Capítulo Cinco

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Duncan estaba en su estudio observando unos documentos que debía firmar pronto, pero estaba con la cabeza perdida por culpa de esa insufrible mujer, llevaba días tratando de pensar como lograr que se quedase en su hogar el tiempo suficiente para t...

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Duncan estaba en su estudio observando unos documentos que debía firmar pronto, pero estaba con la cabeza perdida por culpa de esa insufrible mujer, llevaba días tratando de pensar como lograr que se quedase en su hogar el tiempo suficiente para tener el trabajo listo, es más si pudiese hacer que se quedase para siempre ¿pero como? – suspiro exasperado – que mujer más mal agradecida, aquí lo tiene todo, todo y no lo agradece – se cayo al sentir los golpes en su puerta – pase – bajo la mirada hacia los documentos tratando de concentrarse

- Mi lord me ha dicho su mayordomo que requería mi presencia – se quedo parada en la puerta esperando su respuesta

- Señorita McAllen – sonrió y se puso de pie – si deseaba verla tomo asiento por favor – recordó que una de las acusaciones de esa mujer era que jamás pedía por favor nada y mucho menos daba las gracias y a duras penas freno la sonrisa irónica que se quiso dibujar en su rostro

A Bonnie toda esa amabilidad y cortesía le parecieron extrañas, porque jamás en todo el tiempo que llevaba ahí lo había visto ser gentil o amable con nadie y mucho menos con ella – estoy bien así mi lord, no se preocupe – paso sus manos por su delantal tratando de quitar algo el polvo que se había acumulado en ellas por estar revisando algunos libros

Duncan se quedo de pie y soltó un suspiro – por favor mi lady tome asiento, así podremos platicar más cómodos – volvió a sonreír – recuerde ningún caballero se puede sentar si una dama está presente – la señalo con su mano

- ¿Qué desea mi lord? – camino lentamente y tomo asiento en la silla frente al escritorio de Duncan

- Laird – la miro

- ¿Disculpe?

- Usted es la única de mis empleado que no me llama laird ¿Por qué? – la vio arrugar la frente – no es un reproche solo una pregunta

- Por que su padre es el laird para mí, no usted mi lord, tan solo eso

- Desde hace muchos años que yo vengo ejerciendo las funciones de Laird y Duque, lo sabe verdad

- Eso he escuchado su excelencia – no pensaba decirle que los empleados y Margareth le habían contado eso a ella hace bastante tiempo - y que ha hecho un excelente trabajo, pero para mi su padre sigue siendo el laird de este clan

- Le vuelvo a preguntar ¿Por qué?, mi padre es tan solo un ser que vaga por el castillo, desde antes que usted llegase a este lugar, él perdió la noción de todo – no se podía ocultar lo evidente, al principio pensó que en poco tiempo volvería a ser el mismo todo fue empeorando y aunque nunca fue violento con nadie si era un alma errante que no era capaz de tomar una decisión aunque su vida dependiera de ello y a raíz de eso todos los empleados comenzaron a dirigirse a él y su tío incluso le ayudo a comprender el manejo de todo, aunque jamás juzgo a su padre, solo le dijo que debía comprenderlo que perder un amor el amor verdadero el amor que es para toda la vida a veces te puede quitar el alma y la razón que él comprendía a su hermano y jamás lo juzgaría o reprocharía que en algún momento volvería a ser lo que fue o su alma iría en busca de su otra mitad.

Cautivando al ÁngelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora