Capítulo del Millón

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POVS ALEXANDER AMBROSETTI


-Dos minutos- grité desde la cocina, mientras tomaba lo ultimo que quedaba de mi jugo.-¡No presiones!- gritaron como respuesta.Solo rodeé los ojos.Siempre era lo mismo: Elena corriendo para llegar a tiempo. Por mas que amaba a esa mujer, supuntualidad no me fascinaba.Dejé el vaso en el fregadero, caminé a la estancia y tomé mis llaves y teléfono. Miré mi reloj.-Un minuto--Ya voy- respondieron desde el piso de arriba.Abrí la puerta y salí, esperé a que trajera en carro para poder emprender nuestro camino a laempresa.El auto se detuvo, y con toda la calma del mundo, subí.-Aquí estoy, justo a tiempo- comentó Elena subiendo con el cabello revuelto y la respiraciónagitada.El chofer cerró la puerta y avanzó.-Treinta segundos tarde, como siempre- comenté serio -No puede ser que nunca desayunes porquerer dormir más y siempre hacer las cosas tarde-Ella sonrió como niña pequeña y se acercó a mí.-No hagas eso- dije intentando mantener mi postura.No dijo nada y me abrazó. Su cabeza en mi pecho y sus manos con las mías.-Perdóname- respondió en voz baja.Suspiré.-Perdonada-Ella levantó su rostro para verme y me dio un pequeño beso en los labios.Y así era todos los días.



POVS ELENA HELLS


-Gracias- agradecí al chofer.Él me respondió con un movimiento de cabeza.-Gracias- dijo Alexander en voz baja, aun estábamos trabajando en sus modales con susempleados, y a pesar de que le constaba un poco, ya habíamos avanzado. Ya decía gracias y porfavor.Tomó mi mano y caminamos hacia el interior del gran edificio.-Buenos días señor y señora Ambrosetti- saludó alegremente la recepcionista.-Buenos días- respondí de la misma manera.Saludar aún le costaba.Seguimos avanzando hasta el elevador dorado.Lo miré.-¿Qué?- preguntó.-Habíamos dicho que ibas a hacer el esfuerzo de saludar- comenté.-Dije gracias, esa fue mi buena obra de hoy- contestó obvio.-Tu nunca vas a cambiar- mencioné.-Y tú tampoco-Antes de poder responder, las puertas se abrieron, dándonos a entender que habíamos llegado a nuestro piso.-Bienvenidos- saludó Claudia desde su lugar.-Gracias- respondimos Alexander y yo al unísono.Alexander era cortes únicamente con Claudia, y era por petición de Aarón, que al parecermantenía una extraña relación con mi amiga. Un día eran la pareja perfecta, y al otro, no sedirigían la palabra. Sin embargo, a los dos les gustaba así, pues nuca se quejaban de lo que pasaba entre ellos.-Te dejo hacer tu trabajo- dijo Alexander.Se acercó y me besó.-Y yo el tuyo- respondí.Él entró a su oficina y yo me quedé en mi escritorio.A pesar de trabajar en el mismo lugar y piso, no pasábamos todo el día juntos. Nos veíamoscuando yo necesitaba algo de él o él algo de mí. Claro que nos juntábamos a la hora de la comida, y después, otra vez a trabajar.




-Ya te dije que tengo mucho trabajo- comenté mientras leía algunos documentos.-Pero puedes oírme mientras haces todo eso- respondió Claudia.Suspiré.Sabía que no se iría de aquí hasta escuchar su idea.-Está bien- admití -¿Qué tienes pensado?--Sushi--¿Sushi?- pregunté confundida -¿Para una cena de navidad?-Ella solo movió los hombros.-No sé cocinar, y me gusta mucho- respondió.-También le tiene que gustar a tus padres- comenté.Ella tenía pensado viajar a casa de sus padres para las festividades, y creía que llevar algo paracenar era un buen gesto, sin embargo, lo suyo no era la cocina, por eso se la pasaba de restaurant en restaurant.-Será lindo- concluyó la conversación.Esperaba a que mis hojas se imprimieran, y mi amiga seguía sentada en la esquina de mi escritorio.Le di espalda y comencé a revisar los documentos.-Quiero comprar un vestido rojo, pero se me vería mejor uno negro, pero ya tengo muchos negros, pero no sé qué ponerme, pero creo que...- comenzó a hablar, sin embargo se quedó callada.Eso era muy extraño en ella.Giré para ver que le pasaba, y comprendí la razón.-¿Puedo pasar para ver a  Alexander?- preguntó Aarón.Estaba muy serio, y evitaba la mirada de Claudia.-Si, puedes pasar- respondí tranquila.Él no dijo nada más, y entró a la oficina.Cuando desapareció por la puerta de madera, miré a mi amiga.-¿Ahora cómo se encuentran?- pregunté.-Mal- respondió cabizbaja -Anoche peleamos--¿Por lo de siempre?--Si, al parecer no quiere formalizar conmigo, pero no quiere que yo salga con alguien más. Aunque él si puede salir con alguien más--No tienes que tolerar eso- comenté tomándola de la mano.-Es que de verdad lo quiero, y siento que a veces el también me quiere. Pero nunca estoy segurade nada- contestó.Claudia era una gran mujer, pero realmente estaba enamorada de él. Alexander decía que Aarónde verdad quería a mi amiga, pero que no solía demostrarlo de la mejor manera. No le decía aClaudia lo que mi esposo y yo platicábamos sobre ellos, pues no quería ilusionarla.-No sé qué más decirte- dije apenada.-No tienes que decir nada más- respondió sonriente nuevamente -Voy a estar bien, y si pasacualquier cosa, regresaré para hablar contigo-Sonreí y la abracé.Por años no había tenido amigos, y ahora, a pesar de solo tener una amiga, me sentíacompletamente feliz con ella.La puerta se abrió nuevamente, y Aarón salió. Alexander salió detrás de él.Al parecer Aarón seguía teniendo su semblante serio, pero ya no se veía tan tenso.-Es hora de la comida, vamos- dijo mirando a Claudia.-Tengo un poco de trabajo- respondió mi amiga.-No importa, vamos a ir a comer. Toma tus cosas y nos vemos en mi oficina- finalizó y caminóhacia su oficina.Claudia movió su mano en forma de despedida y se marchó hacia su lugar de trabajo.-¿Qué fue eso?- pregunté cuando nos quedamos solos.-Ni idea. Tienen una relación bastante rara- respondió Alexander.Tomé los documentos de mi escritorio y entré a su oficina con él a mis espaldas.-Aquí están los informes de esta semana, solo faltan los de los últimos días antes de lasvacaciones--Muchas gracias- contestó y me abrazó -¿Lista para navidad?-Sabía que las festividades navideñas no eran las favoritas de Alexander, pero se esforzaba porque sabía que si eran mis favoritas.-Si, pasaremos navidad con tus padres y año nievo con los míos- respondí entusiasmada.-Exacto, después una semana de vacaciones en la playa--Eso no era necesario--Pero es mi regalo, por todo lo que te debo- mencionó sonriente.-Solo por eso, lo voy a aceptar-Había pasado los últimos meses como la mujer más feliz del mundo, y aunque a veces teníamosnuestros altibajos, siempre superábamos los problemas.



POVS ALEXANDER AMBROSETTI


Habían pasado las dos semanas más llenas de adornos y comida de mi vida. Navidad y año nuevo habían quedado atrás, y habíamos comenzado un nuevo año, y que mejor que comenzar con la mujer que me llenaba el corazón de vida y amor.Elena estaba dormida en el cuarto de hotel, mientras yo preparaba su regalo.Habíamos acordado no regalarnos nada en navidad y esperar hasta nuestras vacaciones, parahacerlo más personal. Y aunque me había costado un poco decidir que regalarle, por fin habíaencontrado algo que se merecía.Una hermosa pulsera "Tiffany" incrustada con diamantes. Ella la había visto hace algunas semanas en un centro comercial, y aunque no lo había dicho, yo sabía que le gustó.Y para darle un toqué mas romántico, algunas rosas y chocolates.Si alguien me hubiera dicho que algún día estaría enfrente de una puerta con flores y chocolatespara una mujer, probablemente me hubiera reído en su cara y lo hubiera golpeado muy fuerte. Sin embargo, por fin había encontrado a alguien que valía la pena, y que se merecía todo el mundo.Respiré intentando calmarme y abrí la puerta.Ahí estaba ella, envuelta en las sabanas mientras dormía como un bebé. Sonreí, como lo hacíatodas las mañanas al verla en mi cama.Me acerqué lentamente a ella, y la moví despacio, intentado despertarla.-Cinco minutos más- dijo colocándose una almohada en la cabeza.-Feliz navidad y año nuevo, mi amor- mencioné lentamente.Ella despertó de manera automáticamente, sentándose en la cama.-Por fin llegó el día- respondió sonriente.-Esto es para ti- le ofrecí las cajas y las flores.-Muchas gracias- contestó mientras abría la caja. Sus ojos se abrieron tanto, incluso creía quesaldrían.-¡Esto costaba miles de dólares!- exclamó sorprendida.-Tú lo vales-Me miró, me abrazó y me besó.-Ahora mi regalo se va a ver muy insignificante- mencionó algo decaída.La tomé de la barbilla e hice que me mirara.-No importa si me regalas un grano de arroz, con eso voy a ser feliz- respondí ante supreocupación.-Entonces, prepárate- comentó más alegre.Se levantó de la cama y sacó una caja de su maleta.-Espero que te guste- me entregó la caja.Al abrirla, mi corazón se derritió.Era un álbum de fotos, donde había muchas de nosotros que se habían tomado en los últimosmeses. En unas salíamos riendo, en otras cenando, besándonos o bailando. Todas las fotos habían sido tomadas por nosotros, y al final, había una nota en el lugar de la fotografía. La siguiente decía:


"Siempre pensé que estaría sola por el resto de mi vida, pero tú me has enseñado lo contrario. Sé que, si estamos lejos uno del otro, siempre voy a contar contigo, y tú conmigo. Bailo en mi mente cada vez que te pienso, y siempre quiero que estés junto a mí. Estaremos toda la vida juntos para demostrarnos nuestro amor, y sinceramente, no creo que me alcance el tiempo para amarte."


Sonreí al terminar de leerlo, incluso sentí un nudo en la garganta.-Esto es lo mejor que me han regalado en la vida- dije abrazándola -Te amo con la vida entera-Nos acostamos y abrazamos, con nuestros respectivos regalos.-Por otro año juntos- dijo Elena.-Por otros mil años juntos- respondí.Estaba en el lugar correcto, con la persona correcta, en el momento correcto...



Nota de la autora:

¡Hola gente bonita!

Muchas gracias por ser parte de este millón. Estoy sumamente agradecida con ustedes por ser parte de esto. Los amo con todo mi ser y corazón.

El libro ya tienen Instagram para que lo sigan y estén al pendiente de las próximas noticias: _quedate.conmigo_

Nos leemos muy pronto...

Quédate Conmigo #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora