Capítulo 40 "Final"

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POVS ALEXANDER AMBROSETTI

Estas dos semanas habían sido las mejores de mi vida, pues me había casado con la mujer que amaba, y eso me hacía sentir completamente feliz.

Amanecer todos los días y admirar su rostro tan perfecto. Al despertar, la miraba y me inspiraba a ser mejor personas por ella, y a trabajar para poder darle todo lo que se merecía.

Lamentaba no darle la luna de miel, pero la empresa estaba creciendo y aun no pasaba por el punto más alto, y eso implicaba más dinero, pero más trabajo. Salíamos temprano y regresábamos muy tarde, pero no me pesaba, porque todo el día la veía y podía estar con ella.

Miré su cuerpo dormido, y no me atreví a despertarla, pero era necesario, o se nos haría tarde, aunque siempre nos retrasábamos, porque Elena era experta en la impuntualidad.

-Mi amor- hablé en voz baja cerca de su rostro.

Solo se removió.

-Elena, es hora de levantarse- volví a decir.

-Cinco minutos más- se quejó.

Reí.

Esa frase la escuchaba todas las mañanas, y sabía que esos cinco minutos, eran dos horas más.

-Hoy tenemos junta ejecutiva- mencioné.

Ella automáticamente abrió sus ojos.

-La había olvidado- dijo sorprendida -No voy a perder la reunión que preparé por una semana-

Acto seguido, se levantó rápidamente y camino hacia al baño, pero dio media vuelta.

-Por cierto, buenos días amor mío- saludó. Vino hacia mi y me dio un pequeño beso.

-Buenos días hermosa- respondí.

Y así fue como comenzó nuestro día.




-Bienvenidos señores Ambrosetti- dijo la recepcionista en cuanto entramos al edificio.

-Gracias- dijo Elena sonriendo.

Yo me limité a un movimiento de cabeza.

Seguimos avanzamos hacia el ascensor. Una vez dentro, ella me miró.

-Un gracias no te haría mal- reprochó.

-Sabes que no me gusta hablar con los empleados, a menos de que sea muy necesario. Y un gracias no lo es- contesté.

-Pero es por educación- dijo con esa carita tan tierna que hacia me arrodillara frente a ella.

-Luego hablamos del tema-

El ascensor llegó al ultimo piso. Las puertas se abrieron y ahí estaba Claudia, con una sonrisa en la cara.

-Buenos días-

-Buenos días- respondimos al unísono Elena y yo.

A Claudia si la saludaba porque Aarón me había obligado a hacerlo, pues ahora era su "conquista" y tenía que ser amable con ella y aceptarla en nuestro circulo.

A pesar de tener un poco más de un mes de relación, no eran novios oficiales, pues sabía que Aarón no se sentía preparado para dar ese paso. Y sabía que él no sabía que hacer, pues con Claudia ya había durado mucho, pero no estaba seguro de si algún día se harían pareja oficial o seguirían siendo "conquistas".

-Aquí me quedo- dijo Elena en cuanto llegamos a su escritorio.

-Sabes dónde encontrarme- respondí dándole un beso en la mejilla.

Quédate Conmigo #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora