Adicto Al Amor

Prólogo

Abrí la puerta del departamento de golpe, Zeus me recibió tan alegre como de costumbre: pero ahora tenía algo más importante por hacer. Corrí a la habitación de Maggie y tomé su laptop, conecte la memoria y comencé a buscar desesperada algún documento, hasta que logré hallar uno.

"Para Camille"

Nerviosa tome aire y le di doble click al archivo, la pantalla se abrió mostrando un vídeo. Me senté en el piso y me encargue de reproducirlo temblorosa: había una silla enmedio de la habitación, supongo que estaba en la casa de sus padres ya que jamás la había visto, Bel apareció mirando la cámara con un semblante diferente, jamás lo había visto así. Toque suavemente la pantalla soltando sollozos.

—Hola, mi sol —saluda con la mirada apagada pero mostrando una sonrisa a medias —. Si estás viendo esto, es porque probablemente todo salió como lo planee o porqué seguramente él imbécil de Eros te lo mostró antes de tiempo —revela con fastidió —, me imagino que debes de tener muchas preguntas y te prometo que te aclararé todo —asegura con tranquilidad —. Me enamore de ti de una manera tal vez medio correcta e incorrecta a la vez —responde riendo levemente—. No soy buena persona; pero tampoco soy él peor. Soy humano y he cometido errores le he fallado ha personas que me importan, si embargo te juro que mis intenciones nunca fueron malas con nadie, y menos contigo —especifica mirando la cámara con sinceridad —. Llegaste en un punto de mi vida que jamás creí necesitar, tu estúpida y loca manera de irritar mi jodida cabeza me hizo sentir vivo. Tus hermosos ojos azules me mostraron la luz: que nunca tuve la oportunidad de presenciar anteriormente, quiero decirte tantas cosas que estoy seguro que jamás terminaría este jodido vídeo. Así que Camille, mi dulce y bello sol —pronuncia mi nombré con lentitud, saboreando por última vez aquel hermoso apodo —. Solo quiero que sepas que te amo y que esto lo hice por ti.

(...)

Busque entre mi abrigo el maldito frasco que Damian me había dado y cuando por fin lo tuve en mis manos, se me resbaló rompiéndose en mil pedazos en el suelo.

—¡No! —grito llena de histeria e impotencia.

Bel se había quitado la vida por mi, se vio obligado hacerlo solo para intentar salvarme. Todos estos años buscando una razón o explicación, y termine siendo yo la que lo arruinó. Me arrodille enfrente del frasco sin dejar de llorar, mi corazón no dejaba de doler y la pulsada de cabeza no dejaba de crecer. Me pare de suelo y entre al baño buscando el frasco de tranquilizantes que había tomado hace un mes, saque todas las pastillas juntas y sin pensarlo las metí a mi boca una tras otra, podía sentir como pasaban por mi garganta y el asqueroso y amargo sabor irritaba mi esofago.

Me acosté en el suelo sollozando sin control, la sobnolencía no tardó en llegar. Todo a mi alrededor daba vueltas y mi cabeza dolía con mayor intensidad. Y por un momento lo disfruté, imposible imaginarlo, la única forma para sentirme así era tomarme esas pastillas, me relajé un momento pero quería más. Un poco mareada y débil tomé de nuevo el frasco y me tomé unas cuantas pastillas más, dolió un poco no lo voy a negar: pero todo dolor se esfumó. Tirada en el piso me encontraba y los recuerdos se apoderaron de mí.

Lo único que pensaba era en Bel en la vez que me llevo a la cafetería y salimos corriendo sin pagar, cuando Fuimos al callejón y me enseñó el grafiti de los astronautas, cuando me regaló mi abrigó rosa, cuando me dijo que me llevaría a conocer el mundo y cuando me dijo que yo era un sol... Comenzaba a ver borroso, mis ojos se estaba cerrando poco a poco estaba sudando demaciado, me costaba trabajo respirar bien... Pero aún podía escuchar con un poco de claridad.

—Mantequilla —respondo con dificultad y somnolienta con la vista borrosa.

Sentí como unos pasos venían a mi, luche con todas mis fuerzas para no quedarme dormida, una mano se extendió enfrente de mí levanté mi mirada débil y sin creerlo me encontré con sus ojos, aquellos ojos que creí no ver nunca más.

—Volveré por ti.

No resistí más, cerré mis ojos y todo se volvió negro.