Capítulo 15

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Citlali y Jungkook se acercaban a la multitud. 

—¡Jungkook, tienes que probar esto!—su hermana se acercaba con un pedazo de pescado.

—No gracias, Gemma. —sonrió débil—Ven.—tomó su mano—Te presento a Citlali.

—¿Citlali?—limpió sus manos con su vestido—Soy Gemma, he oído mucho sobre usted. —estiró su mano.

—Espero que sea de buena manera. —la estrechó.

—Por supuesto.

—He cambiado algunos pañales tuyos.

—Muchas gracias. —ambas rieron.

—¿Te ha gustado el pescado?

—Así es. —sonrió.

—Pues te encantará este, ven. —la tomó de la mano y se alejaron de Jungkook.

El muchacho, aún sorprendido por las historias, decidió sentarse en el suelo algo alejado de todos para poder ordenar sus pensamientos. Sabía que Citlali no le mentiría de ninguna manera, creía en ella ciegamente, pero, ¿Y su padre? ¿En verdad era capaz de apoyar ciertos actos violentos? ¿Estaría de acuerdo? Tenía muchas dudas en ese momento. No sabría cómo mirarlo a los ojos y no recordar todas esas tumbas.

—Hola. —Kalinda se sentó a su lado—¿No tienes hambre?

—Ahora no.—hizo una mueca.

—Es una lastima.

—Estás hermosa hoy día, Kalinda.

—Gracias. —llevó un mechón de cabello detrás de su oreja.

—¿Qué harás mañana?

—No lo sé, solemos descansar del trabajo luego de este tipo de fiestas. —Jungkook notó su perfecto hablar, pero decidió guardarse el comentario.

—Te invito a un picnic.

—¿Qué es eso?

—Lo sabrás si es que vas.

—Está bien.

—Que sea antes del almuerzo, será cerca del arroyo.

—Perfecto.

—Jungkook... —Gemma se acercaba a la pareja acariciando su estómago— He comido mucho.

—¿Te sientes bien? —su hermano frunció el ceño.

—No mucho.

—Está bien, volveremos a casa. —se puso de pie— ¿Nos vemos mañana? —Kalinda asintió con la cabeza— Tendremos que irnos sin despedirnos, discúlpame con todos.

—Lo haré, tranquilo.

—Hasta mañana.

La muchacha se levantó y depositó un beso en su mejilla.

—Hasta mañana.

—Kalinda... —Gemma se acercó y la abrazó, al separarse dijo:—Lamento haber sido grosera contigo.

—No pasa nada, espero que hayas disfrutado de la fiesta.

—Ha sido una hermosa ceremonia, felicidades.

—Muchas gracias, espero volver a verte.

—Lo harás, de seguro...

—Bueno, tenemos que irnos. —tomó el brazo de su hermana y la arrastró hacia la colina. Una vez pasado dicho cerro comenzaron a caminar hacia su casa.

—Lamento haber dicho todo lo que dije.

—Ya no son satánicos, ¿Verdad?

—No. —ambos rieron— De hecho, son personas muy lindas, me quedé totalmente sorprendida.

—Son muy buenas personas.

—Debemos decirle a papá, ¡Sí! ¡Él podrá parar todo esto! Podremos vivir sin guerras y...

—No creo que sea lo mejor, Gemma.

—¿Por qué?

—Parece que papá no es tan bueno como él dice.

—¿De qué hablas?

—De nada, olvídalo. —suspiró.

Continuaron su camino, Gemma le contaba todo lo que había aprendido esa noche—que no fueron pocas cosas— en el bolsillo de su vestido tenía varias semillas para árboles de mangos, en la palma de su mano tenía anotada una pequeña receta y, además, ha aprendido a hacer alguno de sus accesorios, recalcó mucho el hecho de que tuvo la oportunidad de conversar con la anciana de la comunidad, la cual le dijo que era una niña muy iluminada. Ninguno de los dos sabía qué significaba eso.

Al llegar a la gran casa quisieron pasar de largo a sus habitaciones.

—Eh, eh, eh. —el padre les llamó la atención. Los hermanos se detuvieron y observaron la mesa del comedor, su madre y hermana mayor Alice también estaban allí y, para su sorpresa, sonriendo.

—¿Sí, papá? —Gemma se escondió detrás de él.

—Vengan, tenemos muy buenas noticias.

—Pre-Preferimos ir a dormir, estamos muy cansados.

—Siéntense, ahora mismo. —dijo su madre en un tono severo. 

Ambos se acercaban a la mesa.

—¡Gemma! ¿Por qué tienes tu vestido tan sucio? —preguntó Alice.

—E-Es que... Jugamos en la arena con Jungkook, ¿Verdad?

—Así es.

—No es de señoritas andar así...

—¿Qué es esa noticia tan importante, madre? Estoy cansado.

—Bueno... Su hermana ha conseguido un perfecto pretendiente. ¿Por qué hueles a humo?

—Hemos hecho una fogata. Felicidades, por cierto, ¿Quién es?

—Uno de mis soldados. —su padre tomó un sorbo de vino que tenía servido en su copa— Ha sido muy educado con Alice y...

—¿Hace cuánto lo conoces? —Gemma frunció el ceño.

—Tres días.

—¿Y ya es un pretendiente? —Jungkook frunció el ceño.

—Es hermoso.

—¿Solo es lindo? —dijo Gemma, extraña.

—¡Claro que no! —rio Alice— Ya lo conocerás.

—Así es. —habló el padre—Mañana iremos de caza.

—No, papá. Ya no me interesa hacer ese tipo de cosas. —dijo al pensar en Kalinda.

—Me importa un comino, tú, yo, tu tío, Patrick y el joven Monruj iremos de caza mañana y punto.

Gemma y Jungkook se miraron e instantáneamente se rieron.

—¿Su apellido es Monruj? —continuaron riendo.

—No quiero ir, papá. 

—No te he preguntado.

—Pero...

—Además, tu primo Patrick irá.

—Buenas noches. —se levantó de la mesa y se dirigió a su habitación. Una vez allí se colocó su pijama y luego se recostó en la cama.

Comenzó a repasar aquel día vivido, a pesar de aquel desgarrador relato solo pudo pensar en Kalinda, estaba tan bella.
Su sonrisa era capaz de iluminar toda la aldea, él pensaba que las flores que tenía en su cintura y ella se parecían en encanto, era la primera vez que pensaba eso de una chica, nunca se había enamorado tanto como lo estaba de ella. Tan solo con pensar en Kalinda su estómago daba vueltas, como si una serie de mariposas giraran violentamente dentro, le agradaba esa sensación.

La casa del bosque; J.JungkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora