Capítulo Ventisiete

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     El doctor examino a Bonnie y determino que tenia una torcedura en su pie y que debía descansar unos cuantos días en cama, debe evitar caminar o apoyar el pie en exceso, así que le puso una venda y le dejo un tónico para bajar la hinchazón y c...

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El doctor examino a Bonnie y determino que tenia una torcedura en su pie y que debía descansar unos cuantos días en cama, debe evitar caminar o apoyar el pie en exceso, así que le puso una venda y le dejo un tónico para bajar la hinchazón y calmar el dolor, aunque ya estaba aburrida de estar siempre encerrada en la habitación, solo una vez trato de bajar a la biblioteca a avanzar con uno de los libros pero fue descubierta por Margareth y esta llamo a uno de los criados y la llevo devuelta a su habitación y hoy nuevamente estaba tratando de poder llegar a la biblioteca extrañaba ese lugar y mucho la paz que transmitía, el olor de cuero de las tapas de los libros e incluso de la hojas, extrañaba todo, saco un poco la cabeza por la puerta de su habitación y miro a lo largo del pasillo y lo vio absolutamente despejado, sonrió triunfante – ¡excelente!, ¡podre ir sin ser vista!- si hubiese podido habría dado pequeños saltitos de felicidad, pero aun le dolía su pie, llego hasta la mitad del pasillo, le falta ya menos para llegar a la escalera y poder bajar sin ser vista, mirando siempre tras su hombro si es que veía aparecer algún criado que la delatara porque; Dios santo su amiga en otra vida debió ser general romano por lo estricta y autoritaria que se volvía a la hora de seguir las indicaciones que le dejo el médico – queda menos- descanso unos segundos apoyada en una puerta cuando escucho la voz de Margareth acercándose, casi por inercia abrió la puerta e ingreso y la cerro rápidamente se quedo quieta unos segundo con su oído pegado a la puerta escuchando la voz de su amiga acercarse más y más, para luego ir alejándose soltó un suspiro de alivio – me salve – rio

- ¿De quién te has salvado mi hechicera?

Al escuchar la voz de Duncan se volvió rápido sintiendo dolor en su pie y puso cara de dolor -¿Qué hace usted aquí?

Duncan vio su expresión de dolor y la tomo por la cintura y la pego a su pecho - ¿estas bien?

- ¿Qué hace usted aquí? – apoyo sus manos en su pecho y se dio cuenta que estaba desnudo de cintura hacia arriba, se sonrojo profusamente

- Es mi recamara mi hechicera – sonrió al ver su sonrojo y timidez – la pregunta acá es ¿Qué haces tú en ella? – se acerco un poco más a Bonnie arrinconándola contra la pared y su cuerpo – me extrañabas

- No... no ...no diga locuras – miro hacia otro lado – yo... yo

- ¿tu? – bajo un poco su cabeza e inhalo el aroma que desprendía el cuerpo y cabello de ella - ¿entonces mi hechicera por qué estas aquí?

Bonnie se pego más a la pared, pero ese movimiento le provoco dolor en su pie, no supo ni como ni cuando, pero Duncan la tomaba entre sus brazos y la llevaba hasta su cama y la dejaba descansar en ella - ¿Qué hace? – chillo, cuando vio como él levantaba un poco su vestido y dejaba al descubierto su pie y pantorrilla

- Tu pie aun duele ¿verdad? – lo toco suavemente – no debiste caminar – levanto su mirada y la miro directo a los ojos – ¿Dónde ibas mi hechicera?

Cautivando al ÁngelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora