Aléjense de mi hermano pequeño! /AllxLuffy/

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 - Pronto...estaremos bien Ace - acariciaba su cabello, la situación era un infierno y no era ninguna novedad, más su corazón latía a mil por hora y no sabía que debía sentir en aquel momento, el perfume del pecoso lo inundaba y sus sollozos ocupaban su pecho.

podría sonar totalmente egoista el decir que adoraba sentirse necesitado, sentir como aquel azabache rebuscaba en su pecho el calor que siempre tuvo para brindarle, pero tambien amarga era aquella sensación de que todo ocurría por otro, por aquel quien tuvo el corazón de la persona que ama en sus manos y simplemente no le importó, era una explosión de emociones, enojo, felicidad, una cierta tristeza y melancolía, que podría hacer.

Se encontraban en la habitación de Luffy, Sabo seguía con la intención de ir a buscar a su pequeño hermano, era la luz de sus ojos y se había ido con un tipo que a puras penas conocía, ¿Qué clase de hermano mayor dejaría ir así a su pequeño hermano? Pero era una situación complicada, Ace lloraba mares y no lo soltaba, tampoco es que quisiera safarce del agarre, sin dudas era complicado.

- ugh..Sabo.. - sonaba afónico, sus ojos estaban hinchados y rojos, no dejaba de aferrarse a la cintura del rubio mientras se encontraban acostados en la ya dicha habitación, con esfuerzo pudo cambiar sus ropas a unas más cómodas y lo arropó encima de él, Ace sentía que podría morir en aquel momento.

- Si? Dime..- levantó un poco la vista del pecho del rubio mientras sus ojos seguían entre cerrados, sus mejillas y los bordes de sus ojos se encontraban irritados, Sabo solo se quedaba contemplando aquel estado en el cual nunca había admirado a su hermano antes, su cabello alborotado, sus pecas tan creativas en su rostro, adornaban tan tiernamente aquellas mejillas rosadas que tanto tiempo quiso probar, estaba simplemente en otro plano.

- Dime que nunca vas a dejarme.. - sorbió nariz mientras con sus manos apretaba aún más la camiseta del rubio, vio aquellos ojos en los cuales siempre conseguía consuelo, él siempre había estado para él pero ¿El también lo dejaría? -...Por favor.. - y apegó nuevamente su rostro al pecho del rubio para continuar con sus sollozos incesantes, aquel ardor en el corazón no acabaría fácilmente.

Tenía entre sus brazos lo más preciado para él, aquellas palabras que tanto anhelaba por fin podian ser escuchadas, cerró lo ojos y acariciaba su cabello mientras depositaba un leve beso en su él, no había sido notado aquel gesto pero el poder realizarlo para él era más que un logro.

...

-Ah ¿Puedes decirme a dónde vamos? - Sujetaba fuertemente la mano del rubio mientras lo seguía, aquella parte de la ciudad era totalmente desconocida para él, había bajado de su auto para encontrarse frente a un edificio donde al parecer se encontraría su departamento, no era para nada malo el lugar, es más, aquellas plantas que colgaban de los balcones le parecían geniales por lo que diría que de impresión, el lugar era muy lindo para él.

- de hecho, hemos llegado, pequeño - Tenía una leve sonrisa en el rostro, se encontraba algo molesto también pero había conseguido lo que quería. Prosiguieron a adentrarse al edificio, su departamento estaba totalmente ordenado y un estilo de decoración bastante elegante. Marco le señaló donde colocar su abrigo - Ponte cómodo, ¿Si? - seguía dedicándole tantas sonrisas como pudiera, la presencia del menor en verdad le hacía sentir tranquilo y nervioso al mismo tiempo, sus grandes ojos miraban más allá de su aparente seriedad y cualquier movimiento anteriormente pensado se desvanecí y no sabía que hacer, era sorprendente.

Luffy se dejó llevar, tomó seguridad y simplemente se adentró por completo al departamento, se quitó su sudadera y su bufanda, solo llevaba una remera un poco holgada por lo que era comprensible el frío que sentía, no estaba bien abrigado.

- Oye, Marco - el mayor se encontraba en la cocina preparando algo caliente par ambos, quería hacer sentir a su invitado como si estuviera en su hogar, pero debió ir hacia él al sentir su voz decir su nombre de manera tan tierna, no podía resistirse.