Capítulo 7: Círculo Rojo

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18 de enero del 2019

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18 de enero del 2019

•Maggie•

Salí del elevador caminando con flojera al departamento, fue un día muy agotador, tengo hambre y muchísimo sueño, Caín no pudo acompañarme, solo me dejo en la entrada y se marchó. Y aunque me hubiera gustado que se quedará un rato más, no sucedió.

Espero encontrar a Camille y no para interrogar sobre su ojo morado, he comprendido que entre más insista ella jamás me dirá. Hace dos días que no la veo, ya no es extraño para mí. Ella puede desaparecer días y al final termina regresando, aun así, me preocupa que esta vez no lo haga.

Al pasar enfrente del departamento de Josh, pude lograr alcanzar a escuchar un ruido muy extraño, me hizo voltear de golpe asustada y con curiosidad. Me acerque con lentitud colocando mí oído sobre la puerta.

—¡Ay, Dios mío! —exclama con alivio.

Me aleje apenada al escuchar la voz de una chica. Estoy segura de que mí rostro está completamente rojo de la vergüenza. Creó que nuestro vecino tiene compañía y por un momento recordé la frase: "La curiosidad mató al gato"

Solté una risita llena de vergüenza, espero y Josh no tenga ningún problema con algún vecino al hacer mucho escándalo con aquella invitada.

(...)

Pasar tiempo con Caín, después del trabajo era mi pasatiempo favorito; podíamos jugar, platicar, ver películas, hablar sobre los chismes de esta semana, leer algún libro o acostarnos en el suelo sin decir ninguna palabra. Estar con él es maravilloso, aunque solo sean diez minutos... Él los hace especial.

—¿Quieres ir al cine?

—No —revelo haciendo un puchero —, quiero quedarme aquí y dormir un poco contigo —respondo abrazando sus delgados y fuertes brazos. Caín me alejo un poco para poder abrazarme de la cintura y apegarme a él.

—¿No te aburres de estar aquí? —pregunta hundiendo su cabeza en mi cuello e inhalando mí perfume.

—No —murmuro besando su frente.

Caín levanto su rostro y me observó por un instante, cosa que para mi fue una eternidad. La forma en la que me miraba era muy tierna, tratando de capturar cada detalle de mí. Dirigió su mano en mi mejilla acariciando la con suavidad y recorriendo mis labios con su pulgar.

Traté de mantener su intensa mirada y no apartarla como una cobarde, poco a poco se iba acercando a mis labios cortándome la respiración, traté de actuar normal; pero mis nervios me delataban. Era imposible no actuar, así teniendo de por medio a un novio tan apuesto como Caín.

Su respiración golpeaba mi rostro recibiendo una oleada de ricas sensaciones en mi interior, y no me refiero a lo sexual. De hecho, la forma en la que me hace sentir es extraordinaria. Nuestros labios fueron unidos en un suave besó, cerré los ojos para dejarme llevar. Un extraño cosquilleo recorrió mí espina dorsal.

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