Capítulo 34

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POV ALEXANDER AMBROSETTI

Acababa de despertar. Miré la hora.

6:30 am

Estaba sumamente nervioso, porque no sabía que decisión tomaría Elena. No podía estar seguro de lo que haría: se quedaría o se iría conmigo.

Obviamente yo la esperaba con los brazos abiertos, pero si ella no quería, no la obligaría y me marcharía para seguir con mi vida.

Decidí arreglarme para emprender mi camino al aeropuerto y esperar una respuesta.

7:22 am

Mi chófer y yo, íbamos de camino al jet, porque necesitaba llegar rápido para preparar todo para la reunión con mi padre. Fuera cual fuera la decisión de Elena, yo renunciaría a la empresa. Tenía el suficiente dinero propio para empezar yo solo.

Además de que mi padre no la aceptaba, y yo quería lo mejor para ella.

7:39 am

Le di las gracias al amable joven que se encargó de llevarme y traerme durante estos días.

-Será mejor que se apresure señor. No tardará en llover- comentó.

-Muchas gracias- dije -Puedes irte-

Avance a la entrada y me preparé mentalmente para lo que pasaría.

7:55 am

Ya había arreglado todo el papeleo y lo de la maleta.

El piloto me acaba de decir que mi jet estaba listo y que en cualquier momento me podría ir.

Me quedé parado en un punto donde ella pudiera verme o yo a ella. Tenía la esperanza de que vendría y que seriamos felices juntos, pero fue muriendo conforme pasaban los minutos.

De verdad la quería a mi lado, pero respetaría su decisión.

8:04 am

Sabía que la puntualidad no era el fuerte de Elena, pero esta situación no se trababa de impuntualidad, sino de abandono.

Los ojos se me llenaron de lágrimas y el pecho comenzó a doler.

Ella ya no vendría.

Tomé mi maleta y con la frente en alto, salí de ahí. Mi piloto me esperaba en la puerta para llevarme al jet, y en cuanto me vio, me guio a mi destino.

No quería mirar hacia atrás, pero lo hice. Comprobé que Elena no venía detrás de mi corriendo y aceptando mi amor.

No iban a salir las lágrimas, o no por ahora.

8:15 am

El jet acaba de despegar, pues pedí que esperaran unos minutos, y que me avisaran si alguien preguntaba por mí, pero nadie lo hizo.

Me resigne a que ella no vendría, entonces di la orden de irnos.

Lamentablemente cuando empezó el viaje, comenzó a llover a cantaros, haciendo más lento y peligroso el viaje.

Dejé que mis lagrimas salieran. Lloraba en silencio.

Había perdido a la mujer que me había amado de verdad. Y todo había sido mi culpa, yo había tenido miedo y la había alejado de mi para siempre.

8:35 am

En unos minutos llegaríamos, pues el viaje se había complicado por el clima. La buena noticia es que aquí no llovía, por ende, podía llegar a mi casa a tiempo para arreglarme.

Quédate Conmigo #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora