Louis
- Pero si bebes, por favor, no conduzcas. - Advirtió dándome las llaves. - Dile a Zayn que lo haga, o a Harry, o llama a tu padre para que vaya.
- Ya sé, ya sé, prometo no hacerlo. - Rodé los ojos sonriendo, era innecesario que dijera todo eso. Mi madre hizo una mueca y al fin dejó caer las llaves sobre mi mano, sonreí emocionado. - Gracias. - La abracé un momento. - Iré a arreglarme.
Aún traía el uniforme del restaurante, habían sido días muy ocupados entre el fútbol y el nuevo empleo, tenía menos tiempo de contestar los mensajes se Harry, pero agradecía que él lo entendiera, o tal vez solo estaba igual de ocupado que yo.
Corrí a mi habitación, los chicos no tardarían mucho en llegar. Tomé una camisa turquesa de manga corta y mis jeans negros, despeiné un poco mi cabello y puse un poco de loción en mi cuello.
Caminé al baño pasando frente a la habitación de Fizz, la puerta estaba abierta así que decidí entrar para molestarla un poco, pero no estaba ahí. Observé con cuidado cada rincón, mi vista se detuvo al ver un pequeño bote sobre el escritorio, estaba repleto de delineadores de diferentes colores. Me acerqué para verlos mejor. Negros, azules, cafés, blancos. Sostuve uno entre mis manos y dudé por un par de segundos.
- ¿Quieres ayuda? - La voz de mi hermana me hizo sobresaltar, dándole un golpe al pequeño contenedor y haciendo que todos cayeran. Ambos nos agachamos para recogerlos. - ¿Qué hacías?
- Yo... Nada, venía a molestarte. - Las palmas de mis manos estaban llenas de sudor por los nervios. La verdad era que quería intentarlo, Zayn lo hacía a veces y le quedaba bastante bien, pero no sabía si en mí iba a causar el mismo efecto.
- Oye, si quieres delineador solo pídelo. - Sonrió tendiéndome el que yo había agarrado. - Lottie tiene morado, y rosa, y un azul más claro. - Rio. - Por si quieres intentarlo con un color más llamativo.
Negué con la cabeza, no sabía que decir. - No, yo no sé... Usar esto. - Elevé un poco la mano. - Además no creo que me quede bien.
- ¿Cómo vas a saber si no lo intentas? - Se levantó del suelo y palmeó la silla frente a su escritorio. - Ven, si no te gusta podemos quitarlo. - Torcí la boca aún dudando, no sabía cómo reaccionaría mi madre, o mi padre, incluso tenía miedo de lo que dijeran las personas en la fiesta. Elevé la mirada encontrando a mi hermana con una enorme sonrisa de emoción, no podía decirle que no a eso, así que terminé sentándome donde me indicó.
***
Harry
Miré a Niall y a Liam, ambos tenían la cabeza gacha y parecían estar pedidos en sus pensamientos.
- No es necesario que vayamos. - Esperaba con todas mis fuerzas que dijeran lo contrario, porque yo sí quería ir a la fiesta con Louis. - Si no se sienten cómodos, podemos irnos, aún estamos a un par de casa. - Elevaron la mirada por fin.
- No, está bien, tal vez todo cambie cuando estemos ahí. - Liam elevó los hombros con desdén, suspiré, esperaba que el ambiente dejara de sentirse incómodo en algún punto de la tarde.
Caminamos por la calle unos minutos más hasta llegar a casa del ojiazul, le di una mirada más a mis amigos, sonrieron con dificultad para animarme a tocar el timbre. Cerré los ojos, solté un poco de aire y lo hice. La puerta se abrió dejando ver una larga cabellera castaña, grandes ojos cafés, unos jeans acampanados y un top blanco.
- Jane. - Fue lo único que salió de mi boca, se veía muy linda, seguro lo era, pero yo no podía evitar sentir algo extraño en el pecho cuando la miraba. Liam y Niall tenían la boca ligeramente abierta por la sorpresa
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FOREVER
Teen Fiction-Lou, todos tenemos secretos. - Dijo mi madre, pero ya no tenía su mano puesta sobre la mía. - Algunos debemos mantenerlos para nosotros mismos y no dejar que los demás los sepan... Este es uno de esos.