Todos conversaban de algunos temas de interés, menos yo. Mis pensamientos no estaban ahí, hasta que alguien los trajo de vuelta.
-Elena, querida, ¿y tu familia?- cuestionó la madre de Alexander.
Tragué saliva.
¿Qué les diría? Llevaba ocultando esto por años, y no me verían como una novia perfecta si contaba mi historia, mucho menos su padre.
-Hace algunos años no los veo- fue mi respuesta. No quería hablar más del tema.
-¿Por qué?- ahora fue Dalia quien preguntó.
-Problemas familiares- me limité a contestar.
-¿Cuáles problemas? Pienso que la familia siempre debe de estar presente aún cuando hay problemas- habló por fin el Señor Pablo.
Mierda.
Tranquilízate, respira y piensa.
Me quede callada pensando una buena respuesta, y sin saber que hacer presioné por debajo la pierna de Alexander. Al parecer el captó el mensaje y habló.
-¿Quieren saber cómo nos conocimos?-
-SI- gritaron sus hermanas, mientras que su madre nos miraba feliz.
El padre de Alexander me observó como si estuviera descifrando algo de mí. Lo ignoré para contar "nuestra historia".
-Fui a dar una conferencia a la Universidad de Elena- comenzó a contar- Y se me hizo demasiado hermosa, entonces me atreví a hablarle. Nos hicimos amigos-
-¿Salieron alguna vez?- interrumpió Lucia.
-Si- contesté- Me llevó a comer, a conocer museos, a cenar y a bailar-
-Después de salir por algún tiempo, me arme de valor y decidí preguntarle que si quería ser mi novia, pero no dijimos nada hasta ahora porque era lo mejor para Elena. Cuando vi que necesitaba trabajo la contraté, y así la tengo todos los días junto a mí- concluyó Alexander.
-Aww- fue la respuesta de Lucia, Dalia y mi suegra.
Entonces empezó la típica platica entre familia, donde de vez en cuando yo participaba. La comida acabó y llegó el postre, mi sonrisa se hizo más grande. Al probar la primera cucharada del pastel de chocolate, salió de mí un pequeño sonido de satisfacción, que al parecer Alexander noto.
-No hagas eso- susurró en mi oído
-¿Por qué?- pregunté susurrando.
-Porque créeme, quiero escuchar más y no puedo- respondió. No entendía de qué hablaba, hasta que lo capté. Mi sonido de "satisfacción" sonaba como otra cosa.
Avergonzada bajé la cabeza con las mejillas rojas. No era normal hablar de esto con mi jefe, y menos en presencia de sus padres. Sin darme cuenta, él había besado mi mejilla, poniéndome más roja de lo que ya estaba. Por suerte un estruendo interrumpió el ambiente que teníamos, haciendo que todos se quedaran callados.
-Parece que está lloviendo a cantaros- pronunció el padre de Alexander.
Y efectivamente, el cielo se estaba cayendo. Más relámpagos se hicieron presentes, junto con las gotas golpeando bruscamente el techo de la adinerada casa.
-Parece que no podremos irnos hoy- mencionó la señora Raquel.
-Y al parecer tampoco se podrá ir Elena- dijo Lucia con una sonrisa en la cara.
Mierda.
Y antes de que protestara, otro sonido sacudió los cristales, dándome a entender que me quedara callada. Sinceramente, le tenía un poco de miedo a las lluvias eléctricas, solo un poco.
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Quédate Conmigo #1
RomanceElena Hells: Simple, humilde y de buen corazón. Alexander Ambrosetti: Mujeriego, millonario y orgulloso. Personas que sufrieron bastante en su pasado y la vida les dará una nueva oportunidad. Prometieron no volver a creer, crearon...