Wade solo quería ser un profesor simple, con una vida simple. Pero no podía ignorar el hecho de tener un acosador, hasta que el gran superhéroe de la ciudad, se empieza a comportar raro.
Peter Parker, es un joven adulto, perdidamente enamorado, que...
Estaba asustada, lo podía ver en su rostro. Pero no quiero lastimarlo, seguro la culpa lo está destruyendo por dentro.
—Hola Ned—salude, y él solo retrocedió.
—Peter, no te esperaba aquí—dijo dando un paso hacía atrás.
—Oye, me conoces y sabes que no soy peligroso—dije, y él solo suspiró—Así que no te pongas así—pedí.
—Lo sé, pero también eres Spiderman—comentó—Y he visto como peleas con los chicos malos—dijo, y lo entendí.
—Pero yo no soy un superhéroe, además tu eres mi mejor amigo y...—intente decir.
—¡Basta Peter! Deja de fingir, tu y yo sabemos que en verdad, eres muy peligroso. Y ambos sabemos que lo que sientes por el profesor Wilson, no es solo "admiración"—comentó. Y yo me puse serio.
—¿Estás seguro de que me conoces?—pregunté, y me acerque a él, lo suficiente como para ver cómo sus ojos se llenaba de desesperación, por salir de su propio cuarto—Porque no hemos estado juntos debido a los estudios—aclare, y rompí su teléfono, que tenía en su mano derecha detrás de su espalda, con el cual estaba grabando la conversación—Ahora que podemos hablar libremente. Dime ¿Por qué me traicionaste?—pregunté.
—Porque lo que haces no está bien, y tienes que entenderlo. Necesitas ayuda Peter—me confesó, con una nueva seguridad. «Vaya, que interesante»
—No lo entiendes—dije con una sonrisa—Y está bien, no te culpo. Así que no te metas—pedí—Porque puedo asegurarte de que será algo de lo que te arrepentirás—le aclare, acercando mi mano a su cuello. Ned estaba paralizado, después de ese destello de seguridad, su miedo lo dejó paralizado—Llegue muy lejos, y no voy a permitir que tu lo arruines. Y estamos en el punto del juego, en que no me molesta destruir a cualquiera que se meta—le aclare en su oído.
Después de ese momento, supe que necesitaba a alguien más táctico, además Ned ya no podría cubrirme, pero tampoco delatarme, si aun quiere seguir vivo.
Por ahora, no haré ningún movimiento, no me conviene. Solo dejaré que todos se muevan a mi alrededor, y yo los observare.
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<El niño se ve molesto> Comentó Blanca. Y yo solo desvié la mirada de su cuerpo.
<Mocoso ¿Estas bien?>Preguntó Amarilla. Y volví a mirar mis pies, mientras estaba sentado en una de esas paredes.
—Que idiotas, él no los escucha—dije, y él dejó de caminar y fijó su mirada en mi.
—¿Quién fue?—preguntó acuclillándose detrás de mí, con el vidrio separándonos—¿Fue Blanca o Amarilla?—me giré sorprendido, y su mirada estaba fija en mi, y por unos segundos me sentí intimidado.
<¿Soy yo, o él hasta nos acosa a nosotros?> Preguntó Blanca.
<No es por nada, pero me siento de cierta manera especial> Comentó Amarilla.
—No, fue Amarilla. Preguntó si estás bien—dije, intentando restarle importancia.
—Estoy molesto—dijo, mientras acariciaba el vidrio—Y todo por Ned, ahora tengo que replantear todos mis planes, y revisar todos mis pasos, con cautela—explicó.
<Pregúntale si tiene arrugas> Insistió Amarilla.
<¿Usa alguna mascarilla o una cremita?> Preguntó Blanca.
—Oye niño—llame, y él salió de su mente. Se puso a mi lado, al principio creí que se quedaría afuera, pero no, abrió la puerta y entró—¿Qué mierda estás haciendo?—pregunte y él solo tomó asiento y suspiro recostándose contra mí, podía sentir su cabello suave contra mi mejilla.
—Necesito un poco de contacto físico—me aclaro con la voz apagada.
—Mira, esto es raro—dije, y luego me aclaré la garganta—Pero tú eres un niño inteligente, y muy...Muy capaz de de salir de cualquier problema—y casi sin pensarlo, le acaricie el cabello. Al principio pensé que no le agradaría el tacto con la piel quemada, pero él solo lo aceptó y se acurruco más en mi.
<¿Qué clase de cabellos de ángeles tiene?> Preguntó Blanca, con un tono emocionado.
<Es tan suave, ¿Está mal que quiera hacer una almohada con su cabello?>Preguntó Amarilla.
—Gracias Wade—ronroneo con una sonrisa «Parece un idiota enamorado»—Bueno, debo irme. Tengo que estudiar y arreglar esto, además de que ya me siento embriagado con tu delicioso aroma—dijo alejándose, y cerrando la puerta de vidrio, y por último poniendo unas trabas.
Cuando quede completamente solo, lo entendí. «¿Acabo de decirle a mi secuestrador que busque una solución para que yo siga aquí? ¿Acaso soy un idiota?» Pensé queriendo arrancarme la cabeza.
<Si, eres medio idiota, saliste fallido del tanque>Comentó Blanca.
<No es por nada, pero si no quieres irte ya no es secuestro>Dijo Amarilla.
—No me gusta estar aquí—aclaré.
<¿Segurín?>Preguntó Blanca.
<¿Segurísimo?>Le siguió Amarilla.
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Y justo cuando creí que no podía buscar una ventaja, apareció él.
Harley Keener, un chico que le interesa el profesor Quill. Y se nota demasiado, lo suficiente como para que yo pueda utilizarlo.
Tome una de sus clases, y me senté junto a él, era alguien muy extrovertido y muy fácil de manipular. Hacerme su amigo no fue difícil. Tarde dos semanas de "encuentros casuales", y él ya me hablaba con suma confianza.
Tuve que sacrificar mis tardes con el amor de mi vida, para que no pareciera sospechoso. Y se que a ellos no le agradaban.
La profesora Vanesa, aun seguía sospechando de mí, y temía que le hiciera algo malo a Harley. Pero con Quill era diferente y más disfrutable, él lo amaba y estaba aterrado de ver lo bien que nos llevábamos los dos.
—Aun sigue preocupado por ese profesor—preguntó Harley tomando su café.
—Si, debe ser. Oí que eran muy unidos—comenté, mientras mordía mi dona.
—No sabes lo que me pasó—comentó cerrando su libro, y de paso, el mío.
—¡Gracias! Al menos avísame, para poder marcar mi página por lo menos—comenté con sarcasmo, y ambos sonreímos—¿Tiene que ver con tu novio el profesor Quill?—pregunté, viendo como se sonrojaba.
—No es mi novio. Pero si, él me pidió tener un encuentro, ya sabes, en secreto—dijo emocionado.
—Por favor, contrólate, pareces una adolescente enamorada—dije y él solo se mordió el labio, intentando aguantar su carcajada.
—Ya sé, pero creo que ambos tenemos un futuro y...—desde ahí, siguió parloteando sobre su amor. Y todo eso, podía estar bien, pero ella tenía que meterse.