Kiss of Death [JimSu]

TWENTY NINE

YoonGi cayó sobre su espalda, tomando entre sus dos manos la cabeza para aliviar la horrible presión dolorosa sobre ella. Se sentía como si su cráneo estuviera rompiéndose en dos, una tortuosa fractura que lo mataría.

—¡YoonGi! —JiMin intentó llamarlo, esperando tener una respuesta. Si YoonGi podía hablar entonces su dolor no estaba bloqueando todas sus capacidades. En cambio su compañero de pilotaje, se retorció sobre la tierra.

Pateando contra el aire y balbuceando incoherencias.

—¡Duele, duele, duele, duele! —repitió entre sollozos golpeando su cuerpo contra el suelo como si tuviera leves convulsiones. Antes de que JungKook avanzara hacia el pistilo, JiMin lo tomó fuerte entre sus brazos intentando que no se hiciera daño, protegió su cabeza entre sus manos.

—¡Llama al aprendiz FranXX! —le exigió al parásito de melena larga, completamente fuera de sí por el dolor de su chico.

—No es necesario —respondió JungKook—. Sé lo que está sucediéndole.

—¡No importa si lo sabes! —JiMin lloriqueó, gritándole a JungKook con toda la fuerza que tenía en su garganta— ¡Tráelo ahora! ¡YoonGi está sufriendo!

Los sollozos de su chico fueron en aumento y largas lágrimas mancharon sus mejillas. Todo el interior de JiMin se contrajo con una impotencia lacerante, no podía hacer nada por su pistilo. Sentarse y mirarlo sufrir acabaría con él.

Tenía que ayudarlo de alguna forma, pero ¿cómo lo haría?

—No hay nada que pueda hacerse. ¿No entendiste lo que dijo el aprendiz FranXX? YoonGi está cambiando, por tu culpa.

A pesar de que JungKook estaba acusándolo del estado del pistilo, JiMin no se molestó. Su mente estaba completamente enfocada intentando recordar algo que el aprendiz FranXX dijo.

—Un Klaxosaurio —atinó por fin, murmurando— ¡¿YoonGi está volviéndose un Klaxosaurio?!

Se volvió a preguntarle eso a JungKook, completamente asustado.

—¿No lo sabes? ¡Eres tan incompetente! —Ellos estaban gritándose ridículamente cuando pareció que todo se detuvo.

JiMin tuvo la respuesta a su pregunta de inmediato y no le gustaría. YoonGi se sacudió unas veces más y luego se mantuvo quieto, perdiendo la consciencia.

—¿YoonGi...? —pronunció en un susurro. Esperando lo peor.

Entonces dos cuernos amarillos con la punta totalmente afilada comenzaron a abrirse camino desde la cabeza de YoonGi.

𝗙𝗜𝗡𝗔𝗟 𝗗𝗘𝗟 TERCER 𝗔𝗥𝗖Ø