TWENTY EIGHT

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El sol que estuvo brillando en lo alto de su cabeza, comenzó a opacarse por las pesadas nubes grises, ocultando el pintoresco y azul cielo detrás de una negrura espeluznante. Fue lo primero que YoonGi miró al despertar, sin poder recordar en qué momento había quedándose dormido. Pero él estaba ahí de nuevo, tendido con los brazos abiertos a sus costados.

Nuevamente ahí.

Un helado viento corrió en la pradera y la maleza comenzó a crujir por el crudo movimiento, yendo hacia adelante y atrás. Le ordenó rápidamente a su cerebro moverse, pero los dedos sus manos fueron lo único que respondió a la orden. Se sentía profundamente entumecido, podría jurar que la masa de sus huesos cambió mientras dormía y pesaban tanto como piedras.

Nuevamente estaba ahí.

Cuando escuchó pasos sobre el césped, cerró los ojos. No quería mirar el rostro de esa persona porque sabía de quién se trataba y simplemente todo era demasiado real para su gusto, ya sabía que lo era. No se trataba de un sueño, eran parte de sus recuerdos torciéndose y volviendo a su mente como enredaderas.

Los pies de esa persona se mantuvieron a escasos centímetros de su cabeza y luego nada, no se movió más.

—¿Estás asustado? Después de tanto tiempo, lo sabes —preguntó el JiMin de sus sueños y YoonGi sintió sus parpados temblar. Siempre que su estambre abría su boca, todo su cuerpo reaccionaba para mirar sus dulces gestos al hablar, no era extraño que ahora tuviera movimientos involuntarios ante la voz tan engañosamente familiar.

—Soy un demonio, los Klaxosaurios lo son.

—¿Sabes quién eres? —JiMin lo ignoró con mucho talento— ¿Cuál tu verdadero tú? ¿003, 093 o YoonGi?

Impulsado por la curiosidad, YoonGi abrió los ojos. Colocó una mirada firme, porque esa era una pregunta que podría responder con facilidad sin importar qué. NamJoon le dio ese apodo pero JiMin lo llamaba así, no por su código. Pensando en eso, entonces podía admitir que así era como debía ser llamado su verdadero yo.

—Soy YoonGi.

—¿Y qué es lo que YoonGi es? ¿Crees que es un demonio? —Golpeando uno de sus dedos gorditos, en su mentón redondo JiMin le dio una mirada pensativa— ¿Mereces ser llamado demonio por tener sangre de Klaxosaurio latiendo en tu corazón?

—Es algo que no han enseñado desde niños, es... Es su culpa que la humanidad corriera el peligro de desaparecer, son el enemigo. Nuestra meta en la vida sólo es subir a un FranXX y acabar con ellos.

Podía recitarlo al revés, esa siempre fue la verdad con la que crecieron, el sentido de crecer, el miedo y la lealtad al luchar. Pero cuando JiMin lo miró de regreso, él se veía particularmente decepcionado aburrido con todo su discurso.

—¿Ah? ¿Eso es lo que los humanos te hicieron creer? —En definitiva no estaba nada conmovido con sus palabras— Es tan ridículo, tan ridículo.

—No puedes llamarlo ridículo, no hay otra verdad.

JiMin colocó el pie sobre su hombro, haciendo una presión dolorosa. YoonGi lo habría golpeado y alejado, pero los músculos en todo su ser seguía muertos.

Estaba tendido sobre la tierra fría a merced de este escalofriante chico. Además, pronto comenzaría llover, sentía que no podría evitar mojarse.

Los ojos de JiMin se obscurecieron peligrosamente, el tono del rojo volviéndose más letal. Estaba molesto por lo que dijo, era claro.

—¿Después de lo que les han hecho sigues creyendo que son los buenos? ¡Tú no mereces ser YoonGi, puedes ser 093 o 003! —gritó totalmente enfadado— Esos chicos han sido la marioneta de los humanos y lo sabes, los adultos no se detuvieron a usarlos. Hasta que estaba muerto, hasta que mataste.

Kiss of Death [JimSu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora