Capítulo Dieciséis

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Dominick leía tranquilamente el diario mientras escuchaba la lluvia golpear en la ventana de su estudio, ese sonido no le traía buenos recuerdos un día lluvioso y frio ella se fue, lo dejo sin vuelta atrás hoy después de mucho tiempo recordó sus p...

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Dominick leía tranquilamente el diario mientras escuchaba la lluvia golpear en la ventana de su estudio, ese sonido no le traía buenos recuerdos un día lluvioso y frio ella se fue, lo dejo sin vuelta atrás hoy después de mucho tiempo recordó sus palabras, las palabras que le dedico antes de cerrar sus ojos para siempre; No cierres tu corazón no dejes que el se marchite por mi partida porque a pesar de que mi cuerpo no esté a tu lado mi alma siempre estará cerca de ti, cuidándote y mostrándote cuando sea oportuno, cuando tu corazón esté listo que hallaras a esa mujer que haga latir tu corazón – acaricio su mejilla- no me refiero a un latir como el vuelo de las mariposas sino el rápido latir del colibrí – comenzó a toser intensamente – cuando sientas que tu corazón late tan rápido como las alas del colibrí, será mi alma que te dice que es ella la adecuada para ti, la adecuada para que seas feliz, la que yo te traeré desde donde quiera que este – volvió a toser, su tes se puso pálida y sus ojos se llenaron de lágrimas, se cubrió la boca con su pañuelo y este se tiño de rojo- mi amado Dominick – susurro – deseo que sea feliz porque te amo demasiado y tu mereces amor y amar porque eres el mejor hombre del mundo

- No hables guarda tus fuerzas – su garganta quemaba por las enormes ganas que tenia de gritar de llorar, el amor de su vida se estaba apagando, el maldito destino se la arrebataba para siempre – por favor...yo solo... solo te amare a ti, toda mi vida solo a ti – una lagrima rebelde cayo por su mejilla

- No... por...porfavor ...pro...prométeme que ..que amaras nuevamente

- Como me pide eso – las ganas de gritar no lo dejaban, las ganas de golpear algo, de reclamarle al cielo, a Dios su perdida, porque debia seguir la vida sin ella, él no quería eso, el quería vivir con ella caminar el camino de la vida a lado

- Dominick – tosio fuerte, sentía que sus pulmones se iban a partir, apenas sentía fuerzas para hablar con su amor...con Dominick, pero antes de irse antes que sus ojos se cierren ella necesitaba que el se lo prometiera y esa promesa fuese sincera- prométemelo o mi alma jamás va a descansar

- Te lo prometo -un nudo a penas le permitía hablar

- Júramele – dijo con un hilo de voz

- Te lo juro Celesthe, te ...juro – ya no era capaz de controlar sus lagrimas ellas caían sin control –

- Siempre te amare ...yo siempre...yo siempre te cui...cuidare...mi ...mi amo....

Su amada Celesthe cerro sus ojos para siempre un día de lluvia intensa, en su funeral también llovía de forma copiosa pero el olor de su perfume inundaba todo el lugar, quizás solamente él podía sentirlo el dulce aroma de vainilla, dejo el diario en el sillón y camino hacia la venta poso su mano en el vidrio y siguió con su dedo una gota que de deslizaba y pudo sentir el olor a vainilla una sonrisa se dibujo en su rostro – a pesar de que mis ojos no pueden verte y mis manos sentirte siempre puedo sentir tu presencia a mi lado, como lo prometiste y sabes mi amada Celesthe después de muchos años mi corazón latió por unos ojos embrujantes – se dio la vuelta he inspiro fuerte y se dio cuenta que el olor a vainilla se intensifico y no pudo dejar de sonreír

Cautivando al ÁngelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora