Vivir la vida.

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Bajo las escaleras bostezando hacia el comedor y veo a Iván bloqueando la puerta.

- Quita tu culo de aquí. - Le digo dándole unos golpes en la espalda para que se dé cuenta de que intento pasar.

- Perdona. Estaba distraído mirando como tu novio intenta ligar con mi chica. - Me dice Iván echándose a un lado y señalando a Marcos y Carol.

- Estás seguro de que no es al revés. - Le digo colocándome a su lado mientras él me entrega un vaso lleno de zumo de naranja. - Gracias.

Los dos somos testigos de como Carol quiere coger la mano de Marcos pero él lo evita y camina hacia la mesa.

Iván no dice nada más y empieza a caminar.

- Tenías razón Nae. - Me digo a mi misma. - Pero desde el principio, Carol no me conviene. Menos mal que te has dado cuenta Iván.

- Anda, desayuna y calla. - Me dice Iván evitando darme la razón. - ¿Y esta?

- Como cambias de tema cuando te interesa. - Le digo sin mirar a dónde está señalando pensando que lo único que quieres es cambiar de tema.

- No, mira a Julia. - Me dice y eso hago, miro hacia donde él está mirando.

Julia ha entrado con solo una toalla tapando su cuerpo.

- Lo que hace esta chica para llamar la atención no es normal. - Digo ignorando a Julia y dirigiéndome a la mesa en la que están mis amigos ya sentados.

Mientras Elsa se levanta y coge a Julia del brazo para llevarla lejos y, supongo, poder echarle la bronca; Roque sigue los movimientos de la chica con la mirada.

- Anda gigante, no sufras por ella. Lo único que quiere es llamar la atención. - Cuando Roque va a responder se oye un fuerte ruido y me levanto para ir a mirar sorprendida, como todos los que estamos en esa misma sala, pero es Héctor el primero en moverse.

- Quieto todo el mundo. -Dice Héctor mientras sale de la sala.

- ¿Qué habrá pasado? - Pregunta Carolina.

- No sé pero en unos minutos os lo digo. - Digo empezando a caminar hacia donde se dirigía Héctor pero alguien me agarra del brazo y hace que detenga la acción.

- Dana, ¿luego podríamos hablar? - Me pregunta Roque y siento la mirada de Marcos e Iván sobre mí.

Eso me parece muy extraño pero aún así asiento y vuelvo a caminar.

Cuando salgo encuentro a Héctor suspirando cansado.

- ¿Qué ha pasado? - Le pregunto a mi tutor legal y él me mira, parece como si estuviera pensando en si decírmelo o no.

- Julia asegura que Elsa le ha pegado, pero Elsa insiste en que no es cierto. - Me dice Héctor nervioso.

- Tú ya no eres el director, tranquilízate. - Le digo y él asiente. - Y otra cosa, sabes que Elsa nunca me ha caído muy bien pero no la veo capaz de eso. Aunque tú la conoces mejor que yo.

- Venga, vuelve dentro. - Me dice Héctor y yo le hago caso, parece estresado y lo que menos necesita es que esté molestándole.

Cuando me acerco a la mesa todas las miradas están sobre mí.

- Julia dice que Elsa le ha pegado, pero nuestra querida directora insiste en que no es cierto. - Digo esperando que dejen de prestarme tanta atención pero siguen mirándome pero esta vez no solo lo hacen los chicos. - ¿Pasa algo?

- Bueno, nosotros nos vamos, ¿verdad Marquitos? - Dice Iván mientras todos se levantan menos Marcos y Roque.

- Yo aún no he desayunado. - Dice Marcos cambiando su taza vacía por mi vaso de zumo.

- Dánae y Roque tienen que hablar, vámonos. - Marcos me mira y a regañadientes se levanta y sigue a los demás.

- ¿Pasa lago? -Pregunto cuando todos se han ido y me he quedado sola con Roque. - Si quieres mi aprobación para salir con esa, a mí me da igual, pero es una zorra.

- No es eso. - Me dice agachando la cabeza sin apartar la mirada del suelo. 

- ¿Y qué es? - Le pregunto de cada vez más preocupada. 

- Nada, déjalo. - Dice Roque levantándose de donde está sentado. - Mejor nos vamos que se nos va a hacer tarde.

Veo a Roque alejarse y yo, aun confundida, me levanto y me dirijo a mi primera clase.

[...]

Salgo de la última clase preocupada porque no he visto a Marcos desde lo de esta mañana así que me decido a ir a la habitación de los chicos para ver si está allí y si está bien.

Cuando estoy a punto de abrir la puerta de la habitación, sale Iván de ella.

-Nae, ¿has visto a Carol? - Me pregunta él cuando me ve.

- No. - Digo levantando la mirada para mirarle a los ojos. - ¿Marcos está dentro?

- No, pensaba que estaba contigo. -Me dice y mira hacia la puerta cerrada de la habitación. - Quien sí que está dentro es Roque.

Y dicho eso, se va dejándome sola en el pasillo. 

Como no tengo nada que hacer y me aburro decido entrar para pasar el rato con Roque. Cuando entro veo a Roque de espaldas escuchando música con su mp3 y mirando una fotografía.

- No seas pesado Iván, ya no puedo decirle nada, es tarde. - Al parecer no sabe que he sido yo quien ha entrado así que me acerco a él para que me vea. - Ya ha elegido.

- No soy Iván. - Digo quitándole los cascos de las orejas. - ¿Quién ha elegido?

- Nadie, ¿Qué haces aquí? - Pregunta escondiendo la fotografía aunque yo ya la haya visto. Es una foto que nos hicimos Caye, Iván, Roque, Victoria, Carol y yo el año pasado. 

Le miro a los ojos y los veo rojos e hinchados, parece que ha estado llorando.

- Me aburría y aquí estoy. - Le digo volviendo a coger la fotografía. - Le echas de menos, ¿no?

Él me arrebata la fotografía de las manos y vuelve a esconderla mientras asiente repetidas veces con la cabeza.

- Todos lo echamos de menos. - Digo ignorando su acción anterior.

- Era mi mejor amigo, era nuestro amigo. - Dice alzando la voz. - Él estaba enamorado de Vicky y ella ya se ha olvidado de él, Iván y Carol están muy ocupados besándose por ahí como para pensar en él y Marcos y tú lo mismo. 

- No es cierto Roque. - Le digo mientras agarro sus manos. - Te puedo asegurar que no hay día en el que no piense en él, no hay día en el que ninguno se sienta, en parte, culpable de su muerte. Pero desgraciadamente la vida sigue, ¿sabes?

- No para él.

- Pero sí para ti. Estoy de acuerdo en que Cayetano no tenía que morir, tenía toda una vida por delante y era una persona maravillosa, pero ya no hay nada que hacer. Pudiste evitarlo como pudimos hacerlo todos pero ya es tarde y tú más que nadie debe saber que lo único que nos queda es seguir adelante y disfrutar de lo que nos queda porque no sabemos cuanto tiempo será eso. Podemos vivir amenazados de muerte, pero mientras tanto debemos vivir felices. Y si a ti te gusta la zorra esa a la que llamaron Julia y te hace feliz pues adelante, vida solo hay una.

-No me gusta Julia, me gusta otra persona, pero tiene pareja. - Dice dirigiéndose a la puerta. - Esa persona ha sabido vivir bien la vida.

El Hada Negra De La LagunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora