Razones

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Fue cruel lo que hice, me pesa en la consciencia, pero si no te asusto, no te descuidaras y eso no me ayudaría a meterme en tu vida, además era una pequeña venganza por mentirme. Eres lindo y fuerte, y eso no me ayuda a acercarme, debo hacerte dependiente de alguien y cuando sea el momento, moveré todas mis piezas y tú estarás conmigo. Protegido y cuidado como se debe.

Te estaba vigilando desde lejos, seguías acostado supongo que te asusto un poco la carta que te mande.

Pero si lo piensas bien, podrás confiar ciegamente en el primero que aparezca, y ese seré yo. Me acerque a la pared de tu edificio y consulté mi reloj, eran las ocho de la noche, el horario en el que te ibas a bañar, es el momento perfecto para agregar ciertas cosas a tu casa, para poder asegurarme de que no me vuelvas a ocultar nada.

No era la primera vez que entraba ilícitamente a tu casa, y era lo mejor. Estaba instalando un equipo de cámaras inalambricas, para asegurarme de ver todo lo necesario y tal vez un poco más. Mientras instalaba los micrófonos algo me llamó la atención, sobre tu escritorio había un montón de papeles algo revueltos, pero lo que era más destacable era los resultados de unos exámenes médicos, estaba completamente estático en mi lugar, no quería perderte tan pronto.

El sonido de la puerta de tu baño me devolvió a la realidad, deje tus papeles como los había encontrado, no sin antes haberle sacado algunas fotos, y subí al techo para que no me veas.

—Nada mejor que un buen baño— dijiste completamente feliz, eso es lo que más me gustaba de ti, disfrutas lo poco en el peor momento. Y yo en cambio disfrutaba del momento, estabas vistiendo un pantalón de pijama, y nada más, lo malo es que no podía disfrutar de la vista porque mi ubicación no me lo permitía. De pronto el sonido de tu teléfono te llamo la atención y dejaste de secarte el pelo— hola, si lo sé, me tomó también por sorpresa. Estoy bien, sí, pero se que tu puedes hacerlo. Vamos, sabes que cuentas con mi apoyo, me conoces desde antes. Además me estoy ofreciendo para que lo hagas. Se que puede ser peligroso, pero recuerda que me debes un favor ¡Bien! Tranquilo, puedo hacer lo que me pides, solo ayúdame. Gracias Doc— colgaste y yo reaccione.

Me escabullí y salí de la zona de peligro, sin llamar tu atención, seria molesto que retrocediéramos justo en un momento delicado para ti. Aunque tu pequeña charla con ese "Doc" me llamó la atención, sonabas desesperado ¿Existe algo de lo que no me pude enterar? Pero lo voy a descubrir tranquilo.

Todo "esto" me dejó pensando, que debo empezar a moverme, y hacer mi segunda jugada, esta vez, veré que los preparativos estén bien hechos. No quisiera algún accidente.

«Primero debo comenzar con algo simple» Pensé cuando llegué a casa.

—Solo que no sé exactamente cómo hacerlo— comenté tirándole a la cama.

—Peter, levántate cariño—llamó mi tía, yo bajé y me senté en la mesa del comedor—¿Sucedió algo cariño?- preguntó preocupada, y eso me dio una idea.

—Tengo un problema con alguien—suspire fingiendo cansancio

—Cuéntame, tal vez pueda ayudarte—contesto mientras ponía un plato de comida frente a mi— y si todo falla, al menos podrás desahogarte— ella me sonrió tan tranquila.

—Con Ned tenemos una compañera, y ella está enamorada de un joven profesor— comente fingiendo molestia— y es muy desesperante— confesé, ella solo me abrazo para reconfortarme— además, lo peor es que ella insiste en que le demos consejos y no se que decirle— entonces noto como mi tía se entusiasmó con la idea, así supe que mi plan fue todo un éxito.

— oh, si ella quiere escuchar consejos, yo te diré unos y tu después puedes decírselo ¿Qué te parece?— yo solo asentí fingiendo entusiasmo— puedes decirle que se haga la tonta, y le pida tutoría, o le ayude en clases. Y después puede intentar conocerlo, y así ir acercándose a él con cosas pequeñas, como hacerlo sentir orgulloso en su clase o algo así— yo asentí, así empece a trazar un nuevo plan para tener al amor de mi vida

—Gracias tía May— agradecí con una sonrisa.

Ella sirvió mi la cena, estaba comiendo de forma lenta inconscientemente, no era que quisiera pero en mi cabeza no para de pensar esa maldita llamada.

«¿Quién es ese maldito doctor?» pensé con enojo, y casi dobló y rompo el tenedor.

Cuando termine, fui a mi cuarto, me senté en mi escritorio y saqué mi computadora.

—Veamos que hace el amor de mi vida— susurré mientras repasaba cada cámara de seguridad que coloque en cada habitación de su departamento, bueno, excepto en su baño.

Wade estaba en la sala de estar, mientras hablaba por su teléfono, se veía preocupado y algo ¿Molesto? No, parecía algo asustado. Lastima que no podía escuchar lo que decía, después de su llamada se fue a acostar.

Le desee dulces sueños y yo también me fui a acostar. 

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