte que su método de enseñanza es la violencia física y psicológica. —estaban llegando a un terreno lleno de velas y flores. Había mucha tierra y olía algo mal.
—¿Qué dices?
—No querían devolverlos a sus familias. Acércate, por favor. —el muchacho hizo caso y se aproximó al terreno.
—¿Qué es este lugar? No entiendo.
—Kalinda nos contó que les prohibían hablar en su idioma. —continuó la mujer a pesar de las preguntas de Jungkook — Les cambiaban el nombre, les daban incluso otras prendas de ropa. Si desobedecían la más mínima orden los golpeaban, y ni hablar de cuando se comunicaban en nuestro idioma.
—¿Qué hacían? —la mujer guardó silencio— ¿Qué hacían, Citlali?
—Los asesinaban, hijo. Las hacían ver para que sepan qué pasaría si no obedecían. Mataron a nuestros niños. De los diez que se fueron solo volvieron dos, Kalinda y otra muchacha. Ellas han presenciado el asesinato de todos aquellos. —acomodó algunas flores que se habían volado con el viento— No quisieron entregarnos sus cuerpos, cada semana hacemos rituales para que sepan que no los olvidamos. —suspiró.
Jungkook trataba de asimilar toda la información que había recibido.
—¿Sabes qué es lo peor? Que no termina ahí.
—¿Qué más hicieron?
—Kalinda era la más inteligente de allí, tanto que se sintieron amenazados. No quieren educarnos, quieren adoctrinarlos. Intentaron asesinarla en varias ocasiones.
—¿Qué? —preguntó, incrédulo.
—Decían que estaba a la altura de una niña blanca, no les gustó. —sonrió irónica— La iban a quemar viva, pero logró escapar con su pequeña amiga. Costó tres años para que volviese a ser la niña inocente y alegre de siempre, hasta el día de hoy entra en pánico cuando su padre le pide que lo acompañe a la ciudad, ha perdido su perfecto francés porque hablarlo le trae malos recuerdos.—Citlali tomó la mano de Jungkook y depositó un beso en ella— Sé que todo esto puede sorprenderte, pero es lo que realmente pasó. Tu gente no es buena y nosotros tampoco lo seremos si es que llegan a atacarnos, no somos unos santos, pero, entre los dos bandos, tú decide cuál es el peor.

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La casa del bosque; J.Jungkook
FanfictionCompleta. Jeon Jungkook es un joven atento, divertido e inteligente, hijo de un hombre muy importante en la armada francesa. Tiene dinero, una hermosa casa y una buena familia, sin embargo, ama pasar el tiempo solo, por lo que corre a su escondite e...