Camille Dahmer es una chica con problemas de adicción y traumas ocasionadas por los abusos de su padre, luchando cada día con el dolor; de ese amor perdido y con miedo de seguir adelante. Arrastrando a sus amigos para llevar una vida de desgracia y...
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08 de enero del 2019
•Maggie•
7:00a.m. Mire por quinta vez la hora de mi celular, aún es muy temprano para que Caín llegue a recogerme e irnos juntos al trabajo. Ahora que recuerdo mi ángel no ha comido nada desde ayer, aún tengo tiempo de sobra así que podría prepararle algo sencillo para desayunar, camine a la cocina y abrí el refrigerador.
—Rayos —murmuró por lo bajo al percatarme de que se encontraba vació, pero viendo su situación no se levantará a desayunar, mejor le dejare un poco de dinero para que se compre algo y pueda comer, busque mi bolsa para sacar mi billetera y dejarle algunos billetes.
Pero si le dejo dinero es capaz de gastarlo en drogas, me quedé pensando un momento y al final decidí en dejarle una nota:
Camille, te espero en la cafetería.
Con cariño, Maggie.
Pegue la hoja sobre el refrigerador, guarde mis cosas y el sonido de la puerta me hizo girar tome mi bolsa. Caminé a la perilla y al abrir me encontré con mi hermoso novio, mirándome con una tierna sonrisa.
—Te ves hermosa —revela acercando sus labios a mi mejilla, para después depositar un tierno beso.
—Gracias —murmuró atontada por aquel hermoso acto.
—¿Estas lista, Mag?
—Sip, estoy lista.
Caín, asintió cargo mi bolsa cerré la puerta del departamento y caminos juntos a dirección al elevador tomados de la mano. Un chico de cabello negro llamo mi atención, él se encontraba parado esperando al antes mencionado y al sentir nuestra presencia se giró con lentitud, en su rostro se marco una agradable y linda sonrisa.
—Hola —saluda con amabilidad.
—Hola —respondo del mismo modo, él chico nos miro a ambos dudoso.
—De casualidad ¿Saben quien vive en el 206? —pregunta con nerviosismo.
—Mi mejor amiga y yo, ¿Sucede algo?—preguntó confundida.
—No, no, no —aclara mirándonos avergonzado —, es que hoy en la mañana vi a una chica entrando en aquel departamento en muy mal estado, y me preguntaba si ¿Se encontraba bien?
—Oh —expreso riendo levemente —. Ella está bien, soy Maggie y él es Caín un gusto —aclaro extendiendo mi brazo.
