ØNE

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Cuando todos despertaron a desayunar, estaban increíblemente tranquilos. Bajaron hasta el primer piso dejando los dormitorios sin compartir ni una sola palabra.

Nadie dijo ni una sola palabra al tomar sus asientos o comenzar a comer y mucho menos al observar a SuRan cabizbaja.

El ambiente estaba tan tenso que JiMin apenas podía respirar un poco de aire sin atragantarse. No tenía apetito, lo único que quería era correr en dirección a la enfermería y saber que YoonGi estaba bien.

Observó el cesto de frutas y tomó una mandarina, guardándola en su bolsillo. Pensando que en podría guardarla para cuando su compañero estuviera de vuelta sus labios casi tiraron en una sonrisa que rápidamente se esfumó.

Intentó picotear un poco sus alimentos con el tenedor, un poco de carneo debería de animarle, pero gimió frustrado, todo le sabía desabrido. Eran sus sentimientos que estaban estropeando su desempeño en el desayuno.

Le echó una ojeada al comedor. En las mesa de las chicas las cosas se veían aún peor que entre ellos, SeulGi al otro extremo de SuRan con YongSung y HyeJin fingiendo que no volaban dagas de miradas.

La mesa de los chicos estaba más serena, un poco más triste. NamJoon estaba sentado en la cabeza, TaeHyung a su lado, seguía él y luego el asiento vacío de YoonGi.

Por poco se le escapa un suspiro, la silla tallada de madera acomodada elegantemente al pie de la mesa le parecía triste.

YoonGi siempre se sentaba un poco lejos del tablón pero nunca se le resbalaba ningún alimento de la boca.

Probablemente si supiera que estaba mirando su lugar y sintiéndose melancólico le golpearía el muslo con su rodilla por debajo de la mesa y empujaría un pedazo de pan extra en su plato. Muy discreto y propio, como si él fuera el líder del escuadrón.

A JiMin le maravilla eso, admiraba mucho a YoonGi.

No importaba que estuviera fallando, que cada misión pusiera en peligro al escuadrón por no poder mantenerse. Le preocupaba, pero no disminuía en nada el sentimiento de admiración que siempre tuvo desde que era niño hacia él.

Su niñero HoSeok apareció por el arco de entrada del comedor con su expresión habitual, es decir, ninguna.

—Buenos días escuadrón. —Saludó cortésmente. A JiMin le parecía curioso ese hombre, era por muy poco de diferencia una versión madura y perfecta de NamJoon.

Siempre tenía el uniforme de crianza sin una sola arruga, un peinado perfecto y los informes del día listos.

—¿Cómo está YoonGi? —Brincó de su sitio y se habría avergonzado de recibir una mirada de reproche si no hubiese estado tan angustiado.

HoSeok negó con la cabeza, no estaba sorprendido por el comportamiento de JiMin pero si decepcionado.

—Una vez que terminen sus alimentos serán capaces de visitarlo. —JiMin sonrió en grande, sentándose de nuevo.

Empuñó el tenedor sobre todos los alimentos y los llevó tan rápido a su boca. Ni si quiera iba a molestarse en masticar apropiadamente, el sabor acaba de ser irrelevante.

HoSeok se marchó tan pronto como leyó el programa de actividades de entrenamiento y dijo que esperaría afuera para llevarlos con su compañero faltante.

—¿Alguien realmente tiene ganas de visitar a ese inútil? —Preguntó al aire SeulGi, estaba furiosa.

JiMin se congeló, iba a responderle mordazmente hasta que lo notó.

Kiss of Death [JimSu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora