El pozo.

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Salgo del aula, acabo de hacer un examen y tengo miedo de saber como me ha ido, no estaba atenta, no he podido parar de pensar en el bloc de dibujo.

Camino hacia la cocina dispuesta a coger algo dulce, tengo ganas de azúcar.

Veo a Marcos y Carolina entrar a una sala vacía y me quedo fuera escuchando lo que dicen.

- La puerta. - Oigo que dice Marcos. - Hay que ir y bajar.

- Esta noche. - Dice ella y yo me alejo de la puerta al oír unos pasos y me dirijo hacia la cocina.

Camino entre los alumnos a paso rápido, sin pausa.

- ¿Qué haces tú aquí? - Me pregunta Fermín al verme entrar por la puerta y María me sonríe.

- Necesito dulce, ¿Hay chocolate? - Pregunto buscando en la despensa.

Veo una gran caja de bombones en el estante más alto y me pongo de puntillas para poder alcanzarlo pero no llego.

- Venga, que casi estás. - Me dice Fermín riéndose de mí.

- Porfa, ayúdame. - Le digo haciendo que tiemble mi labio inferior y ríe.

- ¿Cómo te voy a decir que no? - Me dice alcanzándome la caja y yo aplaudo como una niña pequeña.

- Gracias, lo necesitaba de verdad. - Le digo abriendo la caja.

- ¿Mal día? - Me pregunta volviendo a su trabajo.

- No te lo imaginas. - Le digo con el dulce sabor en la boca. - Espera, nadie me está echando la bronca, ¿dónde está Jacinta?

Oigo a María reír, y me contagia su felicidad.

- Se ha ido de viaje. - Se limita a responder y Fermín levanta las cejas.

- No sé si sobreviviremos sin ella. - Me dice Fermín cogiendo los bombones y poniéndolos en su sitio. - Por lo pronto a ti te podría dar un subidón de azúcar.

[...]

Estoy en la habitación de los chicos escuchando música con uno de los auriculares de Iván y él lleva el otro.

- Mira. - Me dice él cogiendo una revista de coches. - ¿Te gusta?

Iván me señala un coche rojo muy bonito y lo miro más detalladamente con los gritos de Roque y Cayetano de fondo porque están jugando con el ordenador.

- Está bien. - Me limito a responder para poder seguir escuchando la música.

Oigo el ruido de las páginas al moverse, al chocar con el aire.

- Vale, ya te han matado. - Oigo que dice Roque a Cayetano. - Iván, te toca.

Él deja la revista en la cama, se quita el auricular y se acerca al ordenador.

- Si es que el que es malo es malo y ya está. - Dice Iván sentándose en la silla frente al ordenador.

- Fantasma. - Digo levantándome y acercándome a él.

- Hola. - Dice Paula abriendo la puerta de la habitación. - ¿Marcos se ha ido a la isla secreta?

Tras sus palabras salen unas cuantas risas de todos nosotros.

- Y yo que sé, yo no soy la niñera de tu hermanito enana. - Le dice Iván.

- Me prometió que vendría a dormir conmigo. - Dice Paula con un oso de peluche en sus brazos.

El Hada Negra De La LagunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora