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(Voy a aclarar, el encuentro de Sabo y Marco fue en la tarde de ese mismo día en el cual Kidd hizo una fiesta, o sea, horas antes de que esta se realizara)

El rubio abrió la puerta del departamento el cual compartía con sus hermanos, luego del encuentro con Marco, el cual no esperaba que fuera tan pronto, y entro sin esperar nada positivo detrás y lo vio. Ace se encontraba en el sofá tapado con una delgada frazada, se encontraba quieto y totalmente callado, no se podían escuchar ni siquiera pequeños sollozos, pero el mar de lágrimas seguía vigente en él.

Sabo solo se sentó a su lado, simplemente dejaría sus sentimientos de lado, al menos por ahora, quería esperar a que todo se arreglara, a que Ace se arreglara y recién ahí dejar que las cosas tomen su rumbo natural, mientras tanto actuaría como lo que siempre fué, su hermano.

- Supongo vino a verte por ultima vez - El rubio no miraba al azabache, se mantenía a su lado mientras solo observaba al suelo esperando poder entablar aunque sea una pequeña conversación - Y también supongo que te has dado cuenta lo imbécil que eres - Sabo amaba a Ace, más no iba a contenerse en esos momentos de decirle sus verdades aún más siendo el testigo del trato injusto que le había dado a su pequeño sol.

-Sí... - con sus manos intentó secar sus lágrimas pero fue detenido por las de su hermano, quien levantaba su cabello alborotado con una y con la otra intentaba calmarlo.

Ace solo pudo observarlo, y a pesar de todo solo podía mantener silencio, un silencio en el cual solo lo utilizó para pensar en porqué Sabo aún seguía aquí, vio sus ojeras, sus pómulos irritados y su notable cansancio, observó su pelo alborotado acomodado bruscamente y simplemente no pudo evitarlo.

Ace se impulsó y apresó en un abrazo al rubio quien, ante su tranquilidad, no esperaba en absoluto, se sorprendió tanto que tardo unos minutos en corresponderlo pero pronto el abrazo fue mutuo.

- Lo siento, Sabo, lo siento tanto agh - sus manos se aferraban a la chaqueta que este llevaba, pensaba en todo lo que ocasionó, en Marco, en Sabo, pero sobre todo en su pequeño hermano, aquel ángel por el cual era capaz hasta de entregar su vida si pudiera, se sentía tan miserable que aún no sabía como haría para verle de nuevo a la cara a Luffy, como haría para disculparse, simplemente se sentía lo peor del mundo en esos momentos.

- Ya, Ace, tranquilo - Sabo se pudo aliviar un poco, Ace ya había reflexionado aunque sea un poco, sigue siendo un idiota relativamente egoísta pero  por algo debían empezar - Él no volverá así que no te preocupes - mientras acariciaba sus azabaches cabellos para calmarlo.

- ¿C-Cómo estás tan seguro? *sniff* - se separaron del abrazo quedando el pecoso relativamente cerca de Sabo, se encontraba un poco mejor sabiendo que el rubio aún no se había cansado por completo de él, que le había dado otra oportunidad.

- Bueno, tuve que pedir ayuda de terceros *suspira*

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- ¿Quién dices que sea? - Luffy se reía entre palábras, se le hacía graciosa la escena que ocurrió con killer abriendo la puerta y lo recordaba a cada momento, aquel porro que accidentalmente había fumado fue lo mejor de la noche pera él, a parte de Zoro, claro, (además es más "sano")

- No lo sé, Lu, tú deberías saberlo - el peliverde se encontraba irritado con que alguien tuviera que interrumpirlos, pero a pesar de eso se sentía perfectamente bien, sobre todo ahora mismo donde ambos iban de la manos entre la gente para la puerta, sentía que por fin aquel pequeño monito de la sonrisa brillante era suyo.

Atravesaron a la basta gente que de un momento a otro fue aumentando, poco a poco iban llegando a la puerta cuando comenzaron a escuchar algunos insultos provenientes de a fuera, el peliverde y el azabache no entendía lo que sucedía hasta que abrieron esta y por fin pudieron presenciar lo que ocurría.

Aléjense de mi hermano pequeño! /AllxLuffy/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora