Capítulo Veintidós

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Ya tenía las maletas listas, no tuve que empacar tanto, todo estaba en orden, para mi suerte.

Heister estaba frente a mí, terminando de empacar  sus cosas mientras esperábamos la llamada de Dexter.

El chico frente a mí suspiró y se acostó en el colchón que reposaba en el suelo.

—¿Ya estás lista? — me preguntó, sorprendiendome — ¿Quieres que te ayude con la cama?

Aclaré mi garganta — Si no es mucha molestia, estaría bien para mí.

— Por supuesto, al menos ya no compartiremos habitación — sonrió — no estaría mal hacer una última cosa por ti.

¿Acaso él había hecho algo por mí? Porque yo no lo recuerdo.

—Gracias — le agradecí ya que la cama estaba lista para llevar — fue lindo vivir contigo, Heister.

Él rió — Los dos sabemos que no es cierto, que seas gentil no justifica que seas una mentirosa, recuérdalo.

No dije nada más hasta que Dexter gritó desde las escaleras.

— Tu llevarás los colchones y yo llevaré la plaza ¿está bien? — Ésta gentileza de parte de Heister, me perturbaba.

Yo Asentí con la cabeza y tomé uno de los colchones, en el pasillo nos encontramos a Romeo, quien parecía un tanto enojado.

— no entiendo porqué hay que llevar las camas ¿no se supone que todas las casas las tienen? —su voz se escuchaba un tanto apagada y forzada, pero quería atribuirselo a que llevaba un escritorio en manos.

— Tal vez esta no tiene por lo que nadie la alquila nunca — explicó Heister.

— Debe ser — pronunció forzosamente, Romeo.

En cuanto llegamos al camión, Lance estaba bajando de él, me dio una mirada de odio y después miró a Heister.

—¿Le estás ayudando?— había algo diferente en su mirada, algo... oscuro.

— No — dijo Heister, sonando casi decidido — ella me está ayudando a mí — supe inmediatamente que Heister no pensaba ayudarme a bajar mi cama, así que solo suspiré y me encaminé escaleras arriba.

A mitad del camino venía Dexter... o Daxon, tal vez, con una maleta de viaje.

— Hey... quería pedirte disculpas por lo de hace rato... es que estaba un poco molesta porque se arruinó mi cita y verte ahí de pie con tu inmensa sonrisota por arruinarlo me hizo sentir...

—Oh, no, Dove, soy Daxon — dijo con su tierna sonrisa.

Sonreí — gracias al cielo, ya me había arrepentido de pedir disculpas a la mitad del discurso — puse la mano en mi corazón.

—No seas tan dura con él— dijo con voz dulce — él lo hizo por el bien de todos — puso su mano en mi hombro y bajó un par de escalones hasta que lo detuve.

—¿Crees que podrías ayudarme a bajar la plaza de mi cama? es que pesa mucho — le pedí con una sonrisa de cortesía.

— Por supuesto, te veo en tu habitación en dos minutos — me dio una última sonrisa y siguió su camino.

Yo suspiré y me dirigí a la habitación, en menos de lo que dijo, Daxon ya estaba en mi habitación.

—Ah, Daxon, no te tardaste — sonreí — entonces ¿quieres ir primero con la plaza o prefieres que yo vaya primero con el colchón?

Él frunció el ceño, pensando — voy yo primero con la plaza, no sea que me resbale y te lastime.

Bajamos sin inconvenientes y cuando estábamos llegando al camión, vi a Dexter hablando con Harvey, la mirada de Dexter se posó en nosotros y cuando estábamos llegando se nos acerco.

¡Una gorda en Kingma Beta! (+16)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora