Harry
Me desperté con dolor en todo el cuerpo, suspiré y pasé la mano por mi rostro. Mala decisión. En cuanto toqué mi pómulo sentí un terrible dolor, fruncí el ceño y la quité rápido. Por un momento había olvidado la pequeña pelea de la noche anterior, me di cuenta de que ni siquiera tenía la cobija encima, solo estaba acostado sobre la cama aún disfrazado.
Me puse rápido un suéter rosa obscuro y unos jeans que tomé del montón de ropa que estaba al lado de mi escritorio. Salí de mi habitación mientras me ponía la bandana, las voces de mi familia sonaban desde la cocina.
- ¿Él subió a dejarlo? - Ese era mi padre. - Pero no se besaron, ¿o sí?
- No lo sé, solo subieron ellos. - Dijo Gemma, pensé que podrían estar hablando de alguna serie. - Pero estoy segura que se gustan, solo que aún no lo dicen. - Entré a la cocina y todo se quedó en silencio. - Hola, hermanito.
- Buenos días. - Me senté en la mesa con ellos. - ¿De qué están hablando?
- De anoche. - Mi madre sonrió. - ¿Qué tienes aquí? - Miró mi cabello y pasó su mano para limpiarme. - Oh, ¿cómo llegó la pintura para la cara de Louis a tu cabello? - Casi me ahogo con el licuado que estaba tomando. Gemma se rio de mi y papá me miró enojado.
- Yo... Yo no lo sé. - Era verdad, no sabía cómo había sucedido, estaba seguro de que no nos habíamos besado. Tenía una imagen de él ayudándome a subir a mi habitación, pero luego de eso no había nada. - Puede que haya sido cuando tomaron las fotos en la fiesta.
- Harry Edward Styles, ¿lo besaste? - Papá se veía molesto desde antes de que contestara.
- No, yo no lo recuerdo. - Esa no parecía ser la respuesta que él quería. -No, no lo besé. - Miré a mi hermana para comprobar mi respuesta, pero ella se veía igual de perdida que yo.
Terminamos el desayuno y, como todos los sábados, tomé una chamarra para salir con mi padre a la panadería.
***
Louis
Me subí al pequeño banco e intenté tomar los juegos de mesa que estaban en el armario de las gemelas. Mi padre había decidido guardarlos ahí, pero era un problema alcanzarlos porque estaba muy alto. Aún con el banquito tuve que ponerme de puntas, las primeras cajas fueron fáciles, pero cuando quise tomar la tercera me tambaleé un poco y luego caí al piso.
Las letras del Scrabble estaban regadas por toda la habitación, las otras cajas no se habían abierto pero habían volado bastante lejos, y yo estaba tumbado sobre la alfombra con un trasero bastante adolorido.
- Cariño, ¿estás bien? - Mi madre entró casi al instante. - ¿Qué te pasó?
- Nada, todo bien. - Me ayudó a levantarme, sobé un poco la zona adolorida y recogimos las letras. Sentí una sonrisa formarse al levantar la H, pero la quité rápido pensando en lo estúpido que me veía.
- Oh, mi pequeño. - Mamá pasó su mano por mi cabello, sonreí como un verdadero niño pequeño y luego me abrazó con un solo brazo. - Vamos, todos quieren jugar.
Bajé las escaleras con mi madre, las gemelas estaban emocionadas porque Jane había traído dulces para ellas por Halloween, Lottie le estaba enseñando algo a Fizzy en el celular y mi padre solo esperaba recostado en el sillón. Me senté junto a Jane, ella sonrío y yo correspondí, últimamente me agradaba un poco más su compañía.
Todos tomaron sus letras para comenzar a jugar, lo haríamos en parejas. Dejé que ella pusiera la primera palabra porque sentí el celular vibrar en el pantalón.
ESTÁS LEYENDO
FOREVER
Teen Fiction-Lou, todos tenemos secretos. - Dijo mi madre, pero ya no tenía su mano puesta sobre la mía. - Algunos debemos mantenerlos para nosotros mismos y no dejar que los demás los sepan... Este es uno de esos.