Capítulo 22

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POV. ALEXANDER AMBROSETTI

-Necesitas saber algo- dije intentado abrir más la puerta.

-Necesito descansar-

-No- hablé firme -Tu me contaste tu historia, yo te voy a contar la mía-

-No es necesario- dijo abriendo la puerta.

-No lo es, pero quiero hacerlo. Necesito sacar a los fantasmas-

Y comprendió que de verdad era necesario, pues me dejo pasar. Nos sentamos en los mismos sillones donde ella me había contado lo que le habían hecho.

-Te escucho- mencionó ella.

Respiré y me preparé para hablar.

-Hace cuatro años conocí a Alexa Russo, una mujer con un cuerpo esplendido, inteligente, hermosa y rubia. Ella trabajaba en ese tiempo con mi padre. Yo era joven y enamoradizo, entonces los dos empezamos a salir. Mi padre me advirtió de ella varias veces de ella y de la fama que tenía, pero nunca lo escuché, pues yo ya está perdidamente enamorado- reí vacíamente -Nos hicimos novios tiempo después, era tan perfecto todo, ella parecía estar igual de enamorada. Nunca tuvimos un problema, todo era color rosa, un año lleno de amor y felicidad. Cuando yo creía que todo ya era estable, decidí presentarla a mi familia. Realmente me sentía orgulloso de tenerla en mi vida, pues era la mujer perfecta-

-Leandro tuvo algo que ver, ¿verdad? - preguntó ella.

-Así es- respondí -Conoció a Leandro en la comida familiar. Él le coqueteaba, pero jamás pensé que ella dejara que hubiera algo más, pues creía que ella me amaba lo suficiente para quedarse a mi lado. Ella comenzó a comportarse raro, ya no pasamos tanto tiempo juntos, me evitaba, me alejaba de ella, pero seguía jurándome amor y seguía pidiendo regalos y cosas. Entonces mi padre dejó la empresa a mi cargo, y yo estaba tan feliz y quería celebrar con ella. Llegué a su casa buscándola con una botella de vino y rosas. Su puerta estaba abierta, entonces solo decidí pasar. La encontré en la cama con Leandro-

-Es un idiota- dijo Elena.

-Él lo aceptó sínicamente y ella no parecía arrepentida. Leandro aceptó que llevaban acostándose un buen rato y que ella se quedaría con él, pues él le daba una mejor vida. Conocí una Alexa diferente, una mujer interesada y fría, yo no me había enamorado de esa persona, pero Leandro se había encargado de cambiarla-

-Entonces dejaste de creer en el amor- afirmó ella.

-Si, desde entonces solo busco aventuras. A eso se refería Leandro cuando me dijo que volvería a pasar. No quiero que pase lo mismo que paso con Alexa, no contigo- hablé mirándola a los ojos.

-Y no va a pasar. A mí no me deslumbra el dinero, aparte que tu primo es un patán idiota- dijo moviendo la cabeza.

-¿Entiendes la necesidad de sacarte de ahí? Me temía que pasara lo mismo, que cayeras en sus engañosas redes-

-Él no me atraería ni de chiste. Además, debes estar orgulloso de mi, le he pateado la entrepierna- dijo divertida.

Me reí. Era lo mínimo que merecía ese bastardo.

-Tengo una pregunta- comentó Elena.

- ¿Cuál? -

- ¿Por eso todas tus empleadas son rubias o eres fan de la muñeca barbie? - preguntó.

-Desde entonces las rubias no llaman mi atención y ese era el método para evitar enredarme con alguien del trabajo, pues esta prohibido. Además, las rubias ya no llaman tanto mi atención, o al menos no para enamorarme- respondí.

Quédate Conmigo #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora