Te amo

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Cuando me levanté, el niño seguía durmiendo y me abrazaba bastante fuerte, intente soltarme, pero él tenía mucha fuerza. Ya en el segundo intento fallido, me canse y tome la almohada de la cama, y me quede quieto «¿Qué mierda voy a hacer con esto?» Pensé.

<Si no respira te soltara>Comentó Blanca,

<Si muere, todos nuestros problemas podrían acabarse> Sugirió Amarilla.

Y lo iba a hacer, iba a poner la almohada en su cabeza, y lo quería hacer, pero escuché un ruido. Alguien estaba arriba, alguien estaba aquí.

—Wade—murmuró entre sueño el niño, y yo sonreía. Con suavidad, empecé a girarlo, hasta que decidió soltarme para acomodarse mejor.

Me quité los brazos, y me puse un bóxer. Tomé aire y salí afuera de la habitación de vidrio. Caminé hasta las escaleras, y justo cuando pise el primer escalón, volví a escuchar un ruido. Conseguirlo subí y pude ver a dos personas, ropa muy desalineadas y con actitud sospechosa.

—Entonces, robamos todo y lo vendemos en la ciudad—comentó uno.

—Mira esto—dijo el otro, sacando una espada de la pared—los que vivían aquí debieron ser ricos—dijo, mientras jugaba con la espada. Como su movimiento eran bruscos, logró romper un jarrón.

Con cuidado subí y me oculté detrás de un armario, en la pared del pasillo de la cocina, que contaba con la sala, donde estaban esos dos.

—Deja eso—dijo el primero, y el otro entre quejas tiro aquella espada, cerca de mi. Y con cautela la tome «Es una katana» pensé, mientras la examinaba. Supongo que el ruido logró despertar a Peter. Y por eso, estaba ahí parado y en bóxer, frente a esos dos sujetos.

Perdóname Peter, lo olvide.

Olvide que tu no necesitas que te cuiden.

Pero lo olvidé, y por eso salí, con la espada en las manos.

No lo dude, y dije que se alejen de ti. Tu te quedaste quieto, y yo desenvaine aquella katana, y sin miedo, los asesine.

Cuando salí de aquel transe del complejo de héroe, fue cuando caí en cuenta que ellos no solo estaban muertos. Sino que murieron de la forma más violenta posible.

Sentí la ira cuando ellos me dijeron monstruo.

«No soy un monstruo» eran los pensamientos que tenía cuando atravesé su cuello con la espada. Y casi sin pensarlo, tomé la otra que aún estaba colgada en la pared, y le corté la cabeza del otro.

Y ahora, mis pies estaban manchados de sangre.

caí de rodillas, asustado por lo que acababa de hacer.

—Soy un monstruo—murmuré. Y luego, escuche sus pasos, no quise prestarle atención, pero luego sentí sus brazos rodeando mi cuello.

—No lo eres—dijo—me protegiste, así como yo te protejo—murmuró.

—¿Cómo puedes decirme esto?—pregunté—Acabo de matar y tu lo ves como una muestra de amor—dije y me levante. Me gire para verlo, demostrando nuestra diferencia de altura—Estas enfermo—

—Y tú eres un asesino—dijo totalmente serio, acariciando mi rostro—Pero no me ves huyendo. Porque, lo hiciste para protegerme, aunque lo niegues. Lo haces por mí—me susurró—y sé que lo seguirás haciendo, y luego te lo repetirás todos los días, para que la culpa sea menos, y que tus manos manchadas de sangre, tengan una buena justificación—me sentí desnudo en ese momento. «¿Por qué me dices todas esas cosas con sus ojos brillando de esperanza?» Pensé—Bueno, creo que debemos deshacernos de estos cadáveres. Pero yo apenas puedo caminar, así que te toca a ti, amor—aclaró, mientras se alejaba—Yo limpiare está sangre, y ocultare las armas—dijo esperando que le de las espadas.

—Creo que, yo me quedaré con ellas—dije, y él solo me sonrió, con esa sonrisa enamorada que tanto me perturbaba.

—Como quieras amor—




Felicidades, ahora mismo falta solo dos, para el final. 

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