Harry
Doble la última parte que de la hoja me faltaba. Admiré mi bello avión de papel, tomé un plumón morado y escribí un mensaje dentro, miré al objetivo y lo lancé cuando el profesor no estaba viendo. Mi avión se estrelló con el peinado de mi hermana y se quedó atorado ahí. Lo tomó enojada y me miró, intenté esconderme detrás de la cabeza de mi compañero, pero ella igual me encontró, lo abrió y leyó mi secreto.
"Hueles feo".
Su cara al leer fue demasiado graciosa y no me pude contener, el maestro de matemáticas me lanzó una mirada horrible con la cual tuve que dejar de reír, Gemma vio mi cara intentando guardar la risa y se burló de mí, recibió una mirada enojada también. Cálculo era la única clase que compartíamos, me gustaba porque podía molestarla durante esa hora y no podía venir a golpearme con ninguna almohada como lo hacía en casa, además podía copiar su tarea.
Mi gemela y yo éramos muy unidos, desde que éramos pequeños nos gustaba jugar juntos a las muñecas y con bebés de plástico, a veces peleábamos por ver qué pastel imaginario le gustaba más a mamá, teníamos una enorme colección de carritos de carrera que aventábamos por las escaleras, a veces ella era la doctora y yo el paciente.
Siempre tuvimos una relación genial, nos molestábamos entre nosotros, pero solo yo podía hacerla enojar, no me gustaba que otros niños la molestaran, y ella me defendía de los chicos que eran malos conmigo cuando comencé a vestirme como quería.
Volví a poner atención a la clase, duró poco. Pensaba demasiadas cosas, mi mente siempre estaba imaginando y cuestionando cosas probablemente imposibles, pero ahora Louis ocupaba gran parte de mis pensamientos.
La hora terminó y salí cruzando los brazos con mi hermana, luego cada uno fue a su casillero, siempre había una nota. Conocía al chico que las dejaba, se llamaba Jacob, jamás le había hablado en persona, no que yo recordara, pero compartíamos literatura. Yo era bueno con él, seguro que si me pedía ayuda en algún momento yo se la daría. Intentaba ser amable con todos, aunque las personas no siempre lo eran conmigo, Gemma decía que yo no sabía poner límites y que había gente que podría aprovecharse de mi amabilidad.
- ¿Y cómo vas a conseguir una bola de cristal? - La voz de Niall sonaba muy cerca. - ¿Dónde vas a dejarla cuando estemos bailando?
- Pues no lo sé, pero es necesaria para complementarlo. - Contestó Liam, sonaba a que querían hacerle brujería a alguien. – Ya pensaré donde ponerla mientras nos divertimos, pero quiero tenerla cuando nos tomen la foto. Harry, ¿sabes dónde puedo conseguir una?
- ¿Real? - Tal vez era una pregunta algo estúpida, pero prefería prevenir.
- Obviamente no, no creo que existan. - Niall negó con la cabeza. - Liam dijo que irá de hechicero a la fiesta de Halloween.
- Tal vez en la tienda de disfraces haya algo parecido. - No había conocido a nadie que se disfrazara de hechicero, esperaba que no fuera de Harry Potter, no eran exactamente mis películas favoritas.
En estas fiestas las chicas regularmente se ponían un disfraz de algún animal o de enfermera, no todas, pero la mayoría lo hacía, y los chicos iban de superhéroes. Excepto Ni y yo, siempre éramos los que ganaban a mejor disfraz de la noche porque éramos aún más originales que los vampiros y hombres lobo.
- Vamos. - Mi mejor amigo comenzó a avanzar y nosotros lo seguimos.
***
Louis
Caminé con Jane, Lottie y Zayn por los pasillos del centro comercial. Mi hermana quería comprar cosas para el disfraz que se pondría la siguiente semana, yo quería pasar tiempo con Jane porque me parecía buena amiga, y Zayn había venido a comprar un regalo para su novia.
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FOREVER
Teen Fiction-Lou, todos tenemos secretos. - Dijo mi madre, pero ya no tenía su mano puesta sobre la mía. - Algunos debemos mantenerlos para nosotros mismos y no dejar que los demás los sepan... Este es uno de esos.