Aléjense de mi hermano pequeño! /AllxLuffy/

~19~

-...Solo llámame en cuanto puedas, ¿Sí?...por favor.

Se encontraba pálido, sus ojos semi hinchados y sus mejillas junto a su nariz levemente rosadas, irritadas de tanto contacto con aquella agua salada que brotaba de sus apagados ojos.

Su pecho seguía oprimido desde la mañana, sin mencionar que tampoco había salido de aquel cuarto al cual había puesto llave sin dejar entrar a nadie. Ya no sentía los insistentes golpes de su hermano en la puerta, ni el más mínimo ruido en la casa, solo observaba el techo como si fuese lo mas importante del mundo.

Con pocas ganas y una leve dificultad pudo tomar asiento en la cama, el piso estaba helado y al sentir el contacto de este con sus pies no pudo evitar sentir un escalofrío que recorrió todo su cuerpo en segundos.

- ah ah - se sentía cansado, se colocó sus zapatillas y se levanto con dificultad, no sabía cuanto tiempo había estado encerrado hablándole al teléfono, ni siquiera se había fijado en la hora más solo en suplicar correctamente a quien quería ver.

Agarró la llave que se encontraba en la puerta, la giró y salió de su habitación lentamente mientras notaba que la puerta se encontraba magullada, mostró una basta atención ante los golpes que esta había recibido más no duró mucho su poca tranquilidad cuando una voz familiar le hizo acelerar su pulso, temblar por unos momentos y sorprenderse más de lo que podía aguantar.

- Tu hermano es bastante violento, no me sorprende esto en absoluto - Estaba sentado en el sofá mientras tomaba una taza de café, llevaba traje más no corbata ni saco, el cual se encontraba en el perchero del departamento.

El pecoso abrió los ojos hasta su límite, no podía creer a quien veía, se sentía tan... ¿Feliz? Su rostro se torno rojo inmediatamente al notar con que prendas andaba y desvió rápidamente la mirada para hablar finalmente.

- M-Marco.. - el rubio dejó la taza en la pequeña mesa y se sentó ahora con los brazos cruzados mientras lo observaba - ¿Qué haces aquí? - 

Se armó de valor para levantar la mirada y chocar con los ojos del rubio frente a él que, como de costumbre, lo miraba indiferente. Marco se puso de pie y se acercó hacia el pecoso quien, embobado, solo podía ver como se acercaba poco a poco hacia él.

Podía ver al azabache con aquellas prendas holgadas que probablemente serían de su hermano, sus cabellos rebeldes y su mirada apagada que luchaba para poder mostrarme un leve rallo de luz, no podía entender porque seguía intentándolo, pero aún así no podía seguir con esta farsa, más sabiendo que estaba haciendo más daño del que pensaba.

- Quiero que me escuches ¿Sí? - no le dedicó ninguna sonrisa, ninguna cálida señal de que lo que iba a salir de aquellos labios era algo de su gusto, solo podía mirarlo y conservar una pequeña esperanza de que tal vez, y solo tal vez el lo querría, aunque sea un poco más que a Luffy.

- No es a tí a quien busco.

El pequeño destello de luz que intentaba mantener vigente en sus ojos se desvaneció por completo, quedó perplejo ante lo dicho en su lugar y su nariz junto a sus ojos comenzaron a volverse cada vez más rosas. Seguía parado frente a él y el rubio solo podía observar aquellos leves cambios manifestarse frente a él, pero debía seguir, tomó sus hombros y siguió.

- Solo déjame..agh, tú no eres él.- sacudió un poco su cuerpo mientras seguía viendo directamente a sus ojos - y yo no soy lo que necesitas.-

Y lo soltó.

Lo observó una vez más y se dió la vuelta mientras cerraba con pesar sus ojos, agarró su saco, su bufanda y suspiró antes de irse.

- No me malinterpretes Ace, si me gustaste, pero no puedo amarte como quieres, cariño.