TWENTY ØNE

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Esa noche, JiMin tuvo una de las ya comunes pesadillas a mitad de la penumbra.

Repitió entre malos sueños el último día que miró con vida a YongSung, ella estaba bromeando con TaeHyung y podía estar seguro que ambos se darían un abrazo si hubiesen podido terminar la misión de alguna forma. Las cosas de imprevisto se volvían obscuras, una batalla sangrienta que no podía recordar.

TaeHyung y SeulGi estaban sacándolos de la cabina del FranXX, con el cadáver de su compañera.

Había humo, sonidos de explosiones y gritos desgarradores a la lejanía de alguien que le parecía extrañamente familiar.

Está bien, intentó convencerse JiMin. Podía verlo una vez más y llorar menos.

Esa escena estaba repitiéndose tantas veces en su cabeza que en algún momento terminaría por volverse duramente insensible. No era más que una cuestión de tiempo, parte del proceso de la cicatrización de la herida.

Sin embargo, no era YongSung la que estaba muerta, habría sido menos impactante esta vez. Sólo que... YoonGi era el que estaba ahí.

La cara pálida de su parásito favorito apareció entre los brazos de Tae, tenía los ojos ausentes, sangre sobre su precioso rostro y su cabeza apuntando hacia un ángulo torcido. El amarillo en sus orbes estaba completamente apagado.

Nunca volvería a mirarlo de nuevo.

"Esto es tu culpa, JiMin." Le decía la voz de YongSung congelada en su cabeza. "YoonGi está muerto por tu culpa."

En ese momento se despertó gritando tan alto como pudo y pataleando contra el aire.

—¿JiMin? —preguntó alguien en la obscuridad de la habitación— ¡JiMin, basta!

Le tomó un largo instante darse cuenta que YoonGi estaba ahí, sosteniéndolo con dureza para que pudiera salir de su sueño despierto. Se aferró a los delgados hombros de su parásito y dejó caer su cabeza mientras lloraba ruidosamente.

El reconocimiento de saber que estaba en la habitación con los Nines y a ambos salvo, llegó tan tarde. Su pecho seguía presionando con el dolor del miedo profundo que experimentó.

—No te mueras, por favor... —le suplicó, empanando su ropa de dormir. Estaba balbuceando por lo que el pistilo no pudo escucharlo claramente. No supo si fue un alivio o no.

—Estás a salvo, estás a salvo.

YoonGi le repitió como un mantra, dejándolo que lo abrazara aunque la fuerza con la que JiMin estaba abrazándolo era un poco dolorosa. Se preguntó si los demás del escuadrón estarían molestos por el reciente ruido, pero lo sentía porque no haría nada al respecto. Su dulce estambre tenía que sacar toda la carga emocional que tuviera dentro.

Después de que sollozara lo suficiente, comenzó a quedarse sin fuerzas convirtiéndose en un muñeco sin vida. El estambre estaba temblando contra su cuerpo y cuando YoonGi lo sostuvo su corazón se apretó angustiosamente en su pecho, estaba demasiado delgado en comparación al chico joven y fuerte que fue antes.

—Lo siento —susurró, aunque tampoco estaba apartándose. Eso era lo que era correcto, JiMin no tenía que esconderse debajo de las mantas para llorar. Incluso si lloraba por alguien más, YoonGi se encargaría de consolarlo cariñosamente.

Siempre habían estado así, él uno para el otro. JiMin le demostró que correría dentro de lago con tal de mantenerlo con vida.

—¿Tuviste un mal sueño?

Su pregunta logró que JiMin se apretara más cerca contra su cuerpo, probablemente no había ni un centímetro de distancia entre los dos. Era lo más reconfortante que le había sucedido en mucho tiempo.

Kiss of Death [JimSu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora