— ¡¡cantameeeeeee!! – Reggie seguía a Tn por toda la sala.
— Reggieee, bastaaaa. —se desesperó, yo estaba sentado en la encimadera y para tranquilizarla la atraje a mi abrazandola. — ¿Tú qué haces? —me miro extrañada sin alejarse.
— Pues, te abrazo...¿que más? Daa —no la solté.
— Mucho amor de tu parte, ¿que quieres? —entre cerró los ojos.
— lo mismo de tu parte. —sonreí coqueto, ella rodó los ojos.
— ¡Llegó la pizzaaaaa! — Entró Alex con 3 cajas grandes y una pequeña, supongo que el postre, venía Carolynn detrás con 2 padrinos de coca cola.
— ¡Al fin, ya moria de hambre! ¡Amo las pizzas! —se sentó esperando que le sirvieran.
— ¿ y a ti te puedo comer? —le mire los labios con una sonrisa. Ella se sonrojó, como me encantaba causarle eso.
— Ay Luke, deja, me pones nerviosa. — se alejó, yo solo reí.
— Deja para los demás loco. —Carolynn rio al ver a Reggie, un poco más y se atragantaba. Tenía 3 pedazos de pizza en su plato más el que tenía en las manos.
— ¡Lo siento! —hablo con la boca llena.
—Vamos a seguir viendo la película, que la pararon innecesariamente. — Tn se quejó, volvió a ponerla y se sentó en uno de los sillones. Solo por molestar, y porque quería, me senté con ella.
Ni si quiera se como se llamaba, pero era romántica, odiaba las películas románticas pero sabía que a ella le encantaban así que no podía quejarme, lo que estuviera bien para ella, para mi igual. Ya cuando estaba terminando Alex se había quedado dormido, eso significaba una cosa.
— ¡Es hora de una broma! —Reggie Sonrió malévolo.
— Maquillaje. —Carolynn subió corriendo para buscarlo.
Tn no estaba tan ansiosa con molestar a Alex, así que se
levantó y salió para coger un poco de aire. Cuando Carolynn bajo se entretuvo con Reggie maquillando al pobre de Alex, me sentí mal tercio así que solo salí detrás de Tn. Ella estaba arriba de la casa de árbol que en su momento fue el lugar favorito de Caro, ahora era suyo y Mío, cuando Tn quería estar sola, cuando yo quería estar solo o simplemente cuando queríamos estar ambos, sin hacer nada o para escucharnos, como nuestro santuario. Subí sin hacer tanto ruido y observé todo, hace tiempo no subía aquí, últimamente estaba más entretenido que deprimido. En cambio a ella, sabía que le sucedía algo.— ¿Todo bien? —hable despacio para no asustarla, pero de nada sirvió, dio un pequeño salto y me miro.
— Perdón, me cogiste en mamelandia. —se tocó el pecho mientras yo la miraba confundido— o sea, distraída.
— tienen palabras demasiado extrañas. —rei.
— Ja, y demasiado vulgares también. —negó riendo.
— ¿Cuando me vas a llevar a conocer tu isla? —me acoste en la hamaca que teníamos ahí, al ratito ella se sentó conmigo.
— Algún día, te lo aseguro. Y solo porque será conmigo. —sonrió, la observé hacerlo así que fue imposible no sonreír también, inconscientemente puse mi mano sobre la de ella y las acaricié.
— ¿te imaginas? Que en vez de amigos hubiéramos sido algo más. —solté de repente, y luego me arrepentí.
— Hubiera sido una locura, un completo caos. —río fuerte— o sea, imagínatelo, celos, muchos celos, peleas obsesivamente sofocantes, muchas cosas negativas perooo sexo muy rudo. —me guiño. Lo ultimo suavizo un poco todo, pero auch, ¿tan malo es imaginarnos juntos?.