El Hada Negra De La Laguna

Irene Espí.

Bajo las escaleras bostezando y veo a Fermín dirigirse al comedor.

- ¿Tu amiga arregló las cosas al final? - Me pregunta con una bandeja de galletas en la mano.

- Sí, ella te lo agradece. - Le digo robándole una, él ríe y los dos seguimos andamos hacia el comedor.

Cojo un vaso con zumo de naranja, me acerco a la mesa de siempre y oigo a Roque hablar.

- Tenemos que entrar en el desván. - Dice él nervioso. - Hay que volver a ver el vídeo de Cayetano.

- Pues entramos y ya, ¿no? - Pregunto sentándome en una silla al lado de Marcos y le doy un beso en la mejilla.

Tras mi acción miro a Carol y ella sonríe, luego miro a Marcos y él sigue a lo suyo.

- La habitación está ocupada por el nuevo profe de mates. - Dice Victoria rascándose los ojos. - Y encima el nuevo cierra la puerta con llave.

- Ah, ya entiendo el problema. - Digo yo bebiendo de mi vaso.

- Sois unos pringados. - Oigo que dice Iván acercándose a nosotros.

- Buenos días a ti también. - Le digo con una ceja alzada. - ¿Qué te pasa a ti ahora?

Él solo sonríe y deja una llave sobre la mesa.

- La llave de la habitación del nuevo. - Habla Iván de nuevo dando la vuelta alrededor de la mesa hasta llegar a la silla vacía que está a mi lado.

- ¿De dónde la has sacado? - Pregunta Roque cogiendo la llave y examinándola.

Iván no responde y empieza a desayunar.

- Marcos, - se acerca Paula a la mesa llamando a su hermano. - yo nunca voy a tener bebés.

- ¿Y eso por qué? - Pregunta su hermano extrañado.

- No me gusta por donde salen, eso tiene que hacer mucho daño. - Responde ella y todos nos reímos menos Marcos que me mira pidiendo ayuda.

Yo solo me encojo de hombros al no saber que decir.

- Un poco, pero ya verás que cuando seas mayor sí que quieres. - Responde él.

- No, no voy a querer porque no me gusta lo que hay que hacer para tener bebés. - Todos volvemos a reírnos y esta vez Marcos se une.

- Oye Paula, ¿tú cómo sabes eso? - Le pregunto recordando la conversación del día anterior.

- Como no me lo dijiste fui a la biblioteca y busqué libros. - Dice ella mirándome. - ¿A ti no te da asco?

Todos vuelven a reírse mientras yo noto como me sonrojo de cada vez más. Si lo sé me quedo callada.

- Pues no, pero ya verás que cuando tú seas mayor tampoco. - Le digo intentando salir de la conversación como puedo.

- Pues yo no quiero ser mayor. - Vuelve a hablar la pequeña y se va enfadada.

- Oye Dana, ¿A ti no te da asco? - Dice Roque sonriendo burlándose de mí.

- Calla gigante, - Le digo levantándome de la silla. - Ahora me voy indignada como Paula.

[...]

Estoy sentada en la escalera de la entrada esperando a que Iván salga de declarar, mientras los demás están viendo una y otra vez el vídeo de Cayetano. Estoy aquí porque aunque él haya dicho que va a declarar a su favor aún tengo esperanzas de que se arrepienta de hacerlo.

El padre de Iván también está esperando fuera, cerca de la puerta del despacho de Elsa que es donde está ahora mismo Iván.

El padre de Iván me mira pero a diferencia de otras veces yo no aparto la mirada con miedo, sino que lo miro con ira.