THREE

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No importa cuán fuerte JiMin apretara los dedos de YoonGi o pellizcara su nariz, no había respuesta.

Tomó entre sus manos, los dedos de su mayor y acarició su propia mejilla. A veces amaba como se sentía la piel helada de YoonGi cuando chocaba accidentalmente con la suya, en verano la sensación era fantástica y también al escabullirse en la misma cama

Algunas no, como cuando tenía que romper la compuerta trasera del FranXX y sacar su cuerpo inerte. Entonces, tan pronto como estaba desconectado con SuRan corría a tocarle pulso de su cuello y siempre estaba frío como tocar nieve sin guantes.

—Quiero verte en tu traje de parásito... —Murmuró alejando su mano y dejándolo sobre la camilla, se puso de pie.

A JiMin le gustaba mucho como YoonGi se veía en su traje de cuerpo completo. El negro de pechera, los guantes blancos que se ajustaban a las muñecas perfectamente, para no lastimar el tacto si se sostenía con fuerza excesiva los controles, los zapatos del mismo matiz.

Ellos tenían que desnudarse y usar primero la ropa interior. Así que 093 generalmente se cambiaba en la esquina y corría lo más rápido a la zona donde les ajustaban el traje, 095 apenas se atrevía a mirarlo o sus mejillas se volverían de color cereza hasta estallar.

"Me gusta cómo se te ve el negro." Le dijo una vez, JiMin. YoonGi miró a SeulGi jugueteando con HyeJin. El traje de los pistilos lucía más estorboso, blanco, incluía una capucha de la misma firmeza del equipo de protección pero con relleno acolchonado y la cargaban en su espalda. Algo similar una columna vertebral corría desde su nuca hasta su coxis, era la zona en donde corría su vínculo mental. Se dibujaba unas líneas a la mitad de su muslo, en la espalda y zonas más del mismo tono que sus cabellos, era un toque especial.

Con la vista perdida entre la nada, YoonGi confesó: "A mí me gusta más el blanco."

—JiMin, estás aquí... —095 miró sobre su hombro a SeulGi, la voz de su compañera había irrumpido su burbuja. Sus cabellos azules estaban recogidos en un prendedor de corazón. Ella estaba en su equipo de pistilo y tenía toda esa energía de pelea alrededor.

No tenía ganas de que tuvieran un enfrentamiento verbal cuando todas sus fuerzas estaban suprimidas en no derrumbarse de tristeza por la idea de perder a YoonGi.

—¿Qué quieres? —Le preguntó en tono brusco, inclinando su cuerpo hacia la cama e instintivamente cubrir un poco el cuerpo de YoonGi.

SeulGi se adentró a la habitación, admiró el cuerpo en la camilla y después sus ojos azules se posaron sobre él tan breves como el batir de las alas de una mariposa.

—Lo lamento.

—¿Eh? —Murmuró JiMin. Se dedicó a estudiar su rostro profundamente. Esperaba encontrar una señal de firmeza o veneno pero SeulGi tenía el rostro agachado— Lo dices, ¿enserio?

—Sí —Era tan raro. Y JiMin quería mantenerse alerta, pero después de todo era su compañera y con la vida de YoonGi pendiendo de un hilo sólo quería que alguien lo sostuviera un rato— Pensé que el escuadrón estaría mejor con él —Admitió, sin dejar de mirar el piso —teniendo un trabajo seguro con los adultos... Pero, no, no así... Lo siento tanto.

Por un instante, JiMin lo creyó del todo. Luego, comenzó a hacerlo y pasado otro, se rindió. La tensión extra abandonando su cuerpo.

—Está bien, está bien... —Ella sonrío alegre, caminando hasta su lado. Su traje como pistilo incluía plataformas en los pies y la altura entre ellos siempre terminaba distintita por muchos centímetros— Por favor, discúlpate con él cuando esté despierto.

Kiss of Death [JimSu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora