Harry
- Tal vez cree que eres mal besador. - Dijo Liam elevando los hombros.
- Gracias. - Contesté sarcástico. - No lo sé, pero ya tengo algo planeado para su cumpleaños. - Sonreí mirando a mis amigos.
- ¿No falta más de un mes? - Preguntó Niall, yo asentí orgulloso. - ¿Y lo tienes planeado desde ahora? - Volví a asentir. - Estas obsesionado.
- Claro que no. - Guardé los libros que ya no necesitaba y tomé los de la siguiente hora. - Solo creo que es la primera persona que en verdad me gusta, me gusta mucho. - Liam me miró con ternura maternal, yo elevé las cejas y el pecho como si buscara pleito, yo era rudo.
- Por eso cree que eres mal besador. - Dijo Niall al ver mi reacción a la mirada del castaño. - ¿Y tú? ¿Nos vas a contar con quien estás saliendo? - Golpeó a Liam con el codo levemente.
- Con nadie. - Apretó los libros que cargaba a su pecho, lo miré incrédulo. - De verdad, no salgo con nadie, solo son... Cosas de niñero. - Mi amigo lo miró igual que yo. - Bien, no me crean, voy a física, nos vemos a la hora de salida. - Caminó lejos de nosotros.
- Sale con alguien.
- Definitivamente. - Respondí, la campana sonó y todos caminaron a sus clases. - Yo tengo cálculo, nos vemos en el estacionamiento. - Ni asintió y yo seguí mi camino en dirección al salón.
Casi llegaba a mi destino cuando sentí que alguien tiraba de mi camiseta, caminé con torpeza hacía atrás para no caer. Escuché varias risas a mis espaldas y me giré bruscamente para poder ver quién me había jalado, había cuatro chicos y una chica acorralándome contra una puerta, era el closet del conserje. Uno de eso chicos era Jacob, a los demás no los reconocía.
- Hola, Styles. - Sonrió como si fuera a cobrar venganza de algo, no entendía nada, normalmente se limitaba a dejar las horribles notas y ya. - Vine a buscarte porque la banda llegó y quiero invitarte a bailar. - Dijo intentando imitar mi voz.
Yo recordaba esas palabras, era lo que le había dicho a Louis en la fiesta de Halloween, ¿cómo sabía él eso?
- ¿Qué? - Pregunté, intenté ver si había algún alumno cerca para que me ayudara, pero ya todos estaban en sus salones. Yo sabía pelear, lo había hecho con Carter y algunas otras veces antes, pero esas eran peleas de uno a uno, ahora eran cuatro contra uno, no iba a ganar. - ¿De qué hablas?
- No hagas como si no entendieras. - Dijo otro de los chicos. Escupió hacia mis zapatos, pero los quité antes.
- No sé qué es lo que quieren, ¿dinero? - Les pregunté buscando en mis bolsillos.
Jacob me tomó por el cuello de la camiseta para apartarme de la puerta, la chica que los acompañaba abrió el armario y él me lanzó hacia dentro. Mi espalda chocó con un trapeador que estaba recargado sobre una repisa con productos de limpieza, caí al piso y un poco de lejía se regó sobre mi ropa.
- No nos interesa tu maldito dinero. - Contestó la chica.
- Solo necesitamos que te quedes ahí, estúpido. - Jacob pateó la botella abierta de cloro de vuelta al armario, esta vez salpicó mi rostro así que cerré los ojos para que no entrara. Ellos rieron. - Quédate en este maldito closet. - Cerraron la puerta y escuché como le echaban llave.
Pasé mi mano limpiando todo de mi rostro, me sentía humillado, era una mezcla de enojo con tristeza, quería llorar y golpear algo al mismo tiempo. No conocía a esas personas, exceptuando a Jacob, y jamás les había hecho nada, ¿por qué eran así conmigo? Intenté abrir la puerta, pero definitivamente la habían puesto llave, necesitaba esperar a que el señor Myers tuviera que sacar algo del armario para que abriera, y con la cantidad de armarios que había, eso tardaría bastante.
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FOREVER
Teen Fiction-Lou, todos tenemos secretos. - Dijo mi madre, pero ya no tenía su mano puesta sobre la mía. - Algunos debemos mantenerlos para nosotros mismos y no dejar que los demás los sepan... Este es uno de esos.