Camille Dahmer es una chica con problemas de adicción y traumas ocasionadas por los abusos de su padre, luchando cada día con el dolor; de ese amor perdido y con miedo de seguir adelante. Arrastrando a sus amigos para llevar una vida de desgracia y...
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28 de junio del 2019
•Camille•
Después de pasar un rato más en la azotea, decidimos bajar a dormir. Entramos al elevador y esperamos en silencio para bajar. No sabía que decir, tanto tiempo sin estar con alguien me ponía nerviosa. Era extraño sentirme de nuevo así, atraída por un chico nuevo. Sin tener las facciones de Bel, o su maldita y única personalidad. La forma en la que me miraba, Josh me causaba incomodidad: un sentimiento de terror y al mismo tiempo atracción.
—¿En qué piensas? —pregunta mirándome de reojo.
—En nada —respondo dándole una sonrisa de boca cerrada «en qué eres muy diferente a él y eso me asusta» pensé mientras lo miraba en silencio.
Las puestas del elevador se abrieron, él me accedió el paso y salí de ahí. Me di la libertad de mirar su perfil, recorrí todo su rostro y pude notar sus mejillas bien afeitadas y el rico olor que desprende su colonia. Mirarlo distraído se había vuelto mi adicción favorita.
—Gracias, por enseñarme a conducir eso fue... Grandioso —comento emocionada, Josh me sonrió con ternura.
—Fue un placer, podríamos repetirlo más seguido... Si eso es lo que quieres.
—Eso me encantaría —respondo sin dejar de mirar sus ojos. Sus largas y negras pestañas me dejaban sin aliento, con cada parpadeo sentía que de mis ojos salían corazones —. ¿Nos vemos mañana? —pregunto bajando mi rostro sonrojado.
Él se acercó a mí y me obligó a mirarlo de nuevo, tomo mi cintura y acercó unos sentimientos sus labios a los míos.
—¿Por qué mejor no duermes conmigo está noche? —pregunta con un tono de seguridad.
Su fresco aliento golpeó mi rostro, y de inmediato y sin poder controlarlo; un suspiro se escapó de mis labios como si se tratara de una adolescente atrapada y primeriza en el tema del sexo.
—Yo... —intenté hablar, pero su pregunta me había dejado sorprendida y paralizada, sus ojos no dejaban de mirarme y por un momento me sentí pequeña.
—Si crees que es muy pronto, podríamos esperar —responde con nerviosismo y al mismo tiempo con timidez.
Y ahí estaba, el chico nervioso y tímido con él que me dedique a tener sexo, su seguridad había desaparecido. Se notaba incómodo y avergonzado, de inmediato se alejó de mí. No puede evitar soltar una risita ahogada.
—Si —respondo con tranquilidad, sin llegar a dudarlo o considerarlo mejor, solo me dedique a tratar de ocultar mi emoción.
—No, no lo hagas si te sientes presionada, está bien —responde con rapidez, aparto la mirada de mí incómodo.
—Josh —lo llame con amabilidad, él volvió a mirarme —, si quiero dormir contigo.
